Comunidad Valenciana
El «Apartheid lingüístico» de Puig se acelera: «En siete años han conseguido lo mismo que Cataluña en 30»
Asociaciones culturales de la Comunidad Valenciana denuncian la «imposición» del valenciano frente al castellano con las normas catalanas
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, es, según el Estatuto de Autonomía, el primer garante de los derechos de los valencianos. Sin embargo, no parece que eso sea así, al menos en cuestión de la lengua.
Y es que, al estilo de Pere Aragonès en Cataluña o de Francina Armengol en las Islas Baleares, el jefe del Consell ha optado por una línea catalanista en todos los ámbitos.
Buena prueba de ello son los actos con los sindicatos de UGT y CCOO, en los que el jefe de Consell no tuvo ni el más mínimo reparo a la hora de formar parte de dichos actos y pronunciar sus discursos junto a la bandera catalana –a pesar de ser el acto en la Comunidad Valenciana- y en ningún momento la Senyera Valenciana.
Uno de los ámbitos en los que está calando esa actitud es en el de las aulas: «La catalanización de los alumnos es insoportable», recalca la portavoz adjunta del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia, María José Ferrer.: «El Consell ha hecho que todos los centros educativos sostenidos con fondos públicos tengan el 50 % del currículo en valenciano, el 25 % en inglés y el otro cuarto en castellano». Ante ello, la edil popular se pregunta «por qué los padres no pueden elegir la educación para sus hijos». En esta línea, según Ferrer, «se están saltando esa libertad».
En esa misma línea se expresa la diputada de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Merche Ventura: «Están cercenando la libertad de los padres y están perjudicando a los alumnos». «Desde que está el Botánico, la estrategia es hacer el valenciano –el catalán- la lengua vehicular en todos los ciclos educativos».
Según Ventura, este hecho acarrea diversos problemas: «A un alumno de otro país o de otra comunidad autónoma se le obliga a estudiar en valenciano», asegura. Pero va más allá: «A los chicos con autismo y otras discapacidades también se les impone el valenciano, aunque su lengua materna sea el castellano».
En este sentido, Ventura denuncia la «extrema manipulación» existente en los libros de texto. Así, la edil de Ciudadanos pone como ejemplo un libro de la asignatura Llengua y Literatura Valenciana de tercero de la ESO. El problema viene, según explica Ventura, cuando se abre el libro y la palabra ‘valenciano’ «solo aparece en la portada».
En este sentido, tanto Ferrer como Ventura coinciden al señalar otras señas de manipulación, como son los mapas: «A los alumnos se les dice que se habla catalán oriental y occidental, pero qué es eso? Es valenciano y catalán».
Con todo, Ventura es clara: «El Botánico está siguiendo la hoja de ruta del gobierno catalán pero a marchas forzadas. Lo que en Cataluña han logrado en treinta años, aquí lo están haciendo en poco más de siete. Es muy triste», se resigna Ventura.
Catalanistas «regados»
Más allá del aspecto académico, donde más se han empeñado Joan Ribó y Ximo Puig a la hora de subvencionar, ha sido en las distintas asociaciones y entidades catalanistas.
De este modo, Plataforma Per la Lengua, Escola Valenciana, El Micalet y tantas otras, han sido beneficiadas constantemente desde 2015 con ingentes cantidades de dinero público: «Puig ha dado unos tres millones de euros y Ribó 900.000 euros», denuncia Ferrer.
Cabe destacar que Plataforma Per la Llengua en Cataluña actúa a modo de policía política, investigando y señalando en el mismo recreo a aquellos niños que no hablan catalán.
«Cero subvenciones»
Si en el ámbito político existe persecución, no lo es menos en la Cultura. Así, el presidente de la Asociació Lo Rat Penat, Óscar Rueda, asegura que desde 2015 «el Gobierno del Botánico nos ha dejado sin subvenciones». Según Rueda, ello se debe a que utilizan «las normas de ortografía valencianas y no catalanas».
El mismo problema padece Ricart Folgado, presidente de la Associsció d’Escritors en Llengua Valenciana: «En diez años nuestra asociación ha recibido 2.500 euros. En cambio, no paran de dar dinero y más dinero a plataformas que supuestamente fomentan el valenciano, pero en realidad inyectan el catalán. Todos ellos son fascistas y racistas».
Precisamente, sobre las subvenciones, el director de la Sección de Llengua de la RACV, Voro López, asegura que las entidades catalanistas no están regadas por parte de Ribó y Puig, sino que están «inundadas de fondos»: «A quienes de verdad defendemos el valenciano nos tienen marginados. Son unos sectarios. A este respecto, López dice que los impuestos de los valencianos «van a asociaciones que van en contra del propio valenciano, como El Micalet».
Por último, el sectarismo antivalencianista llega a tanto como que, tal como denuncian tanto los portavoces políticos como los representantes culturales, se ha «negado» la participación a todo aquel que use las normas del valenciano frente a las del catalán. De este modo, todos aquellos autores que quieran hacer obras en los llibrets de Fallas o demás, según el valenciano y no el catalán, están de manera preventiva eliminados: «Son racistas. Es un ‘Apartheid’ lingüístico», denuncia Ricart.