Un hombre que violó y mató a una anciana de 82 años ve reducida su pena cinco años gracias al 'solo sí es sí'

La ley del 'solo sí es sí', impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero (Unidas Podemos) sigue causando estragos. El último: la rebaja de cinco años de la condena que la Justicia impuso a un hombre en 2008 por violar y asesinar a una anciana de 82 años.

Los hechos se produjeron en 2007, cuando un hombre de 49 años violó y estranguló a la mujer en su vivienda de la localidad de Dos Hermanas, en Sevilla. Además de estos crímenes, el condenado también robó a la octogenaria y le provocó varios hematomas en el rostro, las extremidades y la zona vaginal antes de acabar con su vida.

Ahora, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de la capital andaluza acorta un lustro la estancia en prisión del condenado, según ha avanzado El Mundo, en aplicación de la Ley de garantía integral de la libertad sexual.

Esta norma, considerada como una de las leyes 'estrella' del Departamento que lidera Montero, unifica los delitos de agresión y abuso sexuales, lo que ha desembocado en que ya hayan visto reducidas sus penas más de medio millar de violadores y pederastas.

Según ha trascendido, la Fiscalía había informado en contra de la revisión de la sentencia. Una sentencia que, de haberse producido a partir de 2015, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó la prisión permanente revisable, habría impuesto esta pena al agresor y asesino de la anciana, dada la gravedad de los hechos.

Sin embargo, con esta revisión pasará a cumplir 22 años, en lugar de los 29 que cumpliría de no haber entrado en vigor la polémica norma del Ministerio de Igualdad.

Los hechos

Según relató el fiscal y quedó demostrado durante el juicio, el 3 de abril de 2007, el condenado abordó a la víctima «con la intención de dar satisfacción plena a sus instintos sexuales» y «tratando de vencer su resistencia inicial la sujetó fuertemente por los brazos y la golpeó en la cabeza reiteradamente».

Este forcejeo provocó varios hematomas a la mujer, lo cual no impidió que el condenado separara las piernas de la mujer y la penetrara vaginalmente. Una vez que consumó la violación, agarró por el cuello a la anciana y «presionó fuertemente con ambas manos, estrangulándola hasta la muerte».