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Pedro Sánchez y Meritxell Batet durante el acto institucionalEFE

La subasta del Código Penal

Dos por uno: Sánchez acepta rebajar también la malversación como quiere Esquerra

El presidente elige el aniversario de la Constitución para confirmar que está abierto a negociar con ERC. Pone como condición que la reforma del delito afecte solo a los condenados del procés

Pedro Sánchez eligió precisamente este martes, el cuadragésimo cuarto aniversario de la Constitución, para abrir de par en par las puertas a reformar el delito de malversación a la baja en el Código Penal, tal y como quiere ERC.

El propio presidente del Gobierno confirmó su disposición en una conversación informal con los periodistas, durante los actos conmemorativos de la Carta Magna. Sánchez explicó que el cambio debería circunscribirse al procés, y en ningún caso afectar al resto de condenas por corrupción. Lo que excluiría al expresidente andaluz José Antonio Griñán. Aunque así expresado en condicional, como casi todo con Sánchez.

Según él, su Gobierno no va a «retroceder en materia de lucha contra la corrupción», que fue la bandera que empuñó cuando presentó la moción de censura contra Mariano Rajoy. La pretensión del presidente es que se retoquen las penas de inhabilitación para cargo público vinculadas al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, lo que afectaría, entre otros, al líder de Esquerra y su número dos: Oriol Junqueras y Marta Rovira, huida en Suiza.

La dirección del PP respondió, durante el mismo acto en el Congreso, que Rufián es ya «el mayor penalista del Reino de España», en alusión a su capacidad para modificar el Código Penal: primero con la sedición; ahora con la malversación. Aunque, en realidad, ambas formarán parte del mismo pack.

Este viernes termina el plazo para que los grupos parlamentarios presenten enmiendas a la proposición de ley que el PSOE y Unidas Podemos registraron para derogar el delito de sedición, que pasará a ser uno de desórdenes públicos agravados. La intención de ERC es enmendar el texto y añadir la malversación, aunque falta por conocer cómo acota su contenido por escrito.

A mediados de noviembre, Rufián adelantó: «Hay que ser quirúrgico en el debate y articulación de estas enmiendas». Por entonces, varios socios de Sánchez se mostraron reacios a cualquier cambio que supusiera rebajar las penas a condenados por casos de corrupción tan sonados como los EREs, Gürtel o Nóos.

En esa conversación con la prensa, Sánchez confirmó que el grupo socialista también presentará enmiendas a la proposición de ley inicial, aunque no adelantó en qué sentido irán.

Desde el Gobierno, y tras la noticia adelantada por el presidente, varios ministros aprovecharon el acto en el Congreso para hacer pedagogía con el delito de malversación como la hicieron con el de sedición. En el sentido de que no debería llevar aparejada la misma pena la corrupción para enriquecimiento personal que la malversación. «Si un alcalde usa fondos europeos para pagar las nóminas de sus empleados, ¿a que no merecería el mismo castigo que otro que se los queda?», preguntó uno de ellos.

Este ministro invocó el «derecho comparado» para hacer esta reforma. Es decir, otra vez el argumento de que la legislación española tiene que homologarse a las de otros países de su entorno, como con la sedición. En el caso de la malversación, a Francia, Italia y Portugal.

La semana pasada, durante el debate de las cinco enmiendas a la totalidad presentadas contra la derogación de la sedición, la diputada de ERC Carolina Telechea sostuvo: «Hemos llegado lejos, pero somos conscientes de que no es suficiente. Para Esquerra ninguna propuesta que esté por debajo de la amnistía será suficiente, pero utilizaremos toda nuestra fuerza (...). Durante la tramitación parlamentaria todo se puede mejorar. Seremos muy exigentes».