Sánchez quiere pasar a la historia también como padrino de un acuerdo de paz en Colombia

Pedro Sánchez quiere pasar a la historia. Y para ello se ha marcado un nuevo reto. Ya no solo ser el presidente de turno de la UE bajo cuyo mandato – en el segundo semestre de 2023- se celebre la primera Cumbre entre la UE, América Latina y el Caribe desde 2015, que también; sino también ser el anfitrión, y padrino, de las conversaciones de paz entre el nuevo Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional.

Así se lo ha ofrecido el presidente español a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, durante la reunión mantenida entre ambos con motivo de la gira de Sánchez por Hispanoamérica. Y Petro ha recogido el guante, aunque ha recordado que cada paso que se dé hacia la paz deberá ser consensuado entre las partes. Es decir, entre su Ejecutivo y el ELN. «Si así lo deciden las partes, a mí me encantaría», ha asegurado.

A su lado, Sánchez ha añadido: «España tiene una larga tradición de acompañar procesos de paz en América Latina». Inicialmente iba a ser Ecuador el país anfitrión, pero después ha acabado siendo Cuba. Al menos, en las primeras tomas de contacto.

Ambos mandatarios han mostrado la «simetría» de sus agendas políticas, a decir de Sánchez. Que ha citado la reforma tributaria y el ingreso mínimo vital que planea Petro, el hecho de que su Ejecutivo sea el primero paritario de Colombia, el interés compartido por el «empoderamiento de la mujer» y la emergencia climática y también la defensa de los derechos humanos.

«Europa tiene la obligación, responsabilidad y oportunidad de estrechar lazos con América Latina y España quiere ser la puerta de entrada», ha añadido Sánchez. Después de Colombia, su viaje hará paradas en Ecuador y Honduras.

Ya en clave doméstica, el presidente español se ha felicitado por la convalidación -este jueves- del decreto ley de racionamiento energético y ha criticado al PP por su voto en contra. «La noticia sería que el PP apoyara algún decreto ley», ha afirmado con sarcasmo. También se ha quejado de tener enfrente una «oposición negacionista» sin ningún «sentido del deber».