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El vicepresidente de Castilla y León, durante la sesión plenaria del pasado martesEFE

García-Gallardo: «No pido perdón porque sería reconocer una culpa que no tengo»

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León ofrece declaraciones en exclusiva para El Debate sobre la campaña mediática y política abierta contra él, tras su respuesta a la procuradora socialista discapacitada

Tres días después del careo entre la diputada del PSOE Noelia Frutos y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, la campaña contra el dirigente de Vox continúa en primera plana. Una guerra abierta a poco más de tres semanas de que los electores andaluces decidan el sentido de su voto.

El burgalés, que granjeó a la formación conservadora 13 escaños en las elecciones autonómicas del pasado febrero, explica a este medio que «la izquierda política y la izquierda mediática intentan tergiversar» sus palabras. Para García-Gallardo, «su objetivo no es transmitir la verdad de lo acontecido, sino intentar derribar al Gobierno de coalición que está llamado a ser espejo de otros gobiernos regionales» y «probablemente también, del Gobierno de la nación».

Para García-Gallardo, «el nivel de tergiversación y manipulación se lleva al extremo» por estar «en precampaña electoral en Andalucía». «Quieren intentar manipularlo para obtener un mejor resultado electoral que, contando la verdad, no tendrían». Sin embargo, el abogado de Abascal cree que esa izquierda no cuenta con «la propia inteligencia y capacidad de análisis de los andaluces, que saben detectar lo que es una burda manipulación», como la sufrida por él. Para el vicepresidente castellanoleonés, bajo la pretensión de «dañar a Vox, consiguen todo lo contrario», «reforzar el mensaje político» de su formación.

El perdón de Fernández Mañueco

Respecto a las palabras de perdón de su socio de Gobierno y presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, García-Gallardo responde con contundencia: «Las peticiones de perdón las tiene que hacer el titular de las palabras que teóricamente son potencialmente ofensivas. La intervención manipulada ha sido la mía y yo no pido perdón porque eso implica reconocer una culpa que no tengo».

Conocida la labor solidaria del burgalés tal y como publicó ayer este medio, García-Gallardo se reitera en que simplemente atendió la petición de la señora Frutos de «no tratarla ni con caridad ni con paternalismo», es decir; «sin condescendencia» porque cree «que esa es la forma que tenemos de respetarnos entre diputados autonómicos».

Cambio de trato con algunos medios

Siguiendo la tónica habitual del partido a nivel nacional, García-Gallardo cree que «algunos medios de comunicación han perdido la oportunidad de tener una relación normal». En su opinión, se han comportado «como verdaderos activistas políticos, difundiendo cuestiones que no son incorrectas, sino que son radicalmente falsas».

Por tanto, si bien el vicepresidente venía contestando a todos los medios, ha tomado una decisión: «Para no caer en su trampa, para que no consigan su objetivo, a partir de ahora, por ejemplo, a La Sexta, no le voy a responder ninguna pregunta».

La batalla de la izquierda mediática y política ha provocado así el primer roce del gobierno de coalición entre populares y conservadores que según la intención de sufragio de sus votantes potenciales, podría ser antesala de otros ejecutivos regionales así como de uno nacional en 2023.