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Imagen de la vicepresidenta Yolanda Díaz, militante del Partido Comunista de España

Díaz les escuchaba tomando notas en silencio

Las juventudes de Sumar, preocupadas por la «crisis civilizatoria», proponen un lema: «Vivir sabroso»

Una treintena de «jóvenes activistas» de en torno a los treinta años de edad se reúnen con la líder comunista e inician un «proceso de escucha» para «ensanchar la democracia»

Una «transición justa» con un refuerzo de la inversión pública para frenar la desigualdad social, democratizar la toma de decisiones mediante asambleas ciudadanas y acabar con la «tibieza» en el discurso para poner fin al greenwashing son algunas de las propuestas de los jóvenes al proyecto Sumar de Yolanda Díaz.

La actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, que la semana pasada presentó públicamente esta plataforma cívica, ha tomado notas en silencio mientras los jóvenes de hasta 30 años convocados han compartido sus preocupaciones respecto a la crisis climática y han trasladado sus peticiones concretas.

Los participantes, que han hablado por turnos situados en círculo como si de una asamblea se tratase, se han centrado sobre todo en la justicia social, pues «cambio climático y desigualdad son dos caras de una misma moneda», han dicho, y ya que el calentamiento «es un problema de salud pero también es un problema de clase».

Abandonar la «tibieza»

Así, varios de los asistentes han pedido políticas de redistribución y medidas estructurales «largoplacistas» para cambiar el modelo económico y transitar hacia uno más equitativo y coherente con los límites del planeta.

«Ya pasó la era de los osos polares y de usar tetrabriks en vez de botellas de agua», ha señalado uno de ellos, hijo de agricultor y procedente de la «España vaciada», quien ha subrayado la gravedad de la «crisis civilizatoria» que supone el cambio climático, y ha pedido abandonar la «tibieza» en el discurso que lleva al «greenwashing» (lavado verde de imagen).

También han pedido medidas para incorporar en la educación la perspectiva climática y así concienciar al conjunto de la población respecto a la «dieta» que la sociedad debe seguir para alejarse de la «consumocracia» en que, a su juicio, vive.

Placer, libertad o felicidad

Se ha repetido también entre los temas abordados la cuestión de cambiar la forma en que se mide el desarrollo, dejando atrás el PIB para pasar a emplear otros indicadores que reflejen el estado del planeta y condiciones de vida.

Asimismo, han destacado la necesidad de recuperar términos como «placer, libertad o felicidad» para incluirlos en el discurso climático, y se han referido a la campaña «Vivir sabroso» empleada en las últimas elecciones de Colombia.

Los activistas y Yolanda Díaz han coincidido en la importancia de apostar por un «crecimiento alternativo» donde lo que crezca sea «el bienestar social, los trabajos dignos, la vida colectiva o los cuidados» y decrezca el consumo de recursos limitados y contaminantes.