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Ley trans

El PSOE desaira a sus socios de Podemos y pide otra prórroga para la ley trans

Elude las presiones de sus socios y presentarán sus enmiendas el próximo lunes 31 de octubre

El Grupo Socialista va a pedir que se amplíe una semana más el plazo para presentar enmiendas al proyecto de ley trans en el Congreso, que concluye este miércoles a las 18.00 horas, a pesar de las presiones del Ministerio de Igualdad y de Unidas Podemos para que no haya más prórrogas.

Fuentes socialistas han informado de que será la última ampliación del plazo y de que presentarán sus enmiendas el próximo lunes 31 de octubre. Unas aportaciones con las que pretenden asegurar que el Congreso aprueba un texto «garantista y con mayor seguridad jurídica» que el que salió del Consejo de Ministros.

La última ampliación de plazos provocó que la semana pasada se diera de baja en el PSOE la activista trans Carla Antonelli y abrió grietas en el partido y en el seno de la coalición de gobierno, pero desde el grupo socialista se insiste en la necesidad de que la ley cuente con seguridad jurídica.

La controvertida norma, cuestionada por una parte del PSOE y del movimiento feminista, recoge la autodeterminación de género, que los socialistas aseguran que no van a tocar, y abre la puerta al cambio de sexo en el Registro sin necesidad de contar con informes médicos o psicológicos o de haberse sometido a tratamientos.

Diferencias en el feminismo

Llegados a este punto, cabe recordar que una parte del denominado feminismo 'clásico', donde podría situarse a la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, se alarmó ante la radicalidad que propugnaba el ala más izquierdista del Ejecutivo, cuya bandera enarbola el Ministerio de Igualdad, y que abrazaba una especie de 'barra libre' en el cambio de género.

La dirigente, hoy al frente de la Comisión de Igualdad del Congreso, ha sido señalada por Unidas Podemos, otra parte del PSOE y la gran mayoría del movimiento que aglutina a los colectivos LGTBIQ+ como la principal responsable de ese retraso.

Ese feminismo clásico que defiende Calvo y algunas de las diputadas de más edad de los socialistas creyeron que, precisamente que se exima de la necesidad de un informe médico o psicológico para iniciar el tratamiento de transformación, traería consigo una especie de autodeterminación de género que golpeaba de manera frontal la lucha feminista por sus derechos.

Dicho en román paladino, que las mujeres quieran salir de su género aún a riesgo de estar totalmente confundidas en el laberinto mental de un adolescente confronta con esa barra libre aleccionada por Irene Montero.

José Luis Rodríguez Zapatero entró directamente en la polémica, demostrando que la división en la izquierda española es profunda, y contestó a Calvo que la ley trans no afectaba «a los avances del feminismo»: el ex presidente del Gobierno estaba abordando el asunto «de una manera un poco simple» y erra al tratarlo como una discusión generacional: «No hay un feminismo que esté clásico ni caduco».

No es la ley que Calvo dejó

Calvo ha criticado por activa y por pasiva que el texto de la ley trans que llegó al Congreso de los Diputados no es el mismo que se aprobó en su momento en el Consejo de Ministros.

«El texto que ha llegado a la Cámara no era ese. La ley de la ministra (Irene) Montero, que negoció con el ministro de Justicia (Juan Carlos Campo), que pasó en primera lectura, no es exactamente la que llega a la Cámara, porque va otra vez en segunda lectura y tuvo cambios», aseveró la diputada del PSOE en una intervención en la SER, donde es tertuliana.

El mayor desvelo de la socialista es que la norma, tal y como la quiere sacar adelante Montero e Igualdad, «influye en la infancia y la adolescencia», trastocando los actuales artículos 14 y 15 de la Carta Magna. Algo muy delicado.

«De lo que no estoy a favor» –añadió Calvo, contestando directamente a Pablo Iglesias, que también interviene en la tertulia donde ella colabora–es de que se borre el sexo y se hormone a niños. La gente no tiene que patologizar sus identidades».