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Patricia Guasp y Adrián VázquezEP

Por poco margen

Arrimadas gana su última batalla en Cs: su candidata se impone a Edmundo Bal en las primarias

Las riendas del partido quedan en manos de Patricia Guasp y Adrián Vázquez, después de semanas de puñaladas y trapos sucios. El perdedor pide a los ganadores integración

La refundación de Ciudadanos ha quedado limitada a la marcha de Inés Arrimadas y la llegada de dos nuevas caras a la cúpula, en una lista amadrinada por la presidenta saliente: Patricia Guasp y Adrián Vázquez.

La candidatura encabezada por la coordinadora de Cs en Baleares y el jefe del partido en el Parlamento Europeo se ha impuesto a la de Edmundo Bal, en unas primarias que han sacado lo peor de los naranjas. Con descalificaciones personales y zancadillas.

El final ha estado más ajustado de lo que parecía: un 53,25 % de los votos para Guasp y un 39,34 % para Bal. Han votado el 49,65 % de los 7.600 militantes llamados a las urnas. El 7,41 % restante se ha decantado por el afiliado de base Marcos Morales. En sus primeras declaraciones, Bal ha destacado que, tanto sus votos como los de Morales, evidencian que hay un «amplio margen» de afiliados que «reclama un cambio para nuestro partido». Y ha pedido a Guasp que integre a los perdedores: «Necesitamos un Ciudadanos unido»

Los militantes han elegido la continuidad -de hecho, Arrimadas cerraba la lista de Guasp- frente al giro que representaba la opción de Bal, actual secretario general del grupo parlamentario naranja en el Congreso. Y, sobre todo: más partidario de abrirse a pactos con el PSOE.

Es precisamente ese grupo parlamentario el que más tocado queda tras la contienda. No en vano, durante la campaña Bal consiguió el apoyo de cinco de los nueve diputados de Cs: Sara Giménez, Miguel Gutiérrez, María Muñoz, María Carmen Martínez e Ignacio López Bas.

De entrada, Arrimadas seguirá como portavoz de ese grupo parlamentario, que es lo que quería evitar Bal. Por lo pronto, este fin de semana se producirá el traspaso parcial de poderes de ésta a Guasp en la VI Asamblea General, a la que no acudirá Albert Rivera.

La presidenta electa y su número dos tienen ante sí el reto titánico de reflotar un partido que amenaza ruina en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Por lo pronto, el goteo de bajas no se detuvo ni siquiera el día de la votación: este jueves dejó su cargo, entre lágrimas, la hasta ahora portavoz de Cs en las Cortes Valencianas, Ruth Merino. En su despedida fue muy dura: «Gane quien gane, no habrá diferencia entre el Ciudadanos de ahora y el de hace diez meses (...). El partido tendría que haber desaparecido del panorama político», sostuvo.