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Entrevista con el exministro

José María Michavila: «En la Democracia abunda más el mérito»

El exministro popular publica La Edad Democrática, un libro que, por explicar el pasado, comprende las claves del presente y abre cauces hacia el futuro

José María Michavila ha utilizado el forzoso parón de la pandemia para escribir un ensayo histórico sobre la Edad Contemporánea. Tiene credenciales para lanzarse con acierto a tal empresa; acumula –entre otros títulos– la condición de Letrado del Consejo de Estado, secretario general de la Universidad Complutense, exministro de Justicia y miembro fundador de un prestigioso despacho de abogados. No le extrañe por tanto al lector que una conversación con él abarque un amplio rango de temas.

¿Cuál es, a su juicio, el aporte más significativo acontecido en la Historia reciente?

–Es la Democracia, en la que se ha producido el segundo gran salto de la humanidad. El primero fue pasar del Paleolítico al Neolítico, cuando 15.000 años antes de Cristo dejamos de ser cazadores-recolectores y nos convertimos en agricultores.

José María Michavila durante la entrevistaPaula Argüelles

¿Qué caracteriza a este segundo gran salto?

–Por ejemplo, que pasamos de vivir entre 25 y 35 años a vivir entre 70 y 90 años. Todos los inventos que hacen que el hombre viva hoy más años son gracias a la Democracia. Desde la penicilina hasta el aire acondicionado, pasado por lavadora, la electricidad, el motor de gas, el motor de carbón o los aviones. La Democracia va acompañada de una mejora de la calidad de vida y el bienestar de los seres humanos porque hace a las sociedades más abiertas y, por tanto, abunda más la investigación y el mérito.

La Democracia hace a las sociedades más abiertas y, por tanto, abunda más la investigación y el méritoJosé María MichavilaLetrado del Consejo de Estado y exministro de Justicia

En su libro señala que el arco de dos siglos que compone la Edad Democrática ya se ha cerrado. Ahora comenzaríamos una nueva época. ¿Qué caracteriza al nuevo tiempo?

–Vamos hacia un mundo necesariamente globalizado. A pesar de que ahora haya parones o dudas sobre la globalización, la cuarta de las revoluciones industriales ha hecho que el mundo esté interconectado, que tengamos internet en todos lados y que la Inteligencia Artificial juegue un papel extraordinariamente importante.

¿La Democracia también ganará en este nuevo mundo?

–Ahora tiene 150, 200 años, en una humanidad que tiene 300.000 años, por lo que sufre una crisis de adolescencia, identidad e incertidumbre. Pero no tengo duda de que la Democracia que ha generado tanto bienestar en tantos países acabará triunfando en China y Rusia.

Portada de 'La Edad Democrática', Ed. Espasa, Sept. 2022, el nuevo libro de José María MichavilaPaula Argüelles

Democracias vs. autocracias

Gran parte de los actuales choques geopolíticos son entre democracias y autocracia.

–Vivimos una guerra tectónica entre el mundo globalizado democrático y el mundo globalizado autocrático. Es cierto que vivimos momentos de tensión, riesgo y duda.

Pero también vivimos una realidad; cuando empezó la Edad Democrática, Estados Unidos tenía 22 veces menos PIB que China. Ahora, cuando acaba la Edad Democrática, Estados Unidos es muy superior a China.

Hoy China, evidentemente, está recuperando terreno. Pero China recupera terreno vendiendo a quien consume, que básicamente son los países democráticos, por lo que albergo una fundada esperanza hacia el futuro.

¿Cuáles son los fundamentos históricos y filosóficos de la democracia?

–Podríamos remontarnos a las Cortes de Castilla y León, incluso a la Grecia clásica. También es cierto que la Revolución Inglesa del siglo XVII crea la primera democracia, pero no la exportaron al continente europeo. Y en América la constitución de Estados Unidos es previa a la Revolución Francesa, pero quien de verdad realiza una exportación democrática es Francia.

China recupera terreno vendiendo a quien consume, que básicamente son los países democráticos, por lo que sobre el futuro guardo una fundada esperanzaJosé María MichavilaLetrado del Consejo de Estado y exministro de Justicia

1791 es un año que alberga dentro no pocas contradicciones.

–Cierto. La revolución de la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad acaba cortando la cabeza a un Rey y poniendo a un dictador, Napoleón, que a su vez coloca a su hermano, primo y cuñada de Reyes de toda Europa. Se convierte en un tirano demiurgo que pone y quita Reyes cuando precisamente la Revolución Francesa quiere acabar con el Antiguo Régimen.

Las dos grandes naciones que más han contribuido a la cultura universal, Alemania y Francia, han tenido sin embargo unos tiranos que han generado sangre, terror y miedo en toda Europa. Son Napoleón y Hitler. Pero no dejan de ser naciones de gran contenido intelectual y humanismo.

José María Michavila, en la sede de El DebatePaula Argüelles

Ilustrísimos señores

Su libro no solo es una reflexión teórica, sino que también tiene destellos autobiográficos. ¿Cuáles son las personalidades más relevantes que ha conocido?

–He tenido el privilegio de aprender de Karl Popper y Stephen Hawkins, de admirar a Nelson Mandela y a Gorbachov, de trabajar a las órdenes de José María Aznar con un buen equipo, o de divertirme con Shakira, Figo y Alejandro Sanz. Dicho esto, Juan Pablo II es la persona que más ha marcado mi vida.

¿Por qué?

–Tuvo un gran impacto sobre los que buscamos a Dios en nuestras vidas y también tuvo un gran impacto para hacer un mundo más humano, porque él, junto con Gorbachov y algún presidente de Estados Unidos, derribó el Muro de Berlín.

A lo largo de las páginas de su libro me parece detectar una pulsión espiritual de fondo.

–Uno de los últimos capítulos lleva por título «Dios no ha muerto». Es verdad que la Edad Contemporánea empezó con un golpe de relativismo, se impuso en todos los terrenos. La verdad no existía. En la física, con la razonable Teoría de la Relatividad, en la estética con Kandinsky y en la psicología con Freud.

Creo sinceramente que el ser humano ha sido creado por Dios para ser felizJosé María MichavilaLetrado del Consejo de Estado y exministro de Justicia

¿No todo es del color con que se mira?

–Hay cosas que son como son y hay cosas que no son, o no debían de ser como son. Y este mundo tiene mucho que ver con la trascendencia. Creo sinceramente que el ser humano ha sido creado por Dios para ser feliz. La hoja de ruta de la felicidad en buena medida está en que el ser humano sepa que la trascendencia te orienta, te lleva de la mano, te ayuda a caminar y te ayuda, sobre todo, a no mirarte el ombligo.

El gran drama de la sociedad democrática autosatisfecha es que la mayoría no paramos de mirarnos al ombligo

El gran drama de la sociedad democrática autosatisfecha es que la mayoría, que hemos tenido tantos bienes, no paramos de mirarnos al ombligo. Y mirarse el ombligo necesariamente te lleva a darte un golpe contra el suelo. Creo que la trascendencia en los demás te hace ver personas a las que abrazar y personas de las que recibir.

José María Michavila, en la sede de El DebatePaula Argüelles

2008, el gran resacón

Desde la experiencia que le ofrece su paso por la política, ¿cómo valora el momento actual?

–El gran problema que tienen las democracias es que durante dos siglos hubo dos ruedas: una, la del crecimiento económico fruto de las revoluciones industriales; y la otra, el político al que se le pone y se le quita.

El político al final es un animal como todos, solo que en su caso se alimenta de votos. Hemos vivido como el político cada vez daba más al votante, hasta que llega un momento en 2008 en el que nos dimos cuenta de que ya no podíamos vivir de prestado, que no podíamos endeudarnos más, que no podíamos tener más de lo que generamos.

A partir de ahí se produce una insatisfacción, incluso una frustración.

–En mi época, cuando comencé en política, nos peleábamos por estar en el centro, y entre nosotros nos hablábamos como seres racionales. Había una discrepancia ideológica, sin duda, pero que no lo trasladábamos a la pelea personal. Ahora mismo, en España, Europa y Estados Unidos, en México y Brasil, las discrepancias ideológicas se están convirtiendo en beligerancias personales.

Un partido político no puede ser una ortodoxia rígida en la que cuatro listos pretendan explicarle a la humanidad cómo se resuelven todos sus problemasJosé María MichavilaLetrado del Consejo de Estado y exministro de Justicia

Hay grandes partidos que, en vez de pelear por el centro, luchan para que no les quiten votos en los extremos.

–Así cada vez se divide más a la sociedad. Para mí eso es negativo. Yo creo que en política siempre hay que tratar de sumar y construir. Un partido político no puede ser una ortodoxia rígida en la que cuatro listos pretendan explicarle a la humanidad cómo se resuelven todos sus problemas. Hoy, cuando los problemas son tan complejos, hay que entender, hay que unir sensibilidades. Creo que hay que tratar de tender puentes y buscar soluciones compartidas.