Tres testimonios para mantener la esperanza en la defensa de la vida y de la libertad

Si algo tenían en común el historiador y sacerdote jesuita Fernando García de Cortázar, el científico César Nombela y el médico Justo Aznar es que fueron tres hombres que defendieron hasta el final de sus vidas aquello en lo que creían y fueron fieles a sus convicciones. Encarnaron, cada uno en su ámbito y durante su dilatada trayectoria profesional, valores como la defensa de la vida, la dignidad de la persona y la libertad. Por ello, y por ser personas que han dejado huella en lo profesional y en lo humano, la alternativa cultural NEOS ha querido organizar un homenaje en su memoria para recordar sus vidas y su legado.

En el auditorio de la Fundación Ramón Areces, en Madrid, diferentes personalidades que conocieron de primera mano a los protagonistas de este acto han puesto en valor aquellas cualidades que cada uno de ellos tenía y las convicciones con las que vivieron y que pusieron al servicio de los demás.

El periodista José Luis Restán ha sido el encargado de presentar este homenaje, que ha descrito como un «acto de gratitud y de esperanza». A García de Cortázar, a Nombela y a Aznar les ha definido como tres personas que encarnan «el amor a la libertad, la defensa absoluta del valor sagrado de toda vida humana, un concepto de lo que es una civilización en la cual la persona está en el centro». Como ha señalado, ellos fueron «personas de carne y hueso» que se entregaron a aquello que encontraron como «verdadero, justo y bueno en su vida».

García de Cortázar y su emoción por la Historia de España

Esperanza Aguirre y Carlos Aganzo han sido los primeros en subir al escenario para destacar algunos aspectos que les marcaron de Fernando García de Cortázar. Como «militante en defensa de la libertad» le ha descrito la expresidenta de la Comunidad de Madrid, que ha recordado que tenía que llevar escolta por estar amenazado por ETA. Asimismo, ha puesto de manifiesto su ingente labor en la divulgación de la Historia de España.

Y es que si algo caracterizó a este historiador y sacerdote jesuita fue su pasión por España y por su historia, una pasión que, como ha aseverado Aganzo, subdirector de la Fundación Vocento, «nunca le restó un gramo de rigor académico en lo que hizo». Emoción y alegría son las dos palabras que el escritor ha utilizado para definirle, algo que, como ha explicado, supo transmitir a todas las personas que le rodearon y cuya proyección llegó de forma especial a los alumnos que le siguieron.

Nombela y la defensa de la cultura de la vida

César Nombela, prestigioso científico que llegó a presidir el CSIC y fue rector de la Universidad Menéndez Pelayo, pasará a la historia entre otras cosas por su contribución a la construcción de la cultura de la vida, como ha destacado Restán. «César creía profundamente en la verdad», ha señalado la periodista Cristina López Schlichting. Él trataba de «descubrir en la ciencia el instrumento de acercamiento a una realidad que hablaba por sí misma», y era capaz de establecer diálogo con aquellos que no pensaban como él. Su compañero el catedrático de Filología Hispánica Miguel Ángel Garrido, con quien compartió muchos años en el CSIC, ha asegurado que Nombela desarrolló un trabajo «intensísimo» al servicio del bien común y de sus convicciones.

Aznar y el diálogo entre la fe y la razón

Una profunda fe es lo que marcó la vida de Justo Aznar. Este médico nacido en Zaragoza pero que desarrolló gran parte de su trayectoria profesional en Valencia destacó sobre todo por saber aunar la fe y la razón, o, dicho de otra manera, por saber poner la razón al servicio de la fe. En esto ha hecho hincapié José Manuel Pagán, rector de la Universidad Católica de Valencia, destacando que su llegada a este centro «fue una garantía de poder crecer cimentados en ese diálogo entre fe y razón».

El obispo de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla ha puesto de manifiesto que a él le ayudó mucho a hacer una divulgación importante en el ámbito de la defensa de la vida, ya que tenía un amplio argumentario provida. «Justo nos ayudaba a tener raciocinio para entender que, no únicamente la verdad es bella, sino que aquello que se construye en su contra, como la cultura de la muerte, es profundamente perverso», ha explicado.

Munilla ha cerrado este coloquio realizando un «elogio a la gratitud», donde, poniendo en valor esta iniciativa que ha tenido NEOS, ha subrayado la importancia que tiene ser agradecido con estas tres personas que nos han precedido y que han desarrollado sus talentos y los han entregado a los demás.