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Nadia Calviño interviene en la sesión de control al GobiernoEFE

Pura estrategia

El Gobierno celebra como un triunfo el «no» del PP al impuestazo: era el titular que buscaba

En el Ejecutivo están satisfechos por haber retratado a los populares -dicen- junto a la banca y las energéticas. Los de Feijóo intentan hacer pedagogía para rebatir la propaganda gubernamental

El Gobierno tiene este miércoles el titular que buscaba, después de que el PP votara un día antes en el Congreso contra de la toma en consideración de los nuevos impuestos temporales a la banca y a las energética (también se opusieron Vox, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias).

En el Ejecutivo no ocultan su satisfacción por haber retratado a los populares -dicen- junto a ambos sectores, que no gozan de grandes simpatías entre la opinión pública. Lo llaman «el marco», y dicen que les favorece. También aseguran que el PP ya se está arrepintiendo de haber votado en contra porque es indefendible.

Así que, primero Pedro Sánchez y después Nadia Calviño, Teresa Ribera y María Jesús Montero, los cuatro insistieron durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja en establecer una conexión directa entre Alberto Núñez Feijóo y los «poderosos».

«¿Están realmente ustedes pensando en los españoles cuando votan que no a las medidas que benefician a la clase media y trabajadora de este país?», preguntó el presidente a la portavoz del PP, Cuca Gamarra. «El programa electoral del PP es el programa de las grandes energéticas», llegó a decir.

«No es que se opongan a esos impuestos, es que se niegan incluso a debatirlos», se quejó después la vicepresidenta económica entre aspavientos.

Todo el Gobierno y todo el PSOE se han volcado este miércoles en la tarea de presentar al PP como un partido contrario a la gente. «Ayer el PP de Feijóo votó en contra del gravamen a las empresas eléctricas y financieras para redistribuir los costes de la crisis. Hoy Europa plantea las mismas medidas que el Gobierno de Sánchez, Por eso somos el Gobierno de la gente», presumía en Twitter el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López.

Por su parte, el PP, empezando por Feijóo, está intentado hacer «pedagogía» para explicar que oponerse al impuesto temporal a la banca y las energéticas del Gobierno no es estar con los poderosos. Pero desde el principal partido de la oposición reconocen lo difícil que es combatir el trazo grueso del Ejecutivo; ese «si no me votas es porque defiendes intereses oscuros, no los de los españoles».

Los argumentos del principal partido de la oposición son sólidos, aunque tienen la sensación de predicar en el desierto. Primero, dado que la Comisión Europea está estudiando cómo gravar los beneficios extraordinarios de las empresas de petróleo, gas y carbón, lo conveniente sería que España esperara a conocer ese modelo para aplicarlo en España. Segundo, la propuesta de Sánchez carece de garantías jurídicas, de forma que los tribunales pueden acabar obligando al Estado a devolver ese dinero detraído con creces por doble imposición (que está prohibida).

Tercero, el Ejecutivo no ha aclarado en qué piensa gastarse los 3.000 millones de euros que espera recaudar en dos años con estos impuestos. Y cuarto, poner a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y al Banco de España a vigilar (sin medios) que las entidades financieras y energéticas no repercutirán el coste en los consumidores es inútil. Así que acabarán repercutiéndolo.

«No se trata de un titular y ya», se lamentan fuentes populares. Y recuerdan que ya pasó lo mismo con la excepción ibérica: el Gobierno la vendió como la panacea, ellos alertaron de que acabaría siendo contraproducente y el tiempo -afirman- ha acabado dándoles la razón.