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Alberto Núñez Feijóo y Juanma MorenoEFE

La estrategia del PP

Las razones por las que el PP de Feijóo marca distancia con Vox a pesar de necesitar su apoyo

Las declaraciones de Feijóo siempre han ido encaminadas a alejarse de lo que denomina «populismos» para intentar gobernar en absoluta mayoría. Por el momento, los números no dan

Las mayorías absolutas parecen ya un recuerdo. Algo del pasado. Con la aparición y entrada de nuevas fuerzas políticas la coalición se ha instaurado como forma común de Gobierno. Sin embargo, el nombramiento de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Partido Popular fijó rápidamente una postura de distanciamiento con Vox a pesar de que su formación precisa de los de Santiago Abascal para que la aritmética parlamentaria les permita gobernar.

El último sondeo publicado por El Debate otorgaba un máximo de 45 escaños para el candidato del PP, Juanma Moreno. Los diez escaños restantes para la mayoría absoluta se prevé que se completen con los conseguidos por Macarena Olona. A pesar de los datos de las encuestas, Moreno volvió a dejar claro en el debate de este lunes que su intención es «gobernar con la mayoría de los andaluces». En declaraciones anteriores, el presidente de la Junta de Andalucía afirmaba que quería gobernar en solitario y que, si los números no salían, no descartaba una repetición electoral.

El PP obtendría una victoria clara en Andalucía, según este último sondeoTarget Point para El Debate

El discurso de Moreno se escuchó hace pocos meses en Castilla y León cuando el presidente de la región, Alfonso Fernández Mañueco, aseguraba que no quería gobernar mediante una coalición. Los resultados electorales le dejaron a diez escaños de la mayoría absoluta y, tras una ardua negociación, llegó a un acuerdo con su ahora vicepresidente, Juan García-Gallardo.

Partiendo de la base de que la estrategia electoral de los partidos asume siempre la tendencia de asegurar la intención de gobernar en solitario, Feijóo ha fijado unos parámetros que guían sus discursos en el hecho de diferenciarse con Vox. Pero, ¿qué persigue con ello y cómo puede beneficiarle?

Primero, el PP

La primera, y más lógica razón, es que cada candidato pide siempre el voto para uno mismo. Más allá de lo evidente, las formaciones intentan evitar verse vinculadas con otro partido para que el voto no se divida y terminar perdiendo escaños. Si un ciudadano percibe que votar a uno u otro es indistinto porque terminarán formando gobierno juntos, se corre el riesgo de perder fuerza parlamentaria y, por lo tanto, armas en la negociación posterior.

Si el ciudadano percibe que votar a uno u otro es indistinto, se perderán escaños

Un ejemplo de ello es la Comunidad de Madrid. Si bien es cierto que la presidenta Isabel Díaz Ayuso se sitúa en una posición más cercana a Vox de lo que pueden estar otros líderes regionales del PP, las elecciones del 4 de mayo de 2020 otorgaron al PP un número de escaños (68) muy superior al que consiguió Vox (13). Aunque Ayuso necesitó de Monasterio para ser nombrada presidenta de Madrid, la debilidad de Vox en la Asamblea permite a la líder de la comunidad autónoma tener un mayor control.

En un caso diferente se encuentra Mañueco cuyos 31 escaños le obligaron a incluir en su gobierno a Vox y formar un ejecutivo de coalición. Por lo tanto, el resultado electoral importa –y mucho–, y por ello es primordial lograr el máximo número de escaños.

El voto del centro

Otro de los motivos es la intención de Feijóo de conseguir engrosar sus resultados recabando voto de centro. Para lograrlo, su estrategia pasa por mostrar un posicionamiento moderado que se aleje de la fijación en la derecha férrea de Vox y que puede ahuyentar al votante descontento del centro entre el que pueden encontrarse los desencantados con el PSOE.

Feijóo apunta al centro para conseguir el voto de los socialistas desencantados

No es un secreto ni pretende ocultarlo. Así lo demostró con una de sus frases más destacadas durante el discurso en el foro celebrado por El Debate: «Si el centro y la derecha están unidos, no hay duda de que ganaríamos las próximas elecciones».

Mayorías absolutas

Feijóo está acostumbrado a las mayorías absolutas. Lo está por haber encadenado cuatro consecutivas en Galicia. El líder del PP no se encuentra a gusto teniendo que compartir el mando con otra formación y su carácter moderado no termina de casar con Vox. Tampoco lo hacen sus intenciones de centrar la política en los ámbitos de gestión y alejarlos de la ideología que basa, precisamente, la estrategia de Vox desde su entrada en las instituciones.

Fuentes de la formación apuntan que la intención es lograr una mayoría absoluta en las próximas generales y que, de no ser posible, sea una nueva revalidación la que le permita gobernar en solitario.

La estrategia de Feijóo persigue marcar las diferencias con los de Santiago Abascal, a los que prefiere evitar, al menos, hasta el hipotético acuerdo que le lleve a La Moncloa. El próximo escenario será el andaluz donde, en el mejor –y menos probable– de los casos para los populares, Moreno Bonilla podrá alcanzar los ansiados 55 escaños o, de lo contrario, confiar en firmar un acuerdo con Vox que, Olona ya ha advertido, supondría una vicepresidencia para su partido.