Sánchez subestimó a los españoles: la sedición y la malversación frenan su débil remontada

La «homologación» del ordenamiento jurídico español a los de otros países europeos, según la terminología empleada por el Gobierno, era esto: la número dos de ERC, Marta Rovira, ya prepara su vuelta a España, sin temor a la cárcel. Y, como ella, también lo puede hacer cuando quiera la eurodiputada de Junts per Catalunya Clara Ponsatí. Mientras, Carles Puigdemont se piensa los siguientes pasos, aunque su abogado ha situado su regreso en un horizonte de dos meses.

La derogación del delito de sedición en el Código Penal y la rebaja del de malversación han supuesto una «alfombra roja» –en palabras del PP– para quienes organizaron el referéndum ilegal del 1 de octubre y aún no han rendido cuentas ante la Justicia. Pero a un alto coste para Pedro Sánchez y el PSOE.

El presidente ha empezado el año afrontando su particular cuesta de enero; él, que maniobró para que las luces de la Navidad distrajeran a los españoles lo suficiente como para que no repararan en la reforma del Código Penal. Su aprobación definitiva en el Senado se produjo el 22 de diciembre, el día de la Lotería. Hasta ahí llegó Sánchez.

Sánchez no ha logrado controlar los daños de su reforma del Código Penal y del abordaje del TC

Pero el presidente del Gobierno no ha conseguido controlar los daños. La modificación del Código Penal y el abordaje del Tribunal Constitucional más politizado de la democracia han volado por los aires la débil remontada que había empezado a protagonizar en las semanas previas, subido a lomos del gasto social récord de los Presupuestos Generales de 2023.

El barómetro de encuestas que publica periódicamente El Debate, y que recoge las 12 últimas –salvo el CIS–, muestra cómo el PSOE vuelve a caer y el PP sube. De manera que la distancia entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez se agranda a 5,66 puntos.

Sánchez venía protagonizando una curva ascendente en intención de voto desde finales de octubre, coincidiendo con la presentación de las cuentas públicas y después de un arranque de curso en septiembre muy malo. Ahora, súbitamente, se rompe esa tendencia y cae 1,7 décimas, según la media ponderada de los sondeos. Estos le dan el 25,52 % de los apoyos.

Feijóo, por su parte, mejora dos décimas y media y alcanza una intención de voto del 31,18 %. No consigue volver a los niveles de agosto, cuando tocó techo y llegó a tener una intención de voto del 32,19 % –siempre según la media de encuestas–, pero también invierte su tendencia a la baja de los últimos meses.

Casi 10 puntos entre bloques

La mejor noticia para el centro derecha es que la distancia entre uno y otro bloque ya roza los 10 puntos, porque Vox también ha mejorado sus resultados en este arranque de año. En concreto, del 14,83 al 15,10 %, lo que equivale a 2,7 décimas más para los de Santiago Abascal. Que, de momento, siguen sin cerrar un candidato para la moción de censura que anunciaron en diciembre.

La suma del PP, Vox y Ciudadanos alcanza el 48 % del voto; aunque la aportación de los naranjas al total es mínima: 1,72 %. De hecho, casi ninguna encuesta les augura a estas alturas representación en las Cortes que salgan de las próximas elecciones generales. En ninguna de las circunscripciones.

Enfrente, la suma del PSOE, Unidas Podemos y Más País se queda en el 38,32 %. Es una incógnita lo que pasará en este bloque, puesto que Podemos quiere negociar una coalición electoral con Yolanda Díaz que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo no aceptará, como contó este periódico el jueves. En el lado contrario, el partido de Íñigo Errejón está negociando con Díaz su incorporación a la plataforma Sumar.

Sea cual sea el futuro del bloque sanchista, hoy en día la realidad es que los tres han empezado el año a la baja. Porque no solo retrocede el PSOE: también Unidas Podemos cae casi dos décimas y Más País, 1,4 décimas.

Así están las cosas a cuatro meses y medio de las elecciones municipales y autonómicas, que serán la mejor encuesta para las generales de diciembre. Los socialistas saben que Sánchez encara los comicios del 28 de mayo en su nivel más bajo de popularidad desde que llegó a la Moncloa mediante una moción de censura.

El presidente empieza la precampaña este sábado en Sevilla, después del fiasco de su gira de otoño con la campaña el Gobierno de la gente: se suponía que entre septiembre y diciembre iba a protagonizar 30 actos con los votantes y simpatizantes y al final fueron 10. Además, la gran mayoría en recintos pequeños y cerrados, después de que en los dos primeros (en Sevilla y en Toledo) fuera increpado y abucheado en la calle.