Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo
Las víctimas del terrorismo, 18 años después
Con el título «Memoria para el futuro», arranca hoy en la Universidad CEU San Pablo el Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo
Hace algo más de 18 años (enero 2004) se celebró el primer congreso de víctimas del terrorismo. En aquellas fechas la banda terrorista ETA seguía matando. El año anterior el Tribunal Supremo ilegalizaba las organizaciones Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna por sus vínculos demostrados e innegables con ETA en cumplimiento de la ley de partidos aprobada un año antes.
A finales de año la Policía frustró un intento de ETA de volar un tren en la estación madrileña de Chamartín el día de nochebuena. Joseba Pagazaurtundua Ruiz fue tiroteado en Andoain mientras desayunaba el 8 de febrero de 2003. Era jefe de la Policía Municipal. El 30 de mayo fueron asesinados los policías nacionales Julián Embid Luna y Bonifacio Martín Hernández en Navarra mediante una bomba lapa colocada en los bajos de su vehículo.
Hasta el primer congreso de víctimas del terrorismo éstas eran como fantasmas que deambulaban por nuestras calles sin que nadie se acordase de ellas, salvo en los entierros o cuando se producía un atentado, y solo durante unas horas. Eran un cero a la izquierda en la política y para gran parte de la sociedad española.
El atentado de las Torres Gemelas horrorizó al mundo, pero siguió sin fijar la atención de los españoles en las miles de víctimas que los grupos terroristas habían provocado en la sociedad española. La batalla del Ebro, la más cruenta y larga de la Guerra Civil, provocó más de 13.000 muertos. Las víctimas del terrorismo, los muertos, heridos, sus familias superan con creces esta terrible cifra.
Después de primer congreso de víctimas del 2004 la sociedad española tomó conciencia del dolor de las víctimas y de la deuda impagable que tenía con ellas. Los políticos, o al menos una parte de ellos, se vieron obligados a tenerlas en cuenta. El silencio había terminado. Nacían las asociaciones de víctimas para reclamar su derecho a pedir justicia, aunque muchas, muchísimas víctimas siguen y seguirán en silencio. En el 2004 las cosas iban cambiar y de hecho cambiaron. ETA dejó, momentáneamente, de matar, aunque las calles de España se tiñeron de sangre por causa de los atentados yihadistas y de nuevo por ETA poco tiempo después. Hasta el 2011 ETA asesinó a 11 personas más.
La sociedad española, todas las sociedades, pronto olvida. Unas noticias tapan a otras. Hace tiempo que no muere nadie en España a manos de terroristas. Las víctimas ya no son noticias. La guerra de Ucrania, el affaire de Sánchez y el Sahara, el auge de Vox y la victoria del Real Madrid, inflación son hoy las noticias que, últimamente, acaparan titulares.
Los herederos de ETA hoy se sientan en el Parlamento, el yihadismo se oculta en la sombra y puede atacar en el momento más inesperado. La Policía y la Guardia Civil nos advierten de estas amenazas, aunque desde el ministerio del Interior nos tranquilizan falseando las estadísticas de delincuencia. Mientras lo españoles duermen otras amenazas se acercan. Los nuevos Cuatro Caballos de la Apocalipsis cabalgan. Tras la Muerte cabalgan la Guerra, el Hambre y ahora las nuevas enfermedades virológicas que pueden ser las armas de los terroristas del siglo XXI.
Pero no seamos pesimistas. Las víctimas del terrorismo vuelven a ser noticia, ahora no por haber nuevas muertes, sino como recuerdo de lo que hemos sufrido, ellos y nosotros, todos. Después de 18 años volvemos a hablar de un pasado que nadie parece tener mucho interés recordar. El volver a celebrar un congreso de víctimas del terrorismo no es gritar que, sino recordar que la amenaza no ha pasado y que las heridas en muchos españoles siguen abiertas.