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El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, el día de su detención en 2009EFE

Bildu es filoetarra: su historia y los hechos lo corroboran

Una diputada de Vox fue expulsada de la tribuna del Congreso por llamar «filoetarra» a EH Bildu. ¿Faltó a la verdad? No, y te contamos por qué

La diputada de Vox Patricia Rueda fue expulsada de la tribuna del Congreso de los Diputados este martes por señalar el ninguneo del Gobierno a «Málaga y a las regiones leales a España» mientras «premia a filoetarras, nacionalistas y golpistas», en referencia a los pactos del Ejecutivo con Bildu, PNV y ERC. El vicepresidente primero de la Cámara, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, decidió exigirle a la diputada que retirara el «calificativo». Ante la negación de Rueda de retractarse, terminó expulsada y de Celis le retiró el turno de palabra.

El prefijo «filo» proviene del latín y significa, según la Real Academia de la Lengua Española, «amigo o amante de». Es decir, el significado de filoetarra es «amigo de ETA». A continuación, los hechos y afirmaciones que sostienen que la formación política Bildu es amiga del grupo terrorista ETA y, por tanto, siguiendo su ideario político no consideran un insulto el término usado por la diputada de Vox. Antes de eso un dato curioso: la palabra «filoetarra» se ha registrado en los diarios del Congreso hasta 62 veces esta legislatura, como ha publicado The Objective, y solo este martes fue objeto de conflicto y considerada un calificativo ofensivo.

Herencia ilegal de Herri Batasuna

Despliegan una bandera de ETA en un mitin de Herri Batasuna en Baracaldo en 1982EFE

La ilegalizada formación política Herri Batasuna fue considerada judicialmente como el brazo político de la banda terrorista Euskadi ta Askatasuna (ETA). Tuvieron representación parlamentaria desde 1978 hasta 1996, año en el que su mesa nacional ingresó en prisión por sus vínculos con ETA. Desde ese momento, las aspiraciones políticas de los terroristas fueron migrando de unas siglas a otras que terminaban ilegalizadas: Euskal Herritarrok, Batasuna, Sozialista Abertzaleak, Autodeterminaziorako Bilgunea, Herritarren Zerrenda, Aukera Guztiak y Abertzale Sozialisten Batasuna, Iniciativa Internacionalista y Demokrazia Hiru Milioi. El mismo ideario y objetivo político bajo distintos nombres. Siempre terminando en la ilegalización.

Hasta que, en 2011, nació Sortu tras incluir, por primera vez, un rechazo genérico a la violencia. Pero eso no le sirvió para eludir a la justicia que terminó declarándola sucesora del brazo político de ETA y, por tanto, ilegal. Finalmente, los filoetarras lograron hacerse hueco dentro de la legalidad política con Bildu, una coalición que integraba partidos legales como Eusko Alkartasuna, una escisión del PNV liderada por Carlos Garaikoetxea. En las elecciones generales de 2011 se presentaron bajo el nombre de Amaiur y en las autonómicas vascas de 2012 pasaron a denominarse EH Bildu. A pesar de estar liderada por Arnaldo Otegi, cuyo nombre estaba presente en la primera fila de las formaciones ilegalizadas, y contar con miembros que habían militado en Herri Batasuna, además de con exterroristas de ETA, el partido se instaló en la legalidad. Hoy en día cuenta con cuatro diputados en el Congreso de los Diputados. Los cuatro que de Celis 'defendió' sin que ellos no lo pidieran.

Arnaldo Otegi, condenado por secuestro

Arnaldo Otegi durante un acto de Herri Batasuna en el velódromo de San Sebastián en 1998EFE

Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, es un nombre que ha estado unido políticamente e ideológicamente con la mayoría de siglas políticas ilegalizadas que pretendían llevar a ETA al espectro político. Pero su nombre no está limpio. En 1977, Otegi huyo de Elgóibar a Francia por su implicación en un comando de ETA responsable de una explosión en una gasolinera, de robos de vehículos a mano armada, de la liberación de un etarra ingresado en un hospital y del asalto al gobierno militar de San Sebastián.

En febrero de 1979 participó en el secuestro del director de Michelin en Vitoria, Luis Abaitua. El empresario estuvo encerrado en una cueva de Elgóibar, localidad natal de Otegi, durante 10 días. En 1987 fue detenido en Francia y entregado a las autoridades españolas. En 1989, la justicia española le declaró culpable del secuestro de Abaitua y fue condenado a seis años de prisión. Una condena que cumplió en dos tandas: en octubre 1990 fue puesto en libertad provisional pero en septiembre de 1991 volvió a la cárcel hasta mayo de 1993. Durante su ingreso en prisión, se licenció en Filosofía y Letras.

Durante estos años, Otegi ha compaginado su actividad política con entradas y salidas de la cárcel: en 2005, prisión preventiva por pertenencia a banda armada que solucionó con 400.000 euros de fianza; ese mismo año, condenado por injurias a la Corona; en 2006, el entonces juez Fernando Grande-Marlaska –ahora ministro del Interior– ordenó su ingreso en prisión por inducir a la violencia en una huelga celebrada en País Vasco y Navarra. Una fianza de 250.000 euros le sacó de la cárcel; en 2006, fue condenado por enaltecimiento del terrorismo.

Presos por Presupuestos

En plena negociación de los Presupuestos de 2022, el propio Otegi reconoció los vínculos de Bildu con ETA al afirmar en un mitin del partido en Eibar: «Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar los Presupuestos, pues los votamos. Así de alto y claro os lo digo», afirmó ufano el coordinador general del partido.

Siete horas antes de haber hecho esa afirmación, el mismo Otegi protagonizó una suerte de condena fallida de la violencia de ETA. Reconoció el «dolor» causado a las víctimas del terrorismo pero rehusó condenar a ETA directamente. La vez que más cerca estuvieron de la honradez fue tan solo una pantomima que tardó siete horas en desmoronarse.

No han condenado los atentados de ETA

Uno de los muchos escollos que sostienen el filoetarrismo de EH Bildu es su reticencia a condenar los actos violentos de ETA. Mientras que han incluido en sus idearios condenas genéricas de violencia para sortear la ilegalización, nunca han rechazado categóricamente los atentados de ETA.

Hasta la fecha ninguno de los dirigentes de EH Bildu ha condenado expresamente los asesinatos de ETA ni han pedido perdón, de ninguna de las formas, a las víctimas de la banda terrorista.

Militantes con antecedentes

El parlamentario vasco y presidente de Sortu, Hasier Arraiz, se despide del lehendakari Iñigo Urkullu tras ser inhabilitado por pertenencia a grupo terroristaEFE

Además del propio Arnaldo Otegi, cuyos antecedentes penales se han expuesto antes, varios dirigentes y cargos públicos de EH Bildu guardan vínculos con la banda ETA. Pablo Gorostiaga, Adolfo Araiz o Arkaitz Rodríguez condenados por colaborar con los terroristas. Rufino Etxebarria ha sido encarcelado en dos ocasiones por delitos relacionados con la banda terrorista. Hasier Arraiz admitió personalmente haber formado parte de ETA. Al igual que Bergoi Madernaz e Ikoitz Arrese, que también pisaron la cárcel por pertenecer a ETA. Mertxe Aizpurua, la actual portavoz de Bildu en el Congreso y que forma parte de la Comisión de Secretos, fue condenada por apología del terrorismo.

Mertxe Aizpurua, apología terrorista

A sus 62 años, la periodista Mertxe Aizpurua tiene un amplio historial en la órbita filoetarra. Además de haber ocupado el puesto de alcaldesa de Usurbil entre 2011 y 2015, ha trabajado en medios cercanos al ideario de ETA y fue fundadora del diario Gara. En 1984, a su 24 años, la Audiencia Nacional le condenó a un año de prisión por «apoyar el terrorismo» y le inhabilitó como periodista durante un año.

Los directores de los diarios Euskaldunon Egunkaria, Martxelo Otamendi (i), y Gara, Mertxe Aizpurua (d), llegan a la Audiencia Nacional en 2002EFE

En su árbol genealógico figura el etarra Argala, primo suyo, implicado en la llamada 'Operación Ogro' en la que se asesinó a Luis Carrero Blanco, a dos de sus colaboradores, su conductor y su escolta. Argala fue asesinado por el batallón vasco español en 1978 con una bomba lapa en su coche.

Inacción ante los crímenes sin resolver

Arnaldo Otegi coloca una ikurriña antes de una rueda de prensa de Herri Batasuna en 1999EFE

Once años después de que ETA anunciase el «cese definitivo» de su violencia terrorista, todavía permanecen sin resolver un total de 379 asesinatos. Todos ellos perpetrados por motivos políticos y por miembros de ETA a los que todavía no se ha puesto nombre. Dado que la vinculación entre Bildu y ETA tiene raíces tan profundas como la propia historia de la banda terrorista, cabe pensar que podrían tener información relevante sobre alguno de esos asesinatos sin resolver. Pero, desde la formación política o por parte de los jefes de ETA que siguen vivos no ha habido el más mínimo interés en colaborar con la Justicia.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo, la Asociación Dignidad y Justicia o la Fundación Miguel Ángel Blanco –agrupaciones que aglutinan a víctimas de ETA– han pedido en multitud de ocasiones que se aísle políticamente a Bildu por su negativa a cooperar en la investigación de esos 379 asesinatos que todavía no tienen responsables señalados. Tanto asociaciones como formaciones políticas han señalado en diversas ocasiones que los votos de Bildu «están manchados de sangre». Unos votos que llevan sosteniendo a Pedro Sánchez, sus Presupuestos y a su Ejecutivo sobredimensionado durante los últimos cuatro años.