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Sánchez, supuesto defensor del feminismo, evita opinar sobre la lucha de las iraníes

Durante años, el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos no han perdido nunca la ocasión de manifestar su compromiso con la lucha feminista. Pero se trata de un feminismo selectivo. Algunas causas son legítimas y otras se eluden se esquivan. Este jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido preguntado por un periodista acerca de los disturbios en Irán a causa de la muerte de una joven tras ser detenida por llevar el velo o hiyab mal puesto. El presidente, autodeclarado feminista, ha esquivado la respuesta situándose en la ignorancia: «He visto que estaba en redes sociales, pero no puedo opinar al respecto», ha sido su respuesta.

Ha ocurrido durante su rueda de prensa en la residencia el embajador español ante la ONU. Minutos antes de evidenciar su poco conocimiento de la actualidad mundial, Sánchez anunciaba en la misma rueda de prensa una «contribución de 100 millones de euros para organizaciones que trabajan en igualdad de género, incluyendo ONU mujeres». Lo dicho antes, un feminismo selectivo que discrimina la causa según sus intereses políticos o de alianzas electorales.

Feminismo real en Irán

Durante los últimos días, los disturbios en el país de Oriente Próximo han dejado ya, al menos, 31 muertos a causa de la represión policial. La muerte de Mahsa Amini, una joven detenida por la llamada «policía de la moral» por no llevar bien puesto el velo obligado por el Islam. Mientras que los agentes trasladaron que la causa de la muerte fue un problema cardíaco, la realidad es que Amini fue llevada a comisaría y tras «una hora de reeducación» tuvo que ser ingresada en el hospital, donde llegó en coma.

Su muerte ha empujado a miles de mujeres iraníes a tomar las calles y a quitarse el velo en público como símbolo de protesta contra el régimen iraní. Pero la fuerte represión policial ya se ha cobrado decenas de vidas humanas.

De acuerdo con la ONG Iran Human Rights (IHR), basada en Oslo, la cifra podría ser aún más elevada. Por ahora, los medios estatales iraníes hablan de la muerte de 17 personas «entre manifestantes y policías». Por su parte, Amnistía Internacional denunció una «represión brutal» y el «uso ilegal de perdigones, balines de acero, gas lacrimógeno, cañones de agua y porras para dispersar a los manifestantes».