Éxito rotundo de la manifestación de Madrid: la derecha unida y la sociedad civil alzan la voz contra Sánchez

El año electoral empieza revuelto para Pedro Sánchez, que lleva lleva años pactando con independentistas, poniendo en riesgo la unidad de España y el orden constitucional. El presidente del Gobierno quiere mantenerse en Moncloa al precio que sea, algo que ha ido generando poco a poco un malestar en la sociedad, que se ha cansado y ha dicho «basta».

Madrid fue el escenario elegido para pedirle a Sánchez que cese, para decirle al presidente del Gobierno que el pueblo español va a defender la Constitución y que unos Presupuestos no merecen que resquebraje España. La plaza de Cibeles se llenó por completo este sábado, consiguiendo una imagen que quedará para el recuerdo.

El Gobierno sabía que esa fotografía le podía hacer daño y trató de evitarla de todas las maneras posibles. En primer lugar, la apartó de la plaza de Colón, un escenario simbólico y mucho más amplio que Cibeles, porque había una supuesta concentración que se había programado con anterioridad y a la que finalmente acudieron seis personas. Seis.

En segundo lugar, el PSOE contraprogramó el acto con un mitin de Sánchez en Valladolid al que acudió después de un paseo en bicicleta. La intención no era otra que darle una excusa a RTVE para no emitir en directo la manifestación de Cibeles y centrar su atención en lo que le dijera el presidente del Gobierno a sus simpatizantes. Ocurrió algo parecido en el Telediario, donde se le dio más importancia a las protestas en Tel Aviv y Francia que a la de Madrid.

Pese a los intentos de silenciar el acto desde el Gobierno, la imagen se produjo y marcará este año electoral. Cerca de 200.000 personas asumieron el protagonismo ante la ausencia de líderes políticos. Solo el presidente de Vox, Santiago Abascal, acudió a una manifestación a la que faltaron Feijóo, Ayuso, Moreno o la recién nombrada responsable de Ciudadanos, Patricia Guasp.

Figuras de segunda línea como Miguel Tellado, Cayetana Álvarez de Toledo, Begoña Villacís o Inés Arrimadas sí decidieron acudir. Tenían el beneplácito de sus partidos que, a pesar de apoyar la concentración, no enviaron a ninguna de sus piezas fuertes. El peso debía recaer en la sociedad civil y por eso los partidos aparcaron las polémicas que les han enfrentado durante las últimas semanas.

El pueblo, protagonista

Madrid salió a la calle para protestar por la grave triple crisis que afecta a España en el ámbito político, económico y social. La convocatoria del Foro España Cívica y Fundación Foro Libertad y Alternativa caló en la sociedad y más de diez asociaciones la secundaron. Plataformas como Unión 78, Libres e Iguales, NEOS, Convivencia Cívica Catalana, S'ha Acabat, Dignidad y Justicia, Diálogos en Libertad o la Asociación por la Tolerancia, entre otras, han formado parte de la convocatoria y han recogido el éxito de su trabajo.

Muchos de los que querían llegar a Cibeles se tuvieron que conformar con verlo desde la puerta de Alcalá o los aledaños de la Biblioteca Nacional, muy cerca de Colón, donde estaban los seis manifestantes que utilizó como excusa el Gobierno. Había gente desde la calle Alcalá hasta la Gran Vía y también muchas personas al principio del paseo del Prado. Cerca de 200.000 personas clamando por un Gobierno diferente y defendiendo la Constitución. Es la imagen que marcará el año electoral.