El Debate accede al atestado policial
El «CNI catalán» pretendía asaltar el Parlamento de Cataluña y hacerse fuerte dentro
Se marcaron como objetivo resistir en el interior al menos durante una semana, aunque finalmente no se concretó la fecha para el asalto
Tras el fallido referéndum del 1 de octubre de 2017 en Cataluña, los independentistas no renunciaron a su objetivo: escindirse de España. Desde entonces siguieron conspirando para lograr el objetivo. Y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, monitorizándoles para conocer cómo lo harían e impedirlo. Así se supo que se tuvo «conocimiento de la existencia de un órgano denominado CNI Catalán», vinculado a la administración autonómica catalana, en colaboración con algunos miembros de los CDR, cuyo cometido principal sería el de llevar a cabo acciones subversivas mediante la violencia y la fuerza, como por ejemplo la toma del Parlamento de Cataluña», dice un atestado policial al que ha tenido acceso El Debate.
El plan era entrar «asaltar y ocupar el Parlament de Cataluña y defenderlo posteriormente». Habían diseñado una estrategia clara: entrar por la puerta principal, «ya que se les facilitaría la entrada desde el interior» y ante la posible reacción de las autoridades centrales por el asalto, necesitaban «alquilar inmuebles y locales que les proporcionaran seguridad y establecimiento de bases de intendencia». Se refieren a contar con el apoyo de un experto informático que crearía una red segura, inquebrantable e «indetectable» que permitiera «las comunicaciones entre el interior y el exterior del Parlament». Se marcaron como objetivo resistir en el interior al menos durante una semana, aunque finalmente no se concretó la fecha para el asalto.
Prepararon además «un bloqueo institucional con capacidad de paralizar parlamentariamente el Estado Español para que, en la práctica, sea ingobernable»
Uno de los integrantes del CNI catalán es Francesc Claret Ferrera, agente del servicio de Información de los Mossos d´Esquadra. Agentes de la Guardia Civil lo detectaron durante una reunión a la que asistieron otras trece personas: «Quien llevó la voz cantante y parecía dar órdenes a los asistentes fue Francesc Claret. Esta circunstancia, grave por el mero hecho de que es un agente de la autoridad reunido clandestinamente junto a representantes de los CDR, lo es más si cabe por su pertenencia al servicio de información del cuerpo autonómico y el consecuente acceso a información, recursos, bases de datos y diferentes herramientas de investigación que posee con arreglo a dicha especialidad a la que pertenece». Entre los asistentes a esa reunión también había un agente de la Guardia Urbana: Silvia Prats; un policía local de Calders: Josep Lluís Bermúdez; y varios bomberos y empresarios.
Durante la investigación de la Guardia Civil también se cruza otro nombre conocido: Lluís Escolá Miquel. Este hombre es el sargento de los Mossos d´Esquadra que fue escolta personal del expresidente Carles Puigdemont, al que acompañó en su huida a Bélgica y que después regresó y recibió un cargo en la Generalitat como asesor del Conseller d´Interior Miquel Buch. Este sargento pertenecería a un colectivo secesionista denominado «Escuts per la república». Es más, sería uno de sus dirigentes máximos. Según los investigadores: «se encuentran en diferentes fases de proyección y desarrollo, alcanzando en la actualidad una magnitud significativa, pudiendo afirmarse que de ser ejecutadas existiría un riesgo elevado para los intereses generales y la estabilidad política y social del Estado, incluyendo en este extremo la integridad territorial».
Los planes para desestabilizar a España implicaban a las «formaciones políticas separatistas con representación en el Congreso de los Diputados, para consensuar una estrategia, ideada por él mismo junto a varios empresarios catalanes relevantes, con la intención de efectuar un bloqueo institucional con capacidad de paralizar parlamentariamente el Estado Español para que, en la práctica, sea ingobernable». En una de las muchas reuniones en las que se diseñaban los planes se llega a decir: «la idea es que entren en el Parlament una vez que sea investido Esquerra (…). Hay una estrategia de comandos preparados para realizar unas acciones… escoltas». Otro interlocutor contesta: «Estaría todo preparado para antes de que llegue Puigdemont».