Casa Real
El difícil discurso navideño del Rey
La tensión generada por la renovación del TC, más los desplantes sufridos por Felipe VI por parte de Pedro Sánchez, hacen que su discurso de esta Nochebuena vaya a ser escuchado con especial atención
Todos los discursos de Su Majestad Rey son remitidos antes de su pronunciación en público a la presidencia del Gobierno. Este proceder emana de la propia lógica constitucional. La Carta Magna, en su artículo 64, señala que «los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes». Este es el marco jurídico en el que acontece el gesto de cortesía, inaugurado durante la Transición, por el que Zarzuela remite los borradores de sus discursos a la Moncloa. Son texto muy medidos y trabajados, por lo que en contadísimas ocasiones el Gabinete presidencial realiza alguna sugerencia de contenido o de forma. La Constitución española, en su artículo siguiente, el número 65, encomienda al Rey otra labor: «arbitrar y moderar el regular funcionamiento de las instituciones».
Los discursos del Rey son muy medidos y trabajados, por lo que en contadísimas ocasiones el Gabinete presidencial realiza alguna sugerencia de contenido o de forma antes de su pronunciación
La aplicación conjunta de estos dos artículos será una tarea especialmente delicada estas Navidades, cuando Felipe VI pronuncie su tradicional discurso de Nochebuena, puesto que la interacción entre Zarzuela y Moncloa atraviesa un momento complejo que obedece tanto a causas objetivas como subjetivas.
La paralización por parte de seis magistrados del Tribunal Constitucional de las enmiendas presentadas por PSOE y Podemos desde el Parlamento para cambiar el modelo de renovación de este órgano ha generado un choque en toda regla entre los Poderes Legislativo y el Judicial, hecho inédito en la historia de la joven democracia española. Difícilmente el Rey podrá obviar esta situación que, encima, ha acontecido hace escasos días.
Arbitrar y moderar
La presente situación del curso político podría catalogarse dentro de las causas de objetiva dificultad. La subjetivas son las presiones y desplantes que el propio monarca está sufriendo por parte del Gobierno y representantes del PSOE.
El diputado del PSOE por Guipúzcoa, Odón Elorza, ha lanzado esta reflexión desde su cuenta de Twitter, donde se pregunta «¿qué hace el Rey para ganarse el sueldo?» y adjunta el citado artículo 65 de la Constitución. «¿Debemos preguntarnos quién debe mediar o arbitrar en el caso de una confrontación entre instituciones o entre poderes? En una Republica sería el presidente ¿Y aquí?», se interroga el diputado vasco. Y, aludiendo al citado artículo 56 de la Constitución, interpreta que «con discreción e inteligencia» en una «situación límite» el jefe del Estado bien podría «arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones en defensa de la democracia». «¿O no?», añade. En cualquier caso, muestra su deseo de que, si Felipe VI no ejerce ese papel mediador que él le invita a poner en práctica, «no se atreva» luego a «echar la bronca» a los políticos «en su discurso de Nochebuena». «¿O sí?», concluye su mensaje.
El presidente del Gobierno despreció el protocolo frente a Felipe VI durante el viaje inaugural del AVE a Murcia en la estación madrileña de Chamartín
En cuanto a los desplantes, el último y más notorio que ha sufrido Felipe VI ha sucedido el pasado día 19 en Murcia y el causante, de nuevo, ha sido Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno despreció el protocolo frente a Felipe VI durante el viaje inaugural del AVE a Murcia en la estación madrileña de Chamartín. El jefe del Ejecutivo caminó por delante del Jefe del Estado y accedió al tren antes que el Rey. En un momento dado, el líder socialista adelantó el paso hasta colocarse por delante de Felipe VI para dirigirse a saludar al Secretario de Estado de Infraestructuras. Posteriormente, y antes de entrar al tren, se repartieron mascarillas a las autoridades presentes. Sánchez no esperó a que se la entregaran al Rey y entró el primero en el tren. Todo quedó perfectamente registrado antes las cámaras.
2017 y el procés
Dado que los discursos del Rey suelen aprobarse desde Moncloa con días de antelación, las palabras de Felipe VI probablemente ya han salido desde la Zarzuela o estén a punto de enviarse. Aunque el contexto descrito es áspero, Felipe VI tiene experiencia en estas lides. Sus palabras con mayor intención institucional las pronunció el 3 de octubre de 2017, cuando desde todas las televisiones pudo escucharse su discurso ante la deriva que estaba tomando el proceso independentista en Cataluña. La iniciativa de aquellas palabras partió de Felipe VI. El equipo de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno por entonces, no le pudo impedimento.
Tanto por su momento, finales de año, como por su contexto navideño, los discursos de Nochebuena tienen un tono sereno y cordial
En cualquier caso, el tono de los discursos navideños, que conforman una cita fija en la agenda anual del monarca, transita por otros caminos. Desde su subida al trono en 2014 hasta el día de hoy, Felipe VI ha pronunciado siete discursos de este tipo. Tanto por su momento, finales de año, como por su contexto navideño, los discursos de Nochebuena tienen un estilo sereno y cordial, con el énfasis puesto en los valores unitivos y en la voluntad de una mirada optimista hacia el futuro.
Cada año, sin embargo, ha tenido su peculiaridad. En 2014 Felipe VI pronunció su primer discurso de Nochebuena, en el que instó a luchar de forma decidida contra la corrupción. En 2015, con la llegada de nuevas formaciones políticas al Parlamento, Felipe VI llamó al diálogo y al entendimiento de todos los españoles.
La confianza en las instituciones
En 2016 los partidos separatistas pretendían celebrar al año siguiente un referéndum ilegal de autodeterminación, por lo que Felipe VI defendió la convivencia democrática sobre la base de «la ley, la unión y una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir». Los 40 años de democracia centraron el mensaje de 2017, como también volvió a hacerlo el conflicto catalán. El eje central del discurso de 2018 fue la «convivencia», a la que el Rey definió como «frágil». La incertidumbre política reinaba en las navidades de 2019, por lo que Felipe VI advirtió sobre «el deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones». El 2020, año de la COVID-19, Don Felipe aludió al «esfuerzo colectivo» para alcanzar el «gran objetivo nacional» de recuperación sanitaria y económica.
El pasado 2021, Felipe VI subrayó que la Constitución «ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso»
El pasado año 2021, Felipe VI subrayó que la Constitución «ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad».
Sus palabras de 2022 se aguardan con la máxima expectación.