Feijóo pide a Sánchez garantías de que no le engañará con la reforma del artículo 49 de la Constitución

En la reunión de la Mesa del Congreso del martes, diversos grupos parlamentarios, entre ellos el PP, pidieron una prórroga del plazo de enmiendas al proyecto de reforma del artículo 49 de la Constitución, para cambiar el término «disminuidos» por «personas con discapacidad». Y ya van 42 prórrogas, semana tras semana desde junio de 2021.

Hace más de un año que el Consejo de Ministros aprobó la reforma y la envió al Congreso para su tramitación parlamentaria, pero desde entonces ha estado atascada en la Comisión Constitucional porque los populares no se fían de las intenciones de Pedro Sánchez. Ni antes con Pablo Casado ni ahora tampoco con Alberto Núñez Feijóo (la reforma requiere obligatoriamente el voto favorable del PP, porque Sánchez necesita una mayoría de tres quintos en ambas Cámaras para su aprobación).

El líder de los populares ha visitado este jueves el CERMI (el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) y, desde allí, ha insistido en que él no se opone a reformar ese artículo: pero quiere garantías que, por el momento, el presidente no le ha dado. Garantías de que la apertura del melón constitucional no derivará en la convocatoria de un referéndum que fuercen los socios del presidente. Ni en más cambios, «de forma torticera».

Feijóo ha propuesto al PSOE que, antes de que acabe junio, se constituya una mesa entre el CERMI y los dos principales partidos para avanzar en un nuevo y definitivo texto y enviarlo al Consejo de Estado para que se pronuncie. Según recalcan fuentes populares a El Debate, que el CERMI sea el mediador es imprescindible para ellos.

Existe un texto que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 11 de mayo de 2021, después de recabar un informe previo del Consejo de Estado. Pero ya en aquella ocasión, el máximo órgano consultivo puso de manifiesto en su dictamen que será imposible controlar lo que para el PP es una línea roja: «Aprobada la reforma por las Cortes Generales, deberá ser sometida a referéndum para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera de las dos Cámaras», recordaba el Consejo de Estado. Y nada se podría hacer para evitarlo.

El problema, como ha venido contando este periódico, es que Sánchez no está en disposición de garantizar a Feijóo que no habrá referéndum, porque basta con que lo soliciten 35 diputados.

Aun manteniendo a raya a Unidas Podemos (actualmente el grupo confederal tiene 33 escaños, aunque empezó la legislatura con 35), independentistas vascos, catalanes y gallegos suman esa cifra mágica. Entre ERC –13–, el PNV –6–, Bildu –5–, Junts per Catalunya –4–, el PdeCAT –4–, la CUP –2– y el BNG –1–. Bastaría con que lo pidieran por escrito.

Sánchez se lo pidió a Feijóo en Moncloa

La reforma del artículo 49 de la Constitución fue una de las 11 peticiones que el presidente trasladó al líder de la oposición en la reunión que ambos mantuvieron en La Moncloa en abril. Un mes después, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, compareció en la Comisión Constitucional del Congreso y recriminó a los populares que sigan en sus trece:

«No una ni dos, sino más de una docena de veces me he dirigido directamente al PP, como hago ahora, para pedirles que salgan de ese callejón sin salida, absurdo, en el que lo único que están ustedes haciendo es ofendiendo a las personas con discapacidad», sostuvo.

Y añadió: «Aprobemos cuanto antes la modificación del artículo 49, demos dignidad a todas las personas que tienen discapacidad en este país. Nadie entiende en España cómo es posible que el artículo 49 de la Constitución no se haya modificado ya por un obstruccionismo y un negacionismo del PP». Incluso calificó los argumentos del PP de «excusas peregrinas».

En el Foro de El Debate en el que Isabel Díaz Ayuso participó el 23 de mayo, la presidenta madrileña se mostró contraria a reformar el artículo 49 de la Constitución en este momento, teniendo Sánchez los socios que tiene. «Abrirla -en alusión a la Carta Magna- nunca va a contentar a nadie», opinó. «Además, en un momento de tanta inestabilidad política y con el Gobierno más débil que se ha tenido en democracia, fruto de pactos con quienes quieren abiertamente destrozar España porque se demuestran profesionales odiadores de nuestro país», concluyó.