La alcaldesa del PSOE que montó la fiesta con barra libre en Canarias pretexta que fue «una inversión que generó empleo»
Conchi Narváez, alcaldesa del PSOE de San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas), que organizó una fiesta de lujo para funcionarios que costó medio millón de euros públicos, justifica el acontecimiento asegurando que fue «una inversión que generó empleo». El evento, que inicialmente se concibió como un foro de empleo público, se acabó convirtiendo en una fiesta de cuatro días donde los asistentes disfrutaron totalmente gratis de hoteles de lujo, cenas de gala y hasta una barra libre de champán.
De esta manera, la socialista Narváez descarta dimitir, como le han exigido desde la oposición y niega que el foro estuviera acompañado de ninguna fiesta. En cambio, en el decreto de adjudicación donde la regidora del PSOE encargó el evento sí pidió al contratista que organizara un acontecimiento lúdico: «El adjudicatario deberá contratar los servicios de un director artístico para la planificación y ejecución de las tres fiestas temáticas como actividades paralelas al Congreso», se lee en las actas que ha publicado El Debate.
Sin embargo, la alcaldesa insiste en que el evento fue para «sesenta habilitados nacionales han venido a conocer San Bartolomé de Tirajana y al mismo tiempo a formarse». Como consecuencia de la convención, para la socialista «ahora tenemos una plantilla mejor porque han estado en todas las intensas jornadas para aprender a gestionar y gastar mejor el dinero público».
En cambio, la socialista omite que de los 95 habilitados nacionales que hay en las Islas Canarias tan sólo acudieron cinco. El resto fueron secretarios, interventores y tesoreros de las provincias de Alicante, Toledo, Palencia, Ávila o Cádiz. También disfrutaron del evento miembros de la Administración Regional de Aragón y personal del Tribunal de Cuentas y del Ministerio de Hacienda y Función Pública, en manos de la ministra María Jesús Montero.
Lo compara con la Navidad
La tesis de la alcaldesa, que se niega a dimitir a pesar de la insistencia de la oposición, es que, el el foro y la fiesta con barra libre, como las fiestas de Navidad o los carnavales, son una inversión que genera empleo en el municipio. «Nosotros no nos hemos gastado el dinero en fiestas. Imagínese que dijéramos lo mismo del Carnaval de Maspalomas, ¿qué es el carnaval? Fiesta, pura y dura», argumentó, «pero es una inversión; la del carnaval es para que la gente se divierta y la inversión en un congreso de habilitados nacionales es para formarnos mejor y que esas personas que vienen de fuera conozcan la isla», afirmó.
«Son inversiones; las luces de Navidad son una inversión, ¿o no es la Navidad una fiesta? Es una inversión para generar economía y empleo. Cada gasto que hacemos en el Ayuntamiento es una inversión en distintos aspectos: uno puede ser formación y otro puede ser fiesta, ocio y gastronomía». Con respecto al medio millón de euros que costó el evento, Narváez afirma: «Todo es subjetivo, depende de quién lo mire y cómo se mire».
"Es una inversión y ha sido todo un éxito, hemos sido referente a nivel nacional por los ponentes que vinieron y las materias que se trataban. No olvidemos que esto es una administración pública y que cada euro que se gasta debe estar fiscalizado, debe tener un expediente y de eso trataba el congreso», concluyó.
Por su parte, el coorganizador del evento, Francisco García, alcalde de Santa Lucía de Tirajana del partido nacionalista Nueva Canarias, asegura tras la polémica que no tiene ninguna responsabilidad en el asunto. No obstante, del medio millón que costó el foro con la fiesta el ayuntamiento del que es regidor aportó 100.000 euros para el evento (los 400.000 euros restantes los abonó la socialista Narváez).
García, como también publicó este periódico, prestó su firma para que el contrato pudiera adjudicarse a dedo a través del Consorcio Sur de Gran Canaria para la Televisión Digital Terrestre, del que es presidente. «Este procedimiento se inició hace varios meses y yo tomé posesión como presidente del consorcio hace apenas un mes», asegura ahora García.