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Gabriel Rufián conversa con Patxi LópezEFE

No hay marcha atrás

El Gobierno y los separatistas inician el asalto del Código Penal con nocturnidad

El presidente manda un mensaje de tranquilidad y afirma que el Estado sigue teniendo el artículo 155 de la Constitución para «defenderse». Fueron 187 votos a favor, 155 en contra y seis abstenciones

El pleno del Congreso debatió y aprobó este jueves, con nocturnidad, la toma en consideración de la proposición de ley presentada por el PSOE y Unidas Podemos para derogar el delito de sedición. Iniciando así un trámite parlamentario que el Gobierno quiere zanjar en cuestión de semanas: por el procedimiento de urgencia, sin informes de los órganos consultivos ni comparecencias en comisión. Fueron, finalmente, 187 votos a favor, 155 en contra y seis abstenciones.

Para cuando empezó el debate –casi las diez de la noche– aún había confeti en el hemiciclo, restos de la celebración de la aprobación de los terceros Presupuestos de Pedro Sánchez, que contaron con el aval de 187 diputados. Si el Ejecutivo quería fingir que Presupuestos y sedición no tenían nada que ver, eligió la peor forma de hacerlo: colocando uno detrás del otro en un pleno extraordinario forzado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.

Para defender la reforma del Código Penal el PSOE no se vistió de fiesta, sino que simuló que no había nada que celebrar. Sus diputados se cuidaron de no sonreír. Además, muchos estaban indignados por tener que votar por llamamiento, uno a uno, en una maniobra del PP pensada para retratar a cada cual delante de su electorado.

Al tratarse de una proposición de ley de los grupos parlamentarios y no de un proyecto de ley aprobado antes por el Consejo de Ministros, ni siquiera tuvo que subir a defenderlo a la tribuna un miembro del Gobierno.

No obstante, el propio Pedro Sánchez dijo unas palabras al respecto en el patio de la Cámara Baja, cuando salió a felicitarse por lo que denominó una «victoria del entendimiento entre dispares», en alusión al acuerdo para las cuentas públicas de 2023.

El presidente sostuvo con solemnidad que el Estado de derecho «continuará teniendo herramientas para defenderse» a pesar de la supresión del delito por el que fueron condenados y encarcelados nueve cabecillas del procés. Y aludió al artículo 155 de la Constitución como el instrumento ante «cualquier intento de violentar el orden constitucional y la integridad territorial». Obvió Sánchez que el 155 está ya en la diana del separatismo: el PNV ha pedido que lo siguiente sea suprimir ese artículo de la Constitución, que articula la suspensión de la autonomía.

Dentro le tocó el trago al diputado socialista Francisco Aranda, del PSC. Aranda salió a la tribuna directo a la yugular del PP, al que menospreció por su «irrelevancia» en Cataluña y acusó de «insumisión constitucional». El catalán defendió que esta reforma del Código Penal es la «voluntad política» de la mayoría del Congreso y que la sedición es un delito que responde a una «realidad decimonónica».

La voz de Unidas Podemos fue la del catalán Jaume Asens, quien en las semanas previas negoció con ERC las medidas del traje. Cuando el Gobierno repetía machaconamente que no había novedad sobre esa reforma… hasta que la hubo. «El Supremo ha convertido el delito de sedición en una bomba de relojería. Ayer fueron los líderes independentistas, mañana puede ser un grupo de activistas por la paz», señaló Asens.

A pesar de que llevaban 13 horas de pleno, a la oposición no le fallaron las fuerzas ni la voz para denunciar el error que comete Sánchez. «El independentismo es insaciable», recordó la portavoz popular, Cuca Gamarra. «Su objetivo es la amnistía y la autodeterminación», continuó. «Los españoles no van a olvidar esta estrega».

Por su parte, el exdiputado de UPN Carlos García Adanero lo resumió así: «Si no hay delitos, no hay delincuentes», en alusión a la amnistía encubierta que vienen denunciando algunos juristas desde que el PSOE y Unidas Podemos presentaron su proposición de ley. «Les están entregando los instrumentos que tiene un Estado de derecho para defenderse», denunció.

¿Y ahora, qué? Ya advirtió el diputado de Bildu Jon Iñarritu que, después de los indultos y de esta reforma del Código Penal deberán producirse más pasos. Iñarritu se felicitó de que esta medida «sea positiva en la desjudicialización del conflicto político». «Va en la línea de sacar de los tribunales lo que nunca debió estar en ellos», añadió.

Aunque quien más sacó pecho fue el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que reivindicó el papel y la utilidad de su partido en Madrid: «Hemos eliminado un delito decimonónico, le hemos quitado el juguete a jueces fascistas. No somos responsables de los actos del PSOE, pero sí de sus rectificaciones», señaló.

Para Inés Arrimadas, Sánchez está dando un golpe al Código Penal. «El Código Penal está para defender a la sociedad de los delincuentes, no para defender a los delincuentes», añadió. Y Javier Ortega Smith, de Vox, recordó que la soberanía reside en la nación española, en toda ella.

El debate, amargo y crispado, terminó al filo de las 12 de esta noche de Acción de Gracias en la que algunos tenían mucho que agradecerle a Pedro Sánchez.