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A tres meses del 28-M

Purga en Transportes para cortar la hemorragia electoral del PSOE en Asturias y Cantabria

La ministra fuerza la renuncia del presidente de Renfe y su secretaria de Estado ante la crisis de los trenes que no caben por los túneles. Y justo antes de una reunión con ambos presidentes

La crisis de los 31 trenes que no caben por los túneles en Cantabria se ha saldado con el cese del presidente de Renfe, Isaías Táboas, y de la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera. El primero será sustituido por Raúl Blanco, hasta diciembre secretario general de Industria en el Ministerio de Reyes Maroto y miembro del PSC, como la ministra y el propio Táboas. La segunda será relevada por David Lucas, hasta ahora secretario general de Vivienda.

El Gobierno habla de dimisión, cuando en realidad se trata de dos cabezas al más alto nivel que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, entrega para salvar la suya propia. Y para cerrar la hemorragia electoral que la negligencia millonaria estaba causando a los socialistas en Cantabria y Asturias, a poco más de tres meses de las elecciones municipales y autonómicas.

La «dimisión» de Táboas y Pardo de Vera se produjo, no por casualidad, horas antes de que la ministra mantuviera este lunes por la tarde una reunión con los presidentes asturiano y cántabro, Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla, respectivamente.

La postura del Ministerio, tratando de dar carpetazo al asunto con dos destituciones menores de dos cargos técnicos de Renfe y Adif, colocaba en una situación altamente comprometida a Barbón y también a Revilla, con quienes los socialistas gobiernan en Cantabria. Este mismo lunes, el presidente del Principado había declarado que sienten «ridículo».

El error se convirtió en escándalo al conocerse que el Ministerio de Transportes estaba al tanto del desaguisado desde hacía dos años y que trató de arreglarlo sin que trascendiera. El secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, lo reconoció hace dos semanas. Como también que los trenes no estarán operativos hasta 2026, con dos años de retraso sobre la previsión inicial.

El precedente de lo ocurrido en Extremadura ha hecho al PSOE tomárselo más en serio esta vez. Allí, el malestar ciudadano por el llamado «tren de la vergüenza» entre Madrid y Badajoz amenaza con acabar con el reinado de Guillermo Fernández de Vara. Y eso que actualmente gobierna con mayoría absoluta.