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Los ocho agentes del CNI asesinados en Irak en 2003Centro Nacional de Inteligencia (CNI)

Servicios de Inteligencia

Los ocho agentes del CNI asesinados en Irak en 2003 se convierten en protagonistas de un documental de televisión

Esta tragedia marcó un antes y un después en los servicios de Inteligencia españoles

Los ocho agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) asesinados en Irak en el año 2003 serán los protagonistas de una serie documental de televisión. El producto audiovisual, que se llamará Los 8 de Irak, narra la historia de la tragedia en la que fallecieron estos agentes. Un hecho que marcó un antes y un después en los servicios de Inteligencia españoles.

El asesinato de los héroes del CNI, como los llaman sus compañeros del Centro, tuvo lugar en Irak en otoño de 2003. El primero de los fallecimientos se produjo en Bagdad el 9 de octubre. Pocos días después, el 29 de noviembre, los siete agentes restantes sufrieron una emboscada en la ciudad de Latifiya durante un viaje en coche a la Base de Diwaniya. Tan sólo hubo un superviviente.

Los 8 de Irak está escrita y dirigida por la afamada directora de cine Fátima Lianes. Cuenta con cuatro capítulos de 50 minutos de duración. El estreno de esta serie documental, que se concibe como un thriller emocional, tendrá lugar el próximo 10 de octubre en Movistar Plus. El vídeo promocional de la serie arranca así: «Ha llegado el momento de rescatar de la amnesia colectiva este hecho olvidado».

Los 8 de IrakMovistar Plus

En efecto, la historia de estos servidores públicos que dieron la vida por su país es una gran desconocida entre la gran mayoría de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, su recuerdo está presente de manera permanente entre los 3.500 hombres y mujeres del CNI, que los tienen presentes cada día mientras trabajan discretamente y sin descanso defendiendo los intereses nacionales.

Tras acceder al recinto de la Ciudad de la Inteligencia de Argentona, la sede central del CNI, hay un monumento con nueve llamas de bronce que honra la memoria de estos agentes. Ocho por cada una de ellos. La novena está dedicada «a todos los que dieron su vida, en secreto, al servicio de España». Además, una de las salas de reuniones del complejo está bautizada con el nombre de Héroes de Irak en su honor. En su interior hay un cuadro con una fotografía en grupo de los ocho agentes.

Monumento en recuerdo a los agentes del CNI caídos en acto de serviciosCentro Nacional de Inteligencia (CNI)

El día que Esperanza Casteleiro fue nombrada directora del CNI, la jefa de los espías quiso tener un recuerdo especial para ellos dedicando parte de su primer discurso a honrar su memoria .«Debo y quiero dedicar un recuerdo emocionado a los compañeros caídos en acto de servicio. Ellos nos acompañan siempre. Con su memoria y su ejemplo nos obligan a mucho». De la misma manera, Casteleiro aprovechó para poner en valor el trabajo del resto de sus compañeros: «Son personas altamente cualificadas que están entregadas enteramente a su labor», aseguró.

Lealtad, sacrificio y espíritu de servicio

Como cuenta Pablo Zarrabeitia, los agentes del CNI compañeros de los fallecidos supieron «convertir el dolor en energía». Y, bajo los preceptos que cada miembro asume al ingresar en el Centro –lealtad, sacrificio y espíritu de servicio– seguir adelante con el trabajo. Zarrabeitia es el pseudónimo de un agente en activo del CNI que ha publicado los libros El alma de los espías y Los hombres de la niebla. En estos libros se hace referencia a la tragedia que protagonizaron sus compañeros explicando cómo se vivió dentro de la organización.

La sala de reuniones del CNI denominada «Héroes de Irak»Centro Nacional de Inteligencia (CNI)

«Los edificios de la sede principal del CNI fueron llenándose de compañeros con cara de desolación, rabia y tristeza. Sobre todo, de una inmensa tristeza», explica. «A veces, la realidad se encargaba de forma brutal de recordar que, dentro de un servicio de Inteligencia, la muerte es un riesgo permanente que forma parte del trabajo y se materializa de la manera más inesperada, Sin embargo, en aquel momento nadie intuyó lo que se aproximaba», continúa.

Los agentes del CNI supieron convertir el dolor en energía

«Durante los días siguientes, la Central fue una pesadilla. Noqueados por el dolor, los miembros del CNI asistieron impotentes a una terrible sucesión de actos de duelo, noticias de prensa, hipótesis disparatadas sobre lo ocurrido y, sobre todo, manifestaciones de dolor (...). Era la mayor tragedia de la historia de los servicios de Inteligencia españoles. De repente, el CNI era un boxeador al borde del K.O. Pero había que seguir. Cumplir con el deber. Continuar. Dar relevo a los compañeros caídos», narra.

De esta manera, Zarrabeitia da voz a los sentimientos y emociones de los miembros del CNI. Como dicen quienes les conocen, «son gente normal que hace cosas extraordinarias». Ciertamente, se trata de personas únicas y especiales que encajan unas con otras como piezas en el engranaje de una máquina compleja pero perfecta para anticiparse a las amenazas y así garantizar la normalidad.