Don Juan Carlos pone rumbo a Ginebra con la Infanta Elena para apoyar a Doña Cristina en su proceso de divorcio
El padre del Rey Felipe VI y su hija han sido fotografiados despidiéndose a las puertas del hotel en el que se han hospedado
Tras un discreto verano del que parece haber disfrutado desde Abu Dabi, el Rey Juan Carlos ha viajado hasta Ginebra con un objetivo muy claro, tender una mano a su hija, la Infanta Cristina, en el difícil proceso de divorcio en el que se encuentra inmersa para poner fin, de forma definitiva, a su matrimonio con Iñaki Urdangarin. Así lo ha revelado en exclusiva El Cierre Digital, medio que, además, ha tenido acceso a unas fotografías del Rey en la ciudad Suiza.
La publicación asegura que el padre de Felipe VI ha realizado este viaje en compañía de su otra hija, la Infanta Elena, con quien, al parecer, se ha alojado en el Hotel Four Seasons Des Bergues de Ginebra. Allí fue retratado durante la tarde del pasado 30 de agosto, en un momento en el que se disponía a entrar en el complejo tras ser despedido por duquesa de Lugo de manera cariñosa a las puertas del lugar, después de que ambos mantuviesen una conversación muy íntima en la que se desconoce si también estuvo presente Doña Cristina.
Vestido con traje negro, con ciertas dificultades para moverse y visiblemente cansado, el monarca accedió al lugar por su propio pie, con la ayuda de un bastón y escoltado por al menos dos personas de seguridad. Es posible que en ese preciso momento se estuviese trasladando al exclusivo restaurante del hotel para cenar.
No existen pruebas gráficas de que el Rey Juan Carlos y la Infanta Elena se hayan encontrado con la exduquesa de Palma, pero es lo más probable teniendo en cuenta que ella es el único motivo que les podría hacer viajar al lugar, ya que es quien reside en la ciudad suiza desde hace nueve años.
Esta es la primera vez que vemos al Rey Juan Carlos desde su último viaje a España, el cual tuvo lugar el pasado mes de mayo. Además, esta escapada a Ginebra cobra una mayor trascendencia debido a que se hija, la Infanta Cristina, se encuentra en pleno proceso de divorcio.
Desde que los exduques de Palma decidieron anunciar públicamente la «interrupción de su matrimonio» tras conocerse la relación extramatrimonial que el guipuzcoano mantenía con Ainhoa Armentia, su actual pareja, ambos acordaron iniciar los trámites de la separación oficial. Desde aquel día han pasado siete meses y, por lo que se ha podido conocer hasta el momento, todavía no han conseguido ponerse de acuerdo a la hora de fijar los términos del divorcio.
Muchos señalan esta situación como una de las principales razones por las que Iñaki rompió a llorar hace unos días en el interior de su vehículo particular mientras trataba de ser consolado por Ainhoa. Unas imágenes que han dado mucho de qué hablar y que han dado lugar a todo tipo de interpretaciones.
Pese a ello, lo cierto es que, mientras que la Infanta Cristina ha encontrado todo el apoyo que necesitaba en su propia familia, Urdangarin lo ha hecho en la analista contable, con quien sigue manteniendo una relación sentimental que, a juzgar por todo lo publicado hasta el momento, se ha ido consolidando a pasos agigantados. Un romance furtivo destapado por la revista Lecturas con unas fotografías de la pareja paseando de la mano por las playas de Bidart, lo cual supuso el principio del fin de su relación matrimonial con la hija del Rey Juan Carlos.