Izquierda Judicial
La nueva magistrada del TC María Luisa Segoviano se abre a estudiar una vía a la independencia de Cataluña
La expresidenta de la Sala Cuarta del Supremo no ha querido revelar, por el momento, si votará a Cándido Conde-Pumpido o impulsará a María Luisa Balaguer hacia la Presidencia del órgano
no han pasado ni cuarenta y ocho horas desde que los cuatro nuevos magistrados del Constitucional hayan jurado sus cargos ante el Rey Felipe VI y ya ha saltado la polémica entre los llamados a decidir sobre los recursos más complejos de nuestro país. La protagonista, en esta ocasión, ha sido la magistrada María Luisa Segoviano, expresidenta de la Sala Cuarta del Supremo y candidata de consenso avalada por la izquierda pese a ser propuesta por el bloque conservador del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La primera entrevista concedida por la veterana jurista en su nueva etapa en la Corte de Garantías, a Onda Cero, está haciendo correr ríos de tinta tras abrirse a «estudiar» la posibilidad de un encaje constitucional del derecho a la autodeterminación en Cataluña.
«Ése es un tema muy complejo, sumamente complejo. Es un tema con muchas aristas que hay que estudiar», fueron las palabras concretar de la primera mujer en liderar una Sala, la de lo Social, del Alto Tribunal, al ser preguntada por su opinión acerca de si nuestra Carta Magna admite un escenario como el que plantean los separatistas catalanes al resto del Estado español.
Segoviano admitía que «no hay que rechazar de entrada nada», ningún tema o cuestión, pero acto seguido matizaba sus palabras para asegurar que la posibilidad de un debate jurídico «no quiere decir que se admita». «Eso hay que dejarlo muy clarito», sentenciaba.
Un tema muy técnico que pide «sosiego»
María Luisa Segoviano no cierra la puerta a que el nuevo Constitucional del que ya forma parte aborde una discusión de enfoque «muy técnico» que, llegado el caso, asegura que será necesario tratar «con muchísimo cuidado, y con sosiego y desapasionamiento». No en vano, la magistrada es consciente de que, hasta la fecha, ningún otro pleno de la Corte ha arrojado ni un sólo resquicio de legalidad sobre las aspiraciones del separatismo catalán, hasta el punto de prohibir la celebración de cualquier tipo de consulta, incluso de enfoque plebiscitario, de las que se han celebrado al margen de nuestro ordenamiento y que finalizaron con las condenas de prisión impuestas a los cabecillas del referéndum del 1-O.
Sin embargo, la recientemente incorporada jueza al ser preguntada sobre la posibilidad de que el nuevo Tribunal se desmarque de la doctrina fijada anteriormente por sí mismo ha aclarado que si bien «es un precedente del que jamás se puede prescindir», también es cierto que «cuestiones parecidas» pueden tener «un determinado elemento distinto». Esto es, una eventual y futura consulta independentista en Cataluña «puede que exija un mayor razonamiento que lo que se hizo la vez anterior».
En cualquier caso, Segoviano ha querido manifestar su admiración por una Constitución que «está fantásticamente hecha» y «todavía puede dar mucho de sí». «De hecho, vemos cómo a lo largo de todos estos años han ido surgiendo distintas cuestiones, se han ido planteando y resolviendo», con arreglo a la misma, ha añadido.
Nuevo presidente o presidenta
En otro orden de cosas y en relación a las cuestiones de orden interno del Tribunal al que se incorporará, de manera formal, oficial y completa el próximo día 9 de enero, María Luisa Segoviano no ha contribuido a despejar las dudas que han surgido entorno a la identidad del que será el nuevo presidente o presidenta del TC. Y es que, tras la renovación del tercio del órgano que estaba pendiente desde el pasado mes de junio, el actual titular del puesto Pedro González-Trevijano será uno de los miembros del Pleno que deba abandonarlo.
Para sustituirlo se postulan dos magistrados de izquierdas: el exfiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido y su compañera María Luisa Balaguer; pero ninguno de ellos ha recibido el apoyo expreso de Segoviano quien ha rehusado avanzar a quién dará su voto, que podría ser clave para decidir el futuro de la Corte.
Ha explicado que no podrá tomar «el pulso» al TC hasta el próximo lunes, cuando tome posesión, y pueda hablar con los demás magistrados y conocer «el plan o la previsión que pueden tener cada uno de los aspirantes». En lo que sí ha sido tajante es en asegurar que no ha recibido «sugerencia» alguna sobre a quién debe votar como nuevo presidente del TC, aunque sí ha escuchado «opiniones» de «distintas personas» en estas últimas horas.
No obstante, ha expuesto que, «aparte de las facultades de gestión y organización de quien preside, también hay un elemento que es estrictamente personal, y es el carácter que uno tenga, la facultad de relacionarse bien con los demás, la empatía».
«Limar asperezas entre los miembros que componen el tribunal, tratar de acercar posiciones, ser capaz de en un determinado momento calmar los ánimos y suavizar. Creo que esto es muy importante a la hora de que el tribunal funcione», ha completado.
Cuatro días antes de terminar el 2022, los vocales del Consejo General del Poder Judicial elegían por unanimidad en una segunda votación a los dos magistrados al Tribunal Constitucional, César Tolosa y María Luisa Segoviano. Ambos, junto a los dos magistrados designados a propuesta del Gobierno, el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la exalto cargo de Moncloa Laura Díaz, juraron su cargo ante el Rey Felipe VI el último día del año y será el próximo 9 de enero cuando tomen posesión del mismo en la madrileña sede del órgano, en la calle Doménico Scarlatti, que celebrará el primer Pleno del Tribunal renovado tan sólo uno después, el día 10.