La crónica política
Iglesias lanza la 'operación Montero' convencido de que Sánchez convocará elecciones en abril
Al exlíder de Podemos le han entrado las prisas y ha pasado al ataque, emboscado tras la ministra de Igualdad. El mensaje a Yolanda Díaz es claro: Podemos está mejor solo que mal acompañado
El 14 de febrero, Día de San Valentín, Pablo Iglesias escribió un artículo en la revista CTXT proclamando su amor a Yolanda Díaz. Era también el día de la resaca de las elecciones en Castilla y León. Podemos e IU decidieron concurrir juntos y obtuvieron un único diputado. El fiasco fue grande. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se borró de la campaña y únicamente protagonizó un mitin en la pequeña localidad vallisoletana de Castronuño.
Las crónicas periodísticas de la época ya hablaban de un distanciamiento entre la artífice de la reforma laboral y Podemos. E Iglesias, harto de habladurías –como las calificaba él– escribió con rabia: «Habrá medios (también progresistas) que alentarán la guerra interna en Unidas Podemos, tratando de enfrentar a Yolanda con Podemos (...). La militancia de UP debe pedir a los cuadros y dirigentes disciplina y cuidado de la diversidad del espacio. Si algo podría ser demoledor para el espacio y para la candidatura de Yolanda es repetir errores del pasado». Con esto último se refería a la ruptura entre él mismo e Íñigo Errejón en 2019, que se presentó a las elecciones madrileñas bajo la marca Más Madrid y luego a las generales con Más País.
La profecía de Iglesias se ha cumplido: Podemos y Yolanda Díaz están en guerra, aunque no por culpa de la prensa
La profecía del fundador de Podemos, que nunca ha dejado de ser su líder en la sombra, ha acabado cumpliéndose: Yolanda Díaz y Podemos están en guerra y el Consejo de Ministros es un campo de minas. Y lo que es más: no por la acción de la prensa y sus crónicas malintencionadas, sino de los propios protagonistas. Por encima de todos, de Iglesias. El mismo que ese 14 de febrero alertaba a los suyos del peligro de ventilar los trapos sucios fuera de la intimidad del hogar: «La disciplina no es incompatible con la democracia interna; lo que destroza la democracia interna es mediatizar los debates».
La teoría de Iglesias
El factótum de Podemos tiene un pálpito. Está convencido de que Pedro Sánchez va a convocar elecciones generales en abril, un mes antes de las municipales y autonómicas. Siguiendo el mismo modus operandi que en 2019, argumenta Iglesias, aunque entonces el líder socialista aún no había pasado por las urnas después de la moción de censura de mayo de 2018. Según la teoría del exvicepresidente segundo, el presidente del Gobierno no ha dado la más mínima pista porque el factor sorpresa es fundamental para que su plan triunfe y pillar al PP con el pie cambiado. Lo de la Presidencia de turno de la UE en el segundo semestre de 2023 es un señuelo, asegura.
Por eso, a Iglesias le han entrado las prisas y ha decidido pasar al ataque, emboscado tras la ministra de Igualdad, Irene Montero, que ha recuperado un protagonismo perdido. Ella es la gran esperanza morada, la bala de plata de un partido que atraviesa sus horas más bajas.
Iglesias lleva meses preocupado y enfadado, viendo cómo Podemos es anulado por completo por la pinza entre Sánchez y Yolanda Díaz. En el Gobierno de coalición, los morados se han tenido que tragar hasta un aumento del gasto militar del 28,5 % que juraron y perjuraron que no apoyarían. «Con balas no se come, con balas no se cura», llegó a decir su líder, Ione Belarra. Electoralmente, la ministra de Trabajo no hace más que despreciar a Podemos cuando asegura que Sumar -su plataforma- no va de partidos y que la ciudadanía está harta de ellos.
Irene Montero es la bala de plata de Podemos, la esperanza de un partido en crisis
Iglesias cree que Díaz tiene más que perder que Podemos si finalmente la cuerda entre ambos se tensa tanto que acaba rompiéndose. Podemos dispone de una estructura territorial, cuadros; Sumar no. Estos días, la sociedad Iglesias & Montero ha enviado un mensaje nítido a Díaz: Podemos no aceptará migajas electorales; antes prefiere romper y concurrir a las elecciones por su lado.
No sería la primera vez. En enero de 2019, después de que Errejón anunciara su candidatura a la Comunidad de Madrid, parte de la cúpula morada trató de convencer a Iglesias para que no presentara candidatura contra Errejón, por no dividir el voto. «Deseo suerte a Íñigo en la construcción de su nuevo partido con Manuela (Carmena), pero Podemos tiene la hoja de ruta que marcaron los inscritos y que se decidió en nuestras asambleas ciudadanas», sostuvo entonces, escudándose en la militancia.
En ese contexto se enmarca el proceder de la titular de Igualdad en las dos últimas semanas. Primero presentándose como víctima de una campaña machista de la derecha; después pasando al ataque desaforado, para enfado del PSOE y del entorno de Yolanda Díaz, que le recriminaron su exceso verbal.
Aunque, a decir verdad, la del miércoles no era la primera vez que Montero utilizaba el concepto de «cultura de la violación» contra el PP en los últimos meses. Lo usó contra Isabel Díaz Ayuso durante una comparecencia en la Comisión de Igualdad celebrada el 21 de septiembre en el Congreso, solo que entonces pasó desapercibido.
Allí acusó a la Comunidad de Madrid de «alimentar el relato y la cultura del terror sexual y la cultura de la violación» por una campaña institucional que enviaba a las mujeres mensajes como: «Mira lo que te sirven» y «vigila siempre tu copa», advirtiendo de los peligros de la sumisión química.
La 'operación Montero' está en marcha, y para que triunfe contará con la alfombra roja de la nueva televisión que va a lanzar Iglesias de la mano del controvertido empresario mediático Jaume Roures. A todo esto, el crowdfunding iniciado por el fundador de Podemos para financiar Canal Red está a punto de alcanzar su objetivo de 325.000 euros. «Nuestro ejército norcoreano está muy cerca de cumplir sus últimos objetivos militares», se jactó Iglesias el viernes en Twitter.