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Yolanda Díaz justifica costosos viajes de promoción personal con la excusa de que «ensanchan la democracia»

Yolanda Díaz justifica costosos viajes de promoción personal con la excusa de que «ensanchan la democracia»

La vicepresidenta se pasó diciembre por Latinoamérica para promocionarse pero es incapaz de aclarar cuánto costó y si benefició a España o solo a su plataforma «Sumar»

Yolanda Díaz se pasó casi buena parte del final de año 2022 viajando por Latinoamérica, con hasta tres viajes en ese escaso lapso de tiempo que le permitieron reunirse con algunos de los iconos del populismo en la zona y engordar su álbum de fotos personal para la posteridad.

Pero de al menos de uno de ellos, el que más días le llevó, no tiene ni idea de su coste y tampoco es capaz de justificar de qué le sirvió a España, a quien representaba en su calidad de vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de Pedro Sánchez.

Así consta en la documentación obtenida por El Debate en la que el propio director del Gabinete de Díaz, Josep Vendrell, se confiesa incapaz de detallar el formidable gasto de una gira de cuatro días por Uruguay y Argentina y tampoco precisa qué acuerdos, convenios o relaciones exactas trabó allí la vicepresidenta segunda, más allá de una agenda política y personal de promoción de su incipiente carrera como líder de la plataforma «Sumar».

De la escasa trascendencia económica e institucional de ese viaje a cargo del erario público que transcurrió entre el 9 y el 12 de diciembre da cuenta la sorprendente explicación que Vendrell le da para justificarlo: son «encuentros institucionales de alto nivel con las autoridades de ambos países, que servirán para fortalecer las relaciones sociolaborales como vía para ensanchar la democracia».

Se desconoce cómo se «ensancha» exactamente la democracia española gracias a las excursiones de Díaz, algo que su equipo no detalle, como tampoco el coste de la expedición, amparándose en que «el expediente de gasto asociado al viaje de la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social (..) se encuentra en tramitación».

La explicación de Yolanda Díaz para pasarse cuatro días en Uruguay y Argentina es sorprendente: «Ensanchar la democracia»

Cabe recordar la variada gama de excusas que, con frecuencia, esgrimen distintos miembros del Gobierno para no ofrecer información de sus gastos en viajes o para justificarlos.

Juan Carlos Campo, exministro de Justicia, opta por entregarlos, con errores contables e incluyendo en cada uno que le llevó a su Cádiz residencial, más de la mitad de los que hizo mientras ocupaba la cartera, un pretexto en su agenda institucional muy inconsistente.

Díaz ni siquiera ofrece datos, al menos hasta el momento. Y Pedro Sánchez se ampara habitualmente en la Ley de Secretos impulsada por Franco en 1968, alega la necesidad de proteger su seguridad personal o, cuando no le queda más remedio y hasta la Audiencia Nacional se lo impone, acaba entregando hasta el listado de personas que le acompañan en algunas de sus excursiones.

Con el Grupo de Puebla

La primera parada de la excursión de Díaz fue Uruguay donde se reunió con la vicepresidenta Beatriz Argimón, además de con su homólogo Pablo Mieres, para después dedicar otro encuentro con sus siempre afines sindicatos.

Pero lo más llamativo de esta gira por el país fue otra reunión, que tenía más que ver con sus intentos de relanzarse como líder de la izquierda que como ministra de Trabajo, pues se dedicó el 10 de diciembre a entrevistarse con el expresidente Pepe Mújica, uno de los principales referentes para su espacio político en Latinoamérica, pero que dejó su actividad en 2020, tras renunciar a su puesto como senador, tras haber salido del gobierno en 2015.

Fue, en definitiva, un encuentro de carácter político y de cara a la galería, una manera de presentarse ante la comunidad internacional como una más de los líderes de la izquierda, y que ella misma se encargó de promocionar con varias fotografías con un profundo carácter simbólico en la finca del expresidente.

«Pepe Mújica es un ejemplo para la gente progresista en todo el mundo. Nos enseñó que la buena política es la que mejora la vida de la gente y que el diálogo y la honradez vencen siempre al ruido. He tenido el honor de charlar con él sobre cómo gobernar un país para la mayoría», dijo la ministra en las redes sociales.

Así, tras otro encuentro con «representantes de la comunidad española residente en Uruguay» en la embajada, puso rumbo a Argentina, para seguir con su campaña de autobombo, sentada junto al presidente del país, Alberto Fernández, con quien ha abordado los «desafíos comunes de Europa y América Latina».

«Tenemos la tarea de construir un multilateralismo democrático que ponga el mundo del trabajo y la lucha contra la crisis climática en el centro», dijo además en las redes sociales, con mensajes más propias de una candidata en promoción personal que de un cargo institucional con una agenda de objetivos.

El documento de su propio Gabinete donde explican que la gira de Díaz es «para ensanchar la democracia»

Allí, también se reunió con su homóloga, Raquel Olmos, así como con representantes de organizaciones sindicales y de la comunidad gallega y española, pero su cita más destacada era otra que ni siquiera estaba en su agenda oficial, pues se había desconvocado, un acto de apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, que no se pudo celebrar después de que la mandataria argentina diera positivo en covid.

El evento estaba organizado por el Grupo Puebla para el día 12 de diciembre, con la intención de respaldarla, después de ser condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por un delito de corrupción, algo que consideran una «persecución política y judicial». De hecho, Díaz comparte esta postura y calificó a Fernández de Kirchner como una de las «grandes referencias como política y como mujer en el mundo».

Era otro acto político, al que también iba a acudir el expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y en el que tendría de nuevo la posibilidad de reunirse con los líderes de la izquierda latinoamericana y así seguir promocionando su papel, a costa del erario público.

Siempre a Latinoamérica

Y es que, los viajes de Yolanda Díaz han sido muchos en los últimos meses, coincidiendo con su «proceso de escucha» para lanzar una alternativa a Podemos que, bajo el nombre «Sumar», se convierta en el aliado que Sánchez necesita para seguir en el Gobierno tras las próximas Elecciones.

Además de Uruguay y Argentina, comenzó su periplo allá por el mes de marzo, para acompañar a Felipe VI a Chile a la toma de posesión del nuevo presidente, Gabriel Boric, pero no regresó a España con el Rey, sino que se quedó en tierras andinas para seguir con sus reuniones. Brasil, México, Alemania y Estados Unidos han sido otras de sus paradas.

La vicepresidenta ha ido relanzando, así, su perfil más internacional agendándose encuentros con dirigentes de los diferentes países, entre los que ha colado reuniones con líderes de la izquierda. El caso más paradigmático, además del de Pepe Mújica, es el de con el senador estadounidense Bernie Sanders, con el que se reunió en julio.

El político es uno de los principales activos de la izquierda estadounidense y no es de extrañar que, en su paso por el país, Yolanda Díaz sacase tiempo para entrevistarse con él. De hecho, acordó «realizar un nuevo encuentro para seguir ensanchando la democracia y protegiendo los derechos humanos».

Una excusa más para poder seguir haciendo promoción de su campaña para liderar el espacio que dejó Pablo Iglesias y que ella quiere ocupar, pero eso sí, pagándola con dinero público.

Una fórmula que también repitió otras dos veces en poco tiempo: a finales de noviembre, entre los días 29 y 31, se marchó a la Feria del Libro de Guadalajara, en México, donde lo más recordado fue una intervención sobre un asunto tan doméstico como la Ley Trans:

«A favor de los derechos de las personas trans. Y además, de verdad, cuidando todos los debates que tengamos (...) Necesitamos sacar esta ley adelante, no por nosotras, sino por las personas trans».

Tras esa excursión y la de Uruguay y Argentina sobre la que hoy informa El Debate, aún tuvo tiempo de fletar el Falcon o una aeronave similar a irse a Brasil a pasar allí la Nochevieja y Año Nuevo, con el pretexto de acudir a la toma de posesión de Lula da Silva, pese a que la delegación española ya tenía al frente al propio Rey Felipe, secundado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.