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Irene Montero, Isabel Rodríguez y Nadia CalviñoEFE

Un veto ante las cámaras

La portavoz del Gobierno impide a Irene Montero hablar de Melilla para no importunar a Marruecos

Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Isabel Rodríguez se ha negado hasta en cinco ocasiones a que la ministra morada respondiera si comparte la actuación marroquí

Cinco veces. Cinco veces han preguntado los periodistas a Irene Montero por su opinión sobre las muertes de 37 subsaharianos en la frontera de Melilla y cinco veces se ha interpuesto la portavoz del Gobierno para evitar que la ministra de Igualdad respondiera.

Por un lado, para tratar de impedir un nuevo enfrentamiento entre socios en la semana de la Cumbre de la OTAN. Por el otro, para no importunar a Marruecos ahora que tan bien se lleva Pedro Sánchez con Mohamed VI.

La escena ha sucedido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, después de que el sábado el presidente gradeciera a Marruecos su trabajo «para tratar de frenar un asalto violento que pone en cuestión nuestra propia integridad territorial».

Mientras Marruecos entierra a las víctimas en fosas comunes y sin autopsia, Podemos ha pedido una investigación y la propia Yolanda Díaz ha secundado esa postura al escribir en Twitter: «Cabe aclarar ya lo sucedido».

En ese contexto, se esperaba que Montero redundara en esa idea. Pero Isabel Rodríguez ha silenciado por completo a la titular de Igualdad, con el argumento de que iba a ser ella quien respondiera a las preguntas sobre Melilla. «Si le parece a la ministra de Igualdad responderé a todas las cuestiones relacionadas con la valla», ha avisado al principio.

Hasta en cinco ocasiones han interpelado los medios directamente a la ministra morada para conocer si también es partidaria de una investigación o si, como señaló el presidente el sábado, considera que hay algo que agradecer a Marruecos.

En todas y cada una de las ocasiones, la portavoz del Ejecutivo se ha adelantado para no dejarle hablar, hasta producirse una situación incómoda, con Montero tratando de disimular su disconformidad.

«Le agradezco la pregunta y el interés de todos ustedes, he tratado de manifestar con amplitud la respuesta del Gobierno», ha zanjado Rodríguez a la quinta.

La tesis mantenida por la portavoz gubernamental es la misma a la que aludió el presidente: «El problema es que existen mafias internacionales que trafican con seres humanos y hay que combatirlas para evitar este trato inhumano», ha sostenido en varias ocasiones.

Rodríguez también ha reiterado el reconocimiento del Gobierno a la colaboración de Marruecos porque «juntos estamos velando por proteger nuestra frontera». «En el Gobierno trabajamos por la integridad de nuestro país y, por tanto, de Ceuta y Melilla (…). Se está agrediendo la frontera de España, que es también agredir la frontera europea», ha afirmado.

Más madera para las especulaciones sobre los motivos que hay detrás de la repentina condescendencia hacia el reino alauita. Primero entregando el Sáhara Occidental a Mohamed VI de forma unilateral y ahora defendiendo una actuación en la valla de Melilla cuestionada por las organizaciones de derechos humanos y que Argelia ha definido como «una carnicería».

Para intentar rebatir las acusaciones surgidas en las últimas 48 horas por la falta de sensibilidad del Gobierno, la portavoz ha tirado de argumentario y de cifras sobre las políticas de regularización e inclusión de migrantes; que son, según Rodríguez, la mejor forma de dar «dignidad».

«Hemos autorizado que los menores no acompañados mayores de 16 años puedan incorporarse al mercado laboral en las mismas condiciones que los nacionales. Hemos reformado el reglamento de extranjería para mejorar la inclusión de menores no acompañados y de jóvenes ex tutelados, y en los primeros seis meses ya se han beneficiado más de 9.000», ha indicado. «Cuatro de cada cinco jóvenes ex tutelados están ya con permiso de trabajo, el número de jóvenes y menores trabajando se ha duplicado», ha añadido.