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Barómetro del CIS de octubre

El CIS, cuestionado: «Si su estimación fuera real, la izquierda estaría cerca de la mayoría absoluta»

El sondeo del CIS de octubre otorga al PSOE casi ocho puntos más que el promedio de encuestas y a Vox seis puntos menos

El barómetro del CIS de este lunes volvió a desmarcarse del resto de encuestadoras al asegurar que el PSOE contaría con una ventaja de cuatro puntos porcentuales con el PP en el caso de celebrarse hoy unas hipotéticas elecciones generales. Las empresas demoscópicas privadas y los partidos de la oposición no han tardado en cuestionar una vez más una estimación que consideran poco creíble.

«Los barómetros del CIS suelen mostrar desde hace unos años una desviación al alza en favor del PSOE, que curiosamente es el partido que ha nombrado a su actual presidente y al resto de su cúpula», señala el director de análisis de Target Point, José Miguel Silva.

De hecho, el sondeo de octubre del instituto público otorga al principal partido del Gobierno 7,7 puntos porcentuales más que el promedio de encuestas, mientras que sitúa a Vox y al PP 6,4 y 2,9 puntos por debajo de la media de sondeos respectivamente.

Por otro lado, si atendemos a la estimación alternativa realizada por el portal Electocracia en base a los datos de intención directa de voto, simpatía y recuerdo de voto que ofrece el CIS, el PSOE apenas lograría el 24 % de los sufragios, mientras que Vox subiría hasta el 17,5 %. Esto implicaría un desfase de 8,7 puntos porcentuales en la estimación final de cada partido.

El director de análisis de Target Point considera que, aunque «el PSOE ha experimentado un leve crecimiento en el último mes», la subida de 3,5 puntos que estima el CIS para este partido resulta «excesiva» y alejada del promedio de encuestas. Silva también duda de la estimación de voto que el instituto público otorga a Vox –un 8,8 %–, ya que «ningún sondeo les da menos del 12 o 13 % de los votos».

El sociólogo observa, en base a los datos de recuerdo de voto, que los votantes de la formación derechista se encuentran infrarrepresentados en la muestra del sondeo, al contrario que ocurre con los electores socialistas. «Esto puede corregirse, pero el CIS no especifica si lo han hecho», apunta.

Silva también detecta un desequilibrio importante en la estimación por bloques respecto a lo que pronostican el resto de encuestas.

«El CIS sitúa al bloque de izquierdas tres puntos por encima (46,5 %) de sus resultados de (las elecciones generales) de noviembre de 2019 (43,5 %), sacándole seis puntos al bloque de centroderecha (40,2 %). Por el contrario, el promedio de encuestas da una ventaja de más de diez puntos al bloque de derechas», recuerda el director de análisis de Target Point.

«Si estos datos fueran reales, la suma de la izquierda –PSOE, Podemos y Más País– estaría cerca de la mayoría absoluta. Lo lógico sería convocar elecciones generales para conseguir una mayoría más amplia de la actual, pero por el motivo que sea La Moncloa no se decide», concluye Silva.

El presidente de GAD3, Narciso Michavila, también cuestionó este lunes en Twitter el último sondeo del CIS: «Cuando Tezanos dice que sólo se ha equivocado una vez, se refiere a que solo se equivoca una vez por encuesta publicada ¡con tus impuestos! Ya es mala suerte que los electores voten siempre menos a los partidos que le mantienen como presidente del CIS de lo que Tezanos predice».

PP y Vox cargan contra el CIS

En esta línea, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, recordó que el CIS «no dio ni una» en las encuestas previas a las recientes elecciones en Andalucía y Castilla y León y afirmó que no iba a ser él quien «descubra la credibilidad» del «tándem» que forman los presidentes del CIS y del Gobierno, José Félix Tezanos y Pedro Sánchez.

Por su parte, el portavoz de Vox, Jorge Buxadé, declaró que el CIS «quiere decir a los españoles lo que tienen que votar» y consideró «desechable» el barómetro de octubre.

En Ferraz sí dan credibilidad a los resultados del barómetro. La portavoz socialista, Pilar Alegría, afirmó que el CIS confirma el estancamiento del PP y que el llamado «efecto Feijóo» se debía al «desconocimiento» del nuevo líder del Partido Popular. A su juicio, el expresidente gallego carece de propuestas para superar la actual situación y solo apuesta por una «política anclada en el pesimismo y el catastrofismo».