Exclusiva
Suiza suspendió la 'offshore' de Cuixart al detectar que quería usar a sus socios como testaferros
El Debate publica en primicia el escrito que el líder independentista elaboró para reactivar la compañía opaca
El Departamento Federal de Justicia y Policía de Suiza cerró durante seis días la compañía opaca de Jordi Cuixart, condenado por el Tribunal Supremo a 9 años de cárcel por el proceso independentista de Cataluña, al descubrir que pretendía usar a sus socios como testaferros. Por este motivo, el líder independentista tuvo que rehacer los estatutos de su firma offshore. Desde entonces, Cuixart opera con ella con normalidad.
Tal y como ha publicado en exclusiva El Debate, Cuixart constituyó la sociedad offshore Aranow Swiss SA el pasado 31 de marzo de 2022 después de cobrar 5,4 millones de euros en ayudas de instituciones públicas españolas. Sin embargo, seis días después las autoridades helvéticas suspendieron la firma alegando que el líder independentista empleaba a sus socios como hombres de paja. Cuixart pretendía hacer y deshacer sin su conocimiento, un hecho que no está permitido por la legislación suiza.
Para poder reactivar la compañía opaca, el líder independentista tuvo que rehacer las escrituras de la offshore y modificar sus estatutos. El 6 de abril de 2022, Cuixart volvió a la notaría suiza donde constituyó la firma y elaboró un acta complementaria. Un documento que depositó ante las autoridades helvéticas y que hoy publica en exclusiva este periódico.
El documento, de seis páginas, explica que los estatutos de Aranow Swiss SA «no cumplen los requisitos legales, por lo que se ha suspendido la empresa». Un cierre que las autoridades helvéticas notificaron a Cuixart mediante la expresión «a tenu en suspens». El Departamento Federal de Justicia y Policía de Suiza exigió al líder independentista «una modificación mediante una escritura adicional en forma de documento público».
De esta manera, Cuixart fue obligado a incluir un artículo dentro de los estatutos de su compañía opaca que establecía que: «Si el Consejo de Administración está compuesto por varios miembros, la mayoría de ellos debe estar presente para tomar decisiones. Estas decisiones se tomarán por mayoría de votos de los Consejeros presente».
Y añadía: «Las decisiones del Consejo de Administración también pueden adoptarse en forma de aprobación por escrito de una propuesta, a menos que un miembro solicite su discusión». Junto a la incorporación de este nuevo artículo, que fue redactado en francés y en inglés, fue plasmada la firma de Cuixart.
El líder independentista indultado por Pedro Sánchez es el accionista mayoritario de la compañía opaca. Cuenta con el 80 % de las acciones. El 20 % restante está en manos de Jan Molina Guardia (10 %) y Llorenç Guasch Sariol (10 %), ambos altos cargos de la fábrica de maquinaria Aranow en Barcelona, fundada por Cuixart en 2003. Molina es el director ejecutivo de la compañía y Guasch el gerente.
La notaría suiza
El Debate ha visitado la notaría Nova, a la que Cuixart acudió para reactivar su sociedad offshore. La notaría, que también es un étude –término con el que en Suiza denominan a los despachos de abogados– es propiedad de Stefan Choffat. Está ubicada en La Chaux-De-Fonds, a 20 kilómetros de Neuchâtel, donde reside el líder independentista. La empleada que atendió al líder independentista fue Florence Botteron.
Las oficinas de este despacho se encuentran en un edificio ilustre de la Rue Daniel-Jeanrichard, en el centro de la ciudad. Hay dos formas de acceder a su interior. Por el acceso principal, que se ubica justo enfrente del centro comercial Mètropole, o por uno trasero situado en la bocacalle que desemboca en la Rue du Midi.
El vestíbulo del portal tiene dos puertas: la de la notaría, de color gris, y la de la afamada chocolatería La Belle Affaire, con la que el notario escogido por Cuixart comparte ubicación. Al traspasar la de Nova encontramos un recibidor de apenas cuatro metros cuadrados y una extensa escalera de manera con peldaños que crujen por la que se accede a las dos plantas de la notaría.
Evitar juntas fantasma
Al ser detectado por las autoridades helvéticas, el líder independentista justificó sus actuaciones argumentando que contaba con dos poderes especiales para poder actuar en nombre de sus socios. En efecto, contaba con dichos documentos, pero eran solo válidos para el momento en el que la compañía opaca fue constituida.
El Departamento Federal de Justicia y Policía de Suiza tomó la medida para evitar que Cuixart celebrara juntas fantasma. Es decir, que pudiera actuar dentro de la compañía al margen de las opiniones del resto de personas que cuentan con acciones dentro de la firma offshore.
La institución que clausuró de manera temporal la compañía opaca de Cuixart fue el Registre du Commerce de Neuchátel, el organismo equivalente en España al Registro Mercantil, dependiente de la Oficina de la Justicia (OFJ). A su vez esta entidad está controlada por el Departamento Federal de Justicia y Policía de Suiza, dirigido por la ministra Karin Keller-Sutter.
Cuixart guarda silencio
Desde que este periódico reveló que el líder independentista había abierto una sociedad offshore, que la controlaba desde un pupitre alquilado por el que pagaba 50 euros al mes y que, tras constituir la compañía opaca, había ingresado 100.000 euros en efectivo en un banco suizo, Cuixart no ha hecho ninguna declaración. El Debate se puso en contacto con él antes de que viera la luz el primer reportaje de investigación, pero no quiso ofrecer su versión de los hechos.
En su perfil de Twitter, Cuixart tan sólo se ha limitado a promocionar la última campaña de la organización independentista Òmnium Cultural, cuya presidencia ostentó entre 2015 y 2022. Desde Òmnium, si bien no han emitido ningún comunicado sobre estos hechos, sí han publicado un tuit asegurando que Cuixart lleva años siendo «víctima de uno de los ataques más extensos de España».
Cuixart era el máximo responsable de Òmnium cuando alentó a un grupo de radicales en Barcelona desde el techo de un coche de la Guardia Civil en septiembre de 2017. La foto de portada de su perfil es un cartel con el lema «Ho tornarem a fer», la célebre frase en catalán que significa «Lo volveremos a hacer», en referencia a la proclamación ilegal del proceso de independencia de Cataluña por el que fue condenado a nueve años de prisión.
Tras recibir el indulto del Ejecutivo en julio de 2021, Cuixart anunció que trasladaba su residencia de España a Suiza. Un cambio que alegó argumentando que tenía como objetivo «internacionalizar la causa independentista y denunciar los déficits de la democracia española». En todo momento ocultaba que, en realidad, se trataba de un trámite burocrático que necesitaba realizar para poder constituir la compañía opaca. Desde que se mudó definitivamente nunca más se había vuelto a saber de él. Hasta ahora, que El Debate desvela sus actividades en el país helvético.