Homenaje al Grupo Tácito en el CEU
Diálogo y reconciliación: la fórmula de Tácito para la Transición y el siglo XXI
El presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, destaca que «Tácito, y la misma Transición, suponen un claro caso de éxito» en el acto de homenaje que la Universidad CEU San Pablo ha rendido a este Grupo, decisivo en la gestación de la Democracia
El aula magna de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad San Pablo CEU ha rendido un homenaje solemne al Grupo Tácito; el conjunto de políticos, intelectuales y periodistas que sentaron las bases teóricas para dar el salto a la democracia y que luego, ya durante la Transición, también habrían de desempeñar un papel capital desde la primera línea de la acción política. El homenaje, que ha contado con la presencia de Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP, ha querido tributarse en un espacio académico del CEU, dado que la idea original del Grupo Tácito nació precisamente en el entorno de la Asociación Católica de Propagandistas.
La primera persona en subir al estrado fue don José Manuel Otero Novas, uno de los más insignes tácitos por su condición de ministro –por partida doble– en los gobiernos de Adolfo Suárez. Haciendo un alarde de lucidez y agilidad mental, Otero Novas intervino sin a penas leer sus papeles para, en primer lugar, glosar la actividad anual del Aula Política del Instituto CEU de Estudios de la Democracia y, en segundo término, explicar como nació y fue desarrollándose en el tiempo aquel Grupo, que habría de tener una importancia decisiva en la consolidación del nuevo régimen democrático.
«Construimos un sistema que dura ya más de 45 años y es, por tanto, el más largo en la Historia contemporánea de España», afirmó Otero Novas, quien remarcó que, para que el homenaje tuviese un carácter lo más sentido y concreto posible, fueron invitados al mismo el mayor número posible de tácitos. En el caso de los fallecidos, se realizó desde el CEU el máximo esfuerzo para contar con la presencia de sus viudas y descendientes.
Tras la intervención de José Manuel Otero Novas vino la entrega de los Premios Grupo Tácito, conducida por María Teresa Álvarez, a los mejores trabajos de fin de grado a los alumnos de las Universidades CEU en las categorías de Arquitectura e Ingeniería, Comunicación y Humanidades y Ciencias de la Salud.
Oreja y Ambrona, mano a mano
Tras un breve interludio musical, el siguiente momento del acto lo protagonizó don Marcelino Oreja Aguirre, ministro de Asuntos Exteriores durante la Transición, así como diplomático de carrera, y don Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, otro insigne tácito que, en su caso, fue ministro de Educación y Ciencia en el Ejecutivo de Adolfo Suárez. El diálogo de Oreja y Ortega estuvo moderado por la periodista Ana Samboal.
Oreja Aguirre explicó que el nombre del grupo provino de un libro que casualmente estaba leyendo en ese momento sobre Tácito, el político e historiador romano, escrito por Gregorio Marañón. «Propuse el nombre, que no le gustó a nadie; y se dejó provisionalmente a la espera de uno mejor. Luego, como el Grupo en cuanto tal tuvo éxito, el nombre se quedó», señaló Oreja para recordar como sus reuniones semanales durante aquellos años fueron marcando el camino del tránsito hacia la democracia. «No tuvimos excesivos problemas, porque fuimos muy cuidadosos. Todos compartíamos unos ideales y, poco a poco, fue cuajando en lo que sería un partido político».
Ortega, por su parte, señaló que la mayoría de los tácitos eran católicos que asumieron la propuesta postconciliar. Las ideas de diálogo, reconciliación, tránsito pacífico, afirmó Ortega, procedían de este humus, de este sedimento. «De nosotros, ojo, pero también de mucha otra gente», precisó con humildad Ortega.
Ante la pregunta de Samboal sobre si pudieron cometerse errores «de ingenuidad» durante aquellos tiempos, Oreja Aguirre, rotundo, contestó que «no; eran momentos muy complejos, disponíamos del instrumento del Ya, y esa fue la Transición, la que hicimos. La segunda Transición no es tal, dado que supone el intento de un proceso de ruptura, que solo quieren algunos».
Eclosión liberal
Ortega y Díaz-Ambrona, a su vez, recordó anécdotas curiosas, como la proliferación de liberales, tanto de políticos autodenominados como tal, como de formaciones, aunque todas generalmente de corte tendente a minúsculo. «Nos equivocamos porque no dimos fuerza suficiente a la UCD para que sobreviviese a una derrota electoral», glosó el ex ministro ante la pregunta de Samboal. Oreja, al respecto, señaló que, a su juicio, la causa fue que «a partir del año 1981 y 1982 aquello se rompe porque hubo algunos que quisieron salirse de allí, de la UCD, para ir hacia caminos distintos. Antes no, antes la UCD estaba muy unida».
Con respecto a la hipótesis de una segunda Transición, Ortega fue taxativo: «Solo ha habido una Transición, que fue la primera; lo de ahora en todo caso es la ley del péndulo, es decir, la llegada de nuevas generaciones, que podría generar una caída en los viejos errores. La Transición, la primera, fue la reconciliación».
Carta personal del Rey Juan Carlos
El diálogo entre Oreja y Ortega dio paso a la lectura de una carta de Juan Carlos I; fue la forma mediante la cual el Rey, cuyo papel en la Transición a juicio de todos los intervinientes fue absolutamente protagonista y decisivo, quiso estar presente en el acto. Tras finalizar María Teresa Álvarez la lectura de dicha carta, muchos de los asistentes se pusieron en pie para aplaudir las palabras de Don Juan Carlos.
El siguiente momento del acto vino con la entrega de un ejemplar en dos volúmenes que recopila los 180 artículos originales que publicó Tácito durante la Transición a los miembros del Grupo o, en el caso de su fallecimiento, a sus familiares directos. La entrega del ejemplar estuvo presidida por Alfonso Bullón de Mendoza, así como por Joaquín Leguina, primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, e Ignacio Camuñas.
Consenso y concordia
Don Alfonso Bullón de Mendoza cerró el acto con una felicitación a José Manuel Otero Novas por su condición de presidente del Instituto de Estudios de la Democracia –este fue el marco dentro del que CEU acogió el acto–, más una evocación del espíritu del Grupo Tácito y de la misma Transición. Desde su condición de Catedrático de Historia Contemporánea, el presidente de la ACdP consideró la Transición «un caso de éxito» frente a otros momentos de nuestro pasado reciente «muy convulsos, llenos de discordia y guerras civiles». «La Transición se realizó desde el consenso y la concordia; no desde el espíritu del trágala y la tabla rasa», remarcó Alfonso Bullón de Mendoza.
El acto concluyó con la escucha respetuosa del himno nacional y un vino español.