Tribunales
El juez ordena la retirada del pasaporte para el patrón del Villa Pitanxo tras declarar en la Audiencia Nacional
El patrón, Juan Padín, lo hacía como investigado por un total de 21 posibles delitos de homicidio imprudente, mientras que su sobrino y el marinero ghanés Samuel Kwesi, en calidad de testigos
Durante más de cinco horas, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción Central Número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ha tomado declaración a los tres únicos supervivientes del naufragio del pesquero gallego 'Villa de Pitanxo', que se hundió a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá) el pasado 15 de febrero, en el marco de las diligencias preliminares que se siguen por esta causa. Mientras el patrón del barco, Juan Padín, lo hacía en calidad de imputado, tras apreciar el instructor indicios suficientes para atribuirle la responsabilidad de 21 presuntos homicidios imprudentes, su sobrino, Eduardo Rial, y el marinero ghanés Samuel Kwesi lo hacían como testigos. Tras concluir las comparecencias y según ha podido saber El Debate, la Fiscalía ha interesado al magistrado la retirada del pasaporte del capitán y que concurra a firmar al juzgado de Marín que corresponda los días 1 y 15 de cada mes. Finalmente, accediendo a esta solicitud, el juez de la Audiencia Nacional ha ordenado que se le retire el pasaporte, y el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 ha impuesto que comparezca cada quince días en sede judicial.
Una medida que la portavoz de los familiares de las víctimas, María José de Pazo, considera imprescindible para evitar que el capitán pueda volverse a embarcar, al menos, mientras no esté completamente aclarado todo lo ocurrido. Las familias volverán a movilizarse, este miércoles, frente al Congreso de los Diputados para exigir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que impulse el esclarecimiento del naufragio y ayude a viudas, madres e hijos de los desparecidos en aguas canadienses.
Y ello, pese a que la Audiencia todavía no se ha declarado competente para liderar las pesquisas orientadas a depurar lo ocurrido antes, durante y tras el hundimiento del pesquero gallego. No en vano, aunque el órgano judicial trató de remitir la causa al Juzgado de Instrucción de Marín, por ser el órgano judicial de la localidad de arribada del navío, el juzgado pontevedrés rechazó el envío, al entender que los supuestos delitos que se investigan fueron cometidos en aguas internacionales. Será el Supremo quien adjudique, definitivamente, la carga de la instrucción judicial del caso.
Sin embargo, tanto el peso de la versión del marinero que sobrevivió y que El Debate reveló en exclusiva –al quedarse de pie en la balsa salvavidas a la que pudo aferrarse junto con el partón y su sobrino– unido a los datos de navegación emitidos desde el propio Villa de Pitanxo, según los cuales obra en autos que el pesquero navegaba a 2,6 millas tan sólo un minuto antes de que el capitán diese la voz de alarma, precipitaron la apertura de una línea de investigación penal, que avanza en paralelo al análisis técnicos de las balizas y los radares del buque en manos de la comisión de accidentes marítimos CIAIM.
Imprudencia grave del capitán
El naufragio del 'Villa de Pitanxo' continúa en los tribunales porque el juez Moreno, a quien por turno correspondió hacerse cargo de la causa, entiende que hay contradicciones clave que permitirían imputar «al menos 21 delitos de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores» al patrón.
Hasta la fecha, la Audiencia Nacional cuestionó la versión ofrecida por el capitán del buque. Ahora, además, el fiscal se suma a las sospechas sobre los indicios que alberga el magistrado para quien la velocidad del buque en el momento de producirse la tragedia no encaja con la declaración de Padín sobre una parada de los motores por avería como causa determinante de la escora, y posterior hundimiento, del barco.
Padín aseguró que sobre las 04.00 horas de la madrugada el motor del barco dejó de funcionar, dejando la nave a merced de las pésimas condiciones meteorológicas existentes en ese momento y provocando la entrada de agua por una vía abierta en la aleta de babor, que acabó por escorar el barco sin remedio hasta su naufragio.
Vista la situación, según Padin, dio a la tripulación la señal de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y chaleco salvavidas. «Ya con todo colocado nos disponemos al arriado de la balsa de babor», sostuvo el capitán, precisando que dejó encargado al primer oficial, por cuanto él fue a arriar la balsa de estribor, lo que habría conseguido embarcando a la tripulación. Eduardo Rial, su sobrino y otro de los supervivientes, ofreció una versión similar. No obstante, sólo él y su sobrino llevaban puestos los trajes técnicos cuando fueron rescatados por el Playa Menduiña Dos; el primer barco que acudió a la petición de auxilio. Los demás marineros, a excepción de Samuel, murieron por hipotermia.