EXCLUSIVA
La exministra Trujillo que niega la españolidad de Ceuta y Melilla cobra de una universidad pública marroquí
Trabaja bajo las órdenes del ministro de Educación, con el que tiene relación de amistad. El fichaje se ha hecho efectivo tras ser despedida de la Embajada de España en Marruecos
La exministra socialista María Antonia Trujillo, en el punto de mira por negar la españolidad de Ceuta y Melilla, está a sueldo de la principal universidad pública marroquí desde el pasado mes de junio. Trujillo consiguió este trabajo días después de ser cesada como alto cargo de la Embajada de España en Marruecos, donde fue despedida bajo acusaciones de absentismo laboral, tratos de favor entre los empleados y un fuerte malestar entre el profesorado español.
En la actualidad, Trujillo trabaja en el campus de Larache de la Universidad Abdelmalek Essaâdi, una institución pública dependiente del Ministerio de Educación de Marruecos. Allí se encarga de gestionar proyectos de cooperación universitaria. «Trabajo en el campo de la cooperación cultural y universitaria», asegura. «En particular en esta universidad que hoy nos acoge, y experimento una inmensa alegría», reconoció hace tres meses a un medio de comunicación marroquí.
El vínculo entre Trujillo y la Universidad Abdelmalek Essaâdi se remonta a la etapa en la que ejercía de consejera de Educación de la Embajada de España en Marruecos. Allí conoció a los que hoy son sus jefes: Saaid Amzazi, ministro marroquí de Educación, con quien forjó una estrecha relación de amistad que mantiene en la actualidad, y a Bouchta El Moumni, presidente de la universidad pública que hoy le da trabajo.
La institución académica que ha fichado a la exministra socialista está considerada como la principal universidad pública marroquí. Fue fundada en 1989 y cuenta con catorce facultades repartidas entre las ciudades de Tánger, Tetuán, Martil, Alhucemas, Río Martín y Larache. Las aulas de este centro de altos estudios cuentan con un marcado carácter político, ya que está considerada como la académica estatal más próxima al Rey Mohamed VI.
El Debate se ha puesto en contacto con Trujillo para conocer en qué consiste exactamente su trabajo y para preguntarle cuáles son las condiciones económicas de su labor en esta universidad pública de Marruecos. Sin embargo, la exministra del PSOE no ha respondido ni a las llamadas telefónicas ni a los mensajes enviados por este periódico.
El foro de la discordia
Trujillo se encuentra en el punto de mira tras participar en una conferencia el pasado 2 de septiembre en la ciudad marroquí de Tetuán. Allí, en un congreso titulado 'Las relaciones entre Marruecos y España: ayer y hoy', aseguró que las ciudades españolas de Ceuta y Melilla «suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos» y que «son vestigios del pasado que interfieren en sus relaciones con España». Estas afirmaciones fueron pronunciadas frente al ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que presidió la celebración del coloquio.
Tras las palabras de la exministra socialista
Patxi López se desmarca de las declaraciones de Trujillo sobre Ceuta y Melilla: «No dudamos de su españolidad»
Las aseveraciones de Trujillo han causado tanto malestar que las ciudades autónomas españolas a las que hizo referencia la han declarado persona 'non grata' de manera unánime. De la misma manera, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, también se desmarcó de la postura de la exministra socialista asegurando que rechazaba sus declaraciones. El acto de la discordia fue organizado por la universidad pública marroquí de la que hoy cobra Trujillo y por una asociación fantasma de la que apenas existen referencias.
Provocó malestar en la Embajada
El aterrizaje de Trujillo en Marruecos se remonta a octubre de 2018. En ese momento fue nombrada consejera de Educación de la Embajada de España en Rabat. El despido de la exministra del PSOE se llevó a cabo bajo las acusaciones de absentismo laboral, tratos de favor entre los empleados y malestar entre el profesorado español. Enrique González, responsable de Exterior del sindicato CSIF describió el paso de Trujillo por la oficina diplomática como «un esperpento, un caos total».
De hecho, el sindicato de funcionarios llegó a denunciar a Trujillo ante el Ministerio de Educación por «usar su cargo como un cortijo en el que premiaba o castigaba al personal asignándole o quitándole tareas de manera arbitraria». González también comunicó continuas ausencias laborales de la exministra del PSOE porque «no se sabía dónde estaba Trujillo, que llevaba tiempo sin aparecer por la Consejería».
La reivindicación de Marruecos sobre Ceuta y Melilla está justificadaExministra de Vivienda
Sin embargo, el culmen que provocó su salida fulminante fue la queja de una veintena de profesores españoles en Marruecos, a quienes despidió «sin expediente alguno de por medio», según el CSIF. Tras la pandemia, muchos de esos profesores volvieron a España para teletrabajar desde sus casas con sus familias. Su sorpresa fue máxima al regresar a Marruecos y encontrarse con que ya no tenían trabajo. Como consecuencia de estos hechos, Trujillo fue cesada de su cargo.
Hasta el momento en el que Trujillo fue nombrada alto cargo en la oficina diplomática española la única vinculación que tenía con Marruecos es que mantuvo una relación sentimental con un traductor marroquí llamado Nordin Fatah, fallecido en diciembre de 2020. Antes, fue ministra de Vivienda (2004 -2007) en el primer Gobierno de Zapatero, consejera de Fomento y Presidencia de la Junta de Extremadura (2000-2004). También fue diputada en el Congreso de los Diputados (2008-2011).