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Mariano en Rajoy y Angela Merkel, en la Cumbre del G-20 celebrada en 2017 en Hamburgo, Alemania, donde entre otros asuntos se analizó la implementación de la Agenda 2030 en la Unión EuropeaEl Debate

Objetivos de Desarrollo Sostenible

¿Qué es la Agenda 2030? Una buena idea patrimonializada en España por Pedro Sánchez

La Agenda 2030 fue suscrita en la ONU en el año 2015 por 193 primeros ministros y presidentes de Gobierno. El acuerdo entonces pasó un tanto desapercibido; ahora, en cambio, está rodeado por la polémica

La espoleta que inició un largo proceso deliberativo en la ONU fue la crisis financiera internacional que comenzó en 2008. Entonces, dentro de varios organismos de Naciones Unidas, comenzó a adquirirse creciente conciencia de que muchas de las dificultades que azotan a la práctica totalidad de Estados del planeta poseen una dimensión que excede a su capacidad de respuesta nacional.

El calentamiento global, la situación de las mujeres en diversos países, el estancamiento en la pobreza y el hambre de naciones enteras, la misma crisis económica y financiera de 2008 o, incluso, la pandemia del COVID… Todos estos problemas, advirtieron en la ONU, suponen notorios desafíos globales, que afectan con diversa fuerza a las poblaciones en función de su nivel de desarrollo. En los paneles, debates y mesas redondas de Naciones Unidas se fue llegando a una conclusión: si la respuesta a dichos retos globales no se realiza de forma coordinada a nivel internacional y actuando sobre sus causas últimas, las soluciones, por localistas, devienen en transitorias e ineficaces.

Si la respuesta a los retos no se realiza de forma coordinada a nivel internacional y actuando sobre sus causas últimas, las soluciones, por localistas, devienen en transitorias e ineficaces

Esta es, en esencia, la situación que trata de solucionar la Agenda 2030, que incluye los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas. 2030 es la meta simbólica establecida en forma de año para dar cumplimento a dichos 17 Objetivos. El acuerdo de la Agenda 2030 lo suscribieron 193 primeros ministros y presidentes. En el caso de España lo firmaron el Rey Felipe VI, jefe del Estado español, y Mariano Rajoy, en aquel momento presidente del Gobierno.

El respaldo a la Agenda supera la mera dimensión gubernamental. Numerosas academias, corporaciones y organizaciones sociales de todo tipo han suscrito los ODS. También lo ha hecho la Iglesia católica que, por otra parte, desde su condición de Estado Observador Permanente No-Miembro, siempre ha considerado como una realidad positiva la existencia de un parlamento mundial del rango de la ONU, que trata de dirimir, de manera racional y conforme al Derecho Internacional, los asuntos que afectan al conjunto de la humanidad.

Intervención del Rey Felipe VI en la ONU, en la Cumbre de Desarrollo Sostenible de 2015, en la que se aprobó la Agenda 2030EFE

Globalización tomista / globalismo cool

No por casualidad, Jacques Maritain, el famoso filósofo tomista francés, amigo personal de Pablo VI, fue uno de los inspiradores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos auspiciada por Naciones Unidas en el año 1948. En el caso de Francisco, el actual pontífice ha expresado su apoyo a los ODS en diversas ocasiones. De hecho, sus dos principales encíclicas, Laudato si', 2015, que asume la cuestión ecológica para integrarla en el ámbito de la justicia social, y Fratelli Tutti, 2020, centrada en los problemas sociales y económicos contemporáneos, podría decirse que están en sintonía con los ODS, si bien los trascienden al asumir las cartas papales una perspectiva religiosa.

La Agenda 2030 es ambiciosa y, en parte, vaporosa. Para auspiciar un consenso de tales características los ODS pecan –a juicio de sus críticos– de un cierto carácter genérico y difuso, global en exceso y que, por tanto, se presta a múltiples interpretaciones, en ocasiones contradictorias entre sí, máxime cuando cada uno de estos 17 Objetivos incluyen, a su vez, muchos ejes de actuación distintos. Este déficit trata de compensarse en el momento de su aplicación práctica, que corresponde a los países firmantes. Aquí es cuando emergen dos obstáculos: el ODSWashing y las tendencias renacionalizadoras.

El ODSWashing –en inglés, «Lavado ODS»– vendría a ser la campaña de marketing que algunos actores políticos, sociales y económicos realizan al envolverse con la bandera de la Agenda 2030

El ODSWashing –en inglés, «Lavado ODS»– vendría a ser la campaña de marketing que algunos actores políticos, sociales y económicos realizan al envolverse con la bandera de la Agenda 2030. Sin duda, resulta cool hacer propaganda de los ODS, pero luego, en la práctica, hay líderes que no cambian dentro de su ámbito de poder concreto aquellas conductas que cuestiona la Agenda 2030. En España, varios expertos consideran que el gobierno de Pedro Sánchez está realizando ODSWashing al patrimonializar la Agenda 2030, al punto de utilizar su nombre para mentar a uno de sus 22 ministerios.

Para Elisa Rodríguez, economista y consultora de Análisis Económico integral (AEI), «el gobierno del PSOE claramente ha querido sacar rédito del impulso de la Agenda 2030; sobre todo tras la pandemia. Ha intentado apoderarse de los ODS desde el principio cuando en realidad este es un asunto que debería estar por encima de ideologías».

El segundo obstáculo para la implementación de la Agenda 2030 son las tendencias renacionalizadoras que ha cobrado impulso tras el final de la pandemia. «Parece que hay una contradicción», prosigue Elisa Rodríguez. «La Agenda 2030 quiere abordar retos que son globales, pero al mismo tiempo se están afianzando tendencias proteccionistas, de repliegue hacia lo local tras la pandemia y los problemas de suministro de materias primas y bienes clave como los semiconductores derivados de ella. Hablamos de autonomía estratégica, cadenas de valor más cortas y regionales…», apunta la economista.

Pedro Sánchez, luciendo el pin de la Agenda 2030AFP

La fiesta de 1989 ha terminado

Diversos analistas apuntan que el optimismo globalizador de Occidente que brota en 1989 tras la caída del Muro de Berlín efectivamente parece estar llegando a su fin. El primer frenazo sucedió con los brutales atentados yihadistas del 11-S; el segundo, con la crisis económica de 2008 y ahora, en tercer lugar, la detención acontece por el auge de diversas grandes potencias autocráticas, que parecen dispuestas a desestabilizar el tablero internacional. De ahí procede el repliegue renacionalizador, que en el plano político en ocasiones apuesta por una cierta mitología de sabor romántico-vital y populista; sería la reacción a otra mitología previa: la de la globalización ilustrada. El esquema ideológico propiciado por ciertas tendencias renacionalizadoras sería el de particular frente a universal, raíces frente a mestizaje, muros frente a puentes.

El repliegue renacionalizador en el plano político en ocasiones apuesta por una cierta mitología de sabor romántico-vital y populista; sería la reacción a otra mitología previa: la de globalismo ilustrado

Asumiendo el marco del actual debate político, ¿la Agenda 2030 es de derechas o de izquierdas? Elisa Rodríguez responde que «Los objetivos que plantea la agenda 2030 están claros y hay poco debate sobre ellos. Acabar con la pobreza y el hambre en el mundo es un objetivo compartido en principio por cualquiera. Otra cosa es cómo luego se intenten alcanzar estos objetivos y en este sentido hay que ser claros con los medios utilizados y los costes que suponen estos cambios. La transición ecológica, por más loable que sea, tiene unos costes muy elevados y hay que ser claros con esto».

Miguel Marín, responsable del área económica de FAES, considera que la forma y los modos con los que se aplican los ODS también ejerce notable importancia. «Fijémonos en España; Pedro Sánchez trata de capitalizar para sí la Agenda 2030 y, sobre todo, siempre la emplea en contra de alguien. No tendría por qué ser así. Acabamos de ver por ejemplo que el PP ha realizado una propuesta energética que está en sintonía con los ODS, su tono es constrictivo y el contenido resulta francamente interesante», concluye Marín.

Logo de los Objetivos de Desarrollo SostenibleLogo d

17 objetivos para una ciudad fraterna

Los ODS tienen una doble perspectiva: global, dado que pretenden incidir en los 193 países firmantes de la Agenda 2030 que los incluye, y estructural, puesto que van a las causas que propician los problemas que pretenden solucionar, asumiendo por tanto que las dificultades no solo surgen por una cuestión de mera ausencia de financiación. Incluyen un amplio elenco de temas, que van desde la calidad del empleo a la transición energética, pasando por el modelo productivo o la educación. Su horizonte es el combate contra la pobreza y la apuesta por un modelo de desarrollo que resulte sostenible y duradero. Los 17 objetivos son los siguientes:

1. Fin de la pobreza
2. Hambre cero
3. Salud y bienestar
4. Educación de calidad
5. Igualdad de género
6. Agua limpia y saneamiento
7. Energía asequible y no contaminante
8. Trabajo decente y crecimiento económico
9. Industria, innovación e infraestructura
10. Reducción de las desigualdades
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
13. Acción por el clima
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para los objetivos