La posverdad del Gobierno
Sánchez pierde su pulso con Macron pero vende la derrota del MidCat como un gran triunfo
El MidCat era la gran apuesta del presidente español, con el apoyo de Alemania y de Von der Leyen. Sin embargo, el francés le ha obligado a conformarse con empezar de cero con otro gasoducto
La prensa gala no prestó este jueves demasiada atención al acuerdo en torno al corredor de energía verde, más preocupados como están los franceses por la crisis que atraviesa su relación bilateral con Alemania. Y, en las pocas referencias, el veredicto era unánime: «Macron entierra el MidCat», como titulaba el diario Libération. Pedro Sánchez perdió definitivamente este 20 de octubre en Bruselas el pulso que mantenía con el presidente francés para recuperar el proyecto del gasoducto que debía conectar España con Francia a través de los Pirineos y, de ahí, al resto de Europa.
Y eso a pesar de que las fuerzas estaban desiguales: Sánchez tenía de su parte a la Comisión Europea de Ursula Von der Leyen y al canciller alemán, Olaf Scholz. Con el germano compareció el pasado 5 de octubre en La Coruña, tras la XXV Cumbre Hispano-Alemana, en un último intento de convencer a Macron. Scholz expresó su «apoyo explícito» al MidCat, la otra gran apuesta de Sánchez después de la famosa excepción ibérica.
Desde Bruselas y también desde Madrid, Sánchez y su equipo se movieron rápido para hacer que pareciera una victoria lo que en realidad era una derrota con premio de consolación: ese corredor de energía verde entre Portugal, España y Francia, que conectará Barcelona con Marsella bajo el mar.
Se supone que en el futuro podrá transportar hidrógeno verde, pero de momento será un gasoducto normal, si es que llega a construirse: por ahora no hay plazos, ni una mínima estimación del coste (el MidCat necesitaba una inversión de 3.000 millones de euros), ni lo más importante: ¿Quién correrá con los gastos? En teoría, los tres países quieren que sea la Comisión Europea la que sufrague la mayor parte. En la práctica está por ver, lo que augura batalla. Los detalles se discutirán el 8 de diciembre en Alicante, en el marco de una reunión del EuroMed.
El comunicado conjunto emitido por Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y António Costa afirma que los tres líderes «han decidido abandonar el proyecto MidCat y en lugar de eso crear, como un asunto prioritario, un corredor verde de energía».
Sin embargo, no hubo tercera persona del plural, sino que fueron ‘lentejas’ del presidente francés; ‘o lo tomáis o lo dejáis’, les vino a decir a Sánchez y Costa. De hecho, horas antes del encuentro, desde el Gabinete de la Presidencia española reconocían que iban a la capital belga a ciegas, sin saber por dónde saldría Macron. Y con pesimismo, porque si algo tenían claro es que no iba a dar su brazo a torcer con el MidCat.
Por eso, el hecho de que el francés ofreciera una alternativa para no quedar como un obstruccionista en medio de la gran crisis energética que atraviesa Europa, dio a La Moncloa y al presidente español un clavo ardiendo al que agarrarse. Aunque todo respecto a ese corredor verde esté por hacer, mientras que en el caso del MidCat se trataba de recuperar un proyecto ya empezado.
Así que Sánchez se presentó ante la prensa felicitándose por el acuerdo, que según él «hará realidad una demanda que venimos desde el Gobierno de España planteando desde hace ya muchos meses, yo diría que años, al Gobierno francés».
Desde que el presidente español planteó por primera vez retomar el proyecto MidCat para mejor las interconexiones de la Península Ibérica con el centro de Europa, todo lo que recibió de Macron fueron negativas. O evasivas, en el mejor de los casos.
Cabe recordar que el también llamado gasoducto STEP (South Transit Eastern Pyrenees) fue aparcado en 2019 por las autoridades reguladoras de ambos países. En junio, la comisaria europea de Energía, Kadri Simpson, explicaba en una respuesta parlamentaria que esas autoridades «recomendaron que sus promotores -Enagás por parte de España, Teréga por la de Francia- efectuaran nuevas evaluaciones». Pero no las hicieron, «y tanto Francia como España se opusieron a la inclusión de nuevos proyectos de gas en las subsiguientes listas de proyectos de interés común de la UE».
El pasado 18 de mayo, la Comisión Europea aprobó el plan REPowerEU, para acabar con la dependencia de Europa del gas ruso antes de 2030. E incluyó el MidCat como medida para «diversificar el suministro de gas en el mercado interior, así como ayudar a aprovechar el potencial a largo plazo del hidrógeno renovable», lo que envalentonó más a Sánchez. Eso y el apoyo interesado de Alemania, cuya economía está sufriendo lo indecible a causa de la crisis energética provocada por Vladimir Putin.
Desde entonces y hasta este jueves, el Gobierno no se quitó el MidCat de la boca. Aun el martes, la ministra de Industria, Reyes Maroto, señaló desde Berlín que el gasoducto podría convertirse en «uno de los proyectos prioritarios» del plan REPowerEU. Sin embargo, desde este 20 de octubre ya es historia.