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Primer plano de la joven asesinada en Sevilla, Marta del CastilloEuropa Press

La Justicia archiva la pieza de búsqueda de Marta del Castillo: ¿por qué?

El Debate accede al auto judicial en el que la Audiencia Provincial de Sevilla: dice que todo lo hecho desde 2016 para buscar a Marta es nulo

El caso de Marta del Castillo se está convirtiendo en uno de los mayores esperpentos jurídicos de este país, uno de esos que hace que imagen de la justicia salga irremediablemente dañada. Actualmente, hay dos sentencias condenatorias. En una de ellas, la relativa al Cuco y su participación, se asegura en los «hechos probados» que el hermano de Miguel Carcaño estaba en la casa en el momento del asesinato de la joven sevillana. Hay una segunda sentencia, la del juicio de mayores, en la que se afirma en los «hechos probados», que Francisco Javier Delgado, hermano de Carcaño, no se encontraba en la vivienda en el momento del crimen: son dos verdades jurídicas, contradictorias entre ellas, a las que llegaron diferentes magistrados al escuchar las mismas pruebas. «¡Cómo para confiar en la justicia!», exclama Eva Casanueva.

Pero a Sus Señorías les faltaba rizar el rizo en este absoluto esperpento. Inmaculada Torres, abogada de la familia de Marta, con el apoyo de un grupo de periodistas, entre los que está quien escribe, durante la grabación del documental de Netflix, «Dónde está Marta», logró convencer a la Justicia de que entregasen a un perito los nueve teléfonos que la Policía decomisó durante la investigación a los sospechosos. La idea era tratar de rescatar los posicionamientos de los móviles y los mensajes, que jamás se habían investigado, para tratar de localizar el cuerpo de Marta del Castillo. Al juez Álvaro Martín Gómez lo convencimos y él dictó una auto en el que ordenaba: «Librar oficio a urgente a la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla a fin de que remitan a este juzgado los terminales de teléfonos móviles y su posterior entrega al perito designado a fin de llevar a cabo el análisis de los terminales y posterior informe sobre el recorrido de Miguel Carcaño la noche del crimen».

Lógicamente, para analizar los teléfonos en su integridad, el perito necesitaba que le diesen los números pin de todos los terminales. Un año después de la autorización, el perito mandó un escrito al juez reiterándole que le dieran lo que le habían prometido mediante auto para poder realizar su trabajo. Y aquí comenzaron los problemas: la fiscalía se opuso a que se entregasen los pin de los teléfonos de María García Mendaro, novia del hermano de Miguel, de Samuel Benítez, amigo de condenado, y de Francisco Javier Delgado, hermano de Miguel Carcaño. El mismo juez reculó y dictaminó en contra de su propio criterio. No se darían los pin de nadie, salvo el del teléfono de Miguel y el de la propia Marta, que nunca apareció. Según la abogada de la familia del Castillo, Inmaculada Torres: «No puedes ir contra tus propias resoluciones judiciales porque, entonces, la seguridad jurídica se acaba». «Ahora, para salvar el pescuezo al juez que había ordenado dar todos los pin», explica Antonio del Castillo, «han decidido archivar definitivamente la pieza de búsqueda de mi hija, y declarar nulos todos los actos de investigación de 2016 hasta ahora. No tenían otra».

Antonio del Castillo y Eva Casanueva, padres de Marta del CastilloEFE

Se refiere Antonio del Castillo a un auto al que ha tenido acceso El Debate. Argumentan los jueces que nadie pidió prórrogas en la investigación y como consecuencia: «Debemos declarar concluida la fase de instrucción dado el tiempo de duración de la investigación (12 años, 11 meses y 17 días) que impiden igualmente tener en cuenta las actuaciones acordadas una vez terminado el plazo de instrucción».

Datos de posicionamiento

Con esta sucinta frase, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla, evita tener que dar los pin de los teléfonos de todos los sospechosos en el caso Marta, lo que impide recuperar sus datos de posicionamientos la noche del crimen de Marta del Castillo y, por tanto, aleja la esperanza de unos padres dolientes de poder enterrar a su hija y llevarles flores a su tumba. A Eva le gustaría decir que la Justicia es un cachondeo, pero se contiene y en vez de eso afirma: «Hace tiempo que no confío ni en la Justicia ni en la Policía. Confío en las personas que me demuestran que son confiables. Los demás no tienen cabida en mi vida. Aún así, nosotros la seguiremos buscando, aunque en el camino nos flagele quien nos tiene que ayudar y defender».

Se da la paradoja de que un perito especialista en móviles, Manuel Huerta, Ceo de Lazarus, está analizando el teléfono de Miguel Carcaño y que hipotéticamente podría estar consiguiendo saber las ubicaciones del asesino la noche del crimen. Este hecho, de ser así, acercaría a Eva y Antonio la posibilidad de dar cristiana sepultura a su hija. Sin embargo, la justicia ha declarado nulas todas las iniciativas llevadas a cabo en la pieza de búsqueda desde 2017, lo que implicaría que bloquea el informe de este perito y sus conclusiones. «Si no fuese tan serio, sería de risa», asevera enfadado el padre de Marta.