La regla del 15 % que puede enterrar el proyecto de Yolanda Díaz
Sumar no se presentará a las autonómicas de 2023. Queda la duda de si es un proyecto con aspiraciones o solo una escapatoria para Yolanda Díaz una vez salga de la vicepresidencia
Se presentó con un acto bastante concurrido en Matadero (Madrid), rescatando buena parte del ideario antiguo de Podemos... y poco más se supo. Sumar, la plataforma encabezada por Yolanda Díaz, nació oficialmente el pasado 8 de julio y, tras anunciar que no se presentará a las elecciones municipales del año que viene, tampoco se conoce su plan de cara a unas posibles generales para finales de 2023.
No han pasado ni 50 días de su puesta de largo y el proyecto de la vicepresidenta se enfrenta ya a dos dificultades que pueden limitar muchísimo su alcance electoral: la regla del 15 % y el desafecto de buena parte de los dirigentes de Podemos, que ya ha confirmado que irán en solitario a los comicios del año que viene. «Desde Podemos no estamos perdiendo el tiempo», han asegurado.
Si el famoso proyecto Sumar nació con la intención de rivalizar con el PSOE o incluso con Podemos, las cuentas no parecen fáciles. A punto de llegar a septiembre, Sumar no figura en los principales sondeos y parece más pensado como una escapatoria para Yolanda Díaz que como un partido con aspiraciones grandes.
No es el primer partido que emerge de la inercia inicial de Podemos. Ya lo hizo Iñigo Errejón cuando le enseñaron la puerta después de unas durísimas primarias contra Pablo Iglesias. En aquella ocasión, se inventó Más País y, aunque su sucursal madrileña quedó segunda en Madrid, en el Congreso apenas cuenta con tres escaños: el de su fundador y dos más. Le ocurre mucho a la izquierda: le nacen proyectos muy personales pero sin recorrido ni implantación más allá del cabeza de cartel.
A Sumar le puede ocurrir algo parecido debido a dos circunstancias: la regla del 15 % y su falta de entendimiento con Podemos. En los últimos meses se han comprobado diferencias entre ellos, como se vio con el relevo de Enrique Santiago como secretario de Estado o la expulsión del portavoz de Podemos en Aragón, al que echaron con un mensaje de Telegram por acudir precisamente al acto de presentación de Sumar en Matadero.
Los partidos que no superan el 15 % de los votos siempre consiguen un porcentaje de escaños inferior a su porcentaje de voto
Descartada por el momento la fusión (no tanto una lista conjunta) el principal peligro al que se enfrenta ahora Yolanda Díaz es nuestro sistema electoral y la regla del 15 %. Quienes se dedican a la demoscopia saben que aquellos partidos que no logran superar el 15 % de los votos obtienen menos porcentaje de escaños que de votos. Esto se ve ahora mismo con Podemos. En las elecciones de 2019 obtuvo el 13 % de los votos pero sin embargo solo controla el 10 % de los escaños. El ejemplo más reciente sería el de las elecciones andaluzas, donde quedó demostrado que tres listas de un mismo signo político (izquierda) no tienen cabida en nuestro sistema de reparto y donde esta regla del 15 % se mostró con toda su crudeza.
En los comicios del 19-J, el Partido Popular obtuvo el 43 % de los votos y a cambio logró el 53 % de los escaños que había en juego. El PSOE, con un 24 % de las papeletas consiguió atar el 27 % de las sillas. Es decir, los dos partidos hegemónicos consiguieron un porcentaje de escaños superior a su porcentaje de voto. El problema llegó para los siguientes partidos, pues ninguno superó la barrera del 15 %. Vox reunió un 13,46 % de los votos y a cambio sumó el 12,34 % de los votos. Por su parte, la coalición de izquierdas Por Andalucía se pegó el batacazo al sumar apenas un 7,68 % del voto válido, y que se tradujo en un triste 4,58 % de los diputados que había en juego: cinco sobre un total de 109.
Pocos escaños, mucho poder
Ese es el peligro que enfrentan aquellos partidos que no tienen opciones de victoria, y es algo que conocen quienes se dedican al estudio electoral. Las formaciones que no superan el 15 % del voto están destinadas a obtener un rol secundario en el parlamento salvo que, una vez constituidas las cortes, surja un pacto al estilo del que gobierna España desde hace tres años, en el que partidos con poca presencia a nivel de escaños tienen un altísimo poder de decisión. Ahí están Podemos, que con 35 escaños copa vicepresidencia y varios ministerios. O incluso Bildu, que con apenas cinco diputados ha decantado votaciones y modificado varias leyes de calado en lo que va de legislatura.