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Meritxell Batet, la semana pasada en el CongresoEFE

Cerrado a cal y canto

El código de cuatro dígitos que abre el despacho de Tito Berni y la tardanza de Batet

La presidenta del Congreso no ha dejado que la policía judicial registre el despacho del exdiputado del PSOE, pero sí, al menos, que la Comisaría de la Cámara envíe a la jueza sus efectos personales

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, autorizó este lunes a que el Congreso entregue a la jueza instructora del caso Mediador los efectos personales que el exdiputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo se dejó en su despacho del Congreso.

Lo hizo cuatro días después de que la magistrada Ángeles Lorenzo Cáceres pidiera por primera vez que la policía judicial pudiera registrar el habitáculo. Una medida a la que se opuso el fiscal del caso, amparándose en la «inviolabilidad» del Congreso, pero que Batet podría haber facilitado.

Este lunes, y ante la segunda comunicación de la jueza, Batet reaccionó. Aunque no habrá registro por parte de la policía judicial, sino que serán los policías de la Comisaría del Congreso los que enviarán el material. En cualquier caso, el PP y Vox le pedirán explicaciones hoy en la reunión que celebrará la Mesa de la Cámara Baja, puesto que el legislativo era uno de los escenarios fundamentales de la trama.

La Comisaría Especial del Congreso había comunicado a la instructora que Fuentes Curbelo tiene en su despacho «diversa documentación y efectos personales, así como un ordenador de sobremesa propiedad del Congreso». Aunque no el Ipad que también se les entrega a sus señorías. De manera que, ayer, ésta pidió que le fuesen los efectos personales de «Tito Berni».

Hasta última hora de este lunes, la versión oficial de la Presidencia del Congreso era que es el Tribunal Supremo el que, por norma, se dirige al poder legislativo. Y que, en este caso, el alto tribunal no ha hecho ninguna petición a la Cámara.

El despacho

Las informaciones son pocas y contradictorias en torno al despacho de Fuentes Curbelo, ubicado en la llamada Ampliación 2 del Congreso, en la tercera planta, letra B. Según parece, el grupo parlamentario socialista lo cerró después de que «Tito Berni» fuese obligado a renunciar a su escaño y dio orden de que no entrara nadie, ni siquiera los servicios de limpieza.

Los despachos no son propiedad de los grupos, sino que pertenecen a la Cámara Baja; y es ésta la que los pone a disposición de los grupos parlamentarios. Por lo tanto, el PSOE no debería poder ordenar su clausura. Cada despacho se abre con un código de cuatro dígitos, que el diputado puede cambiar a su conveniencia. Todos tienen, además, una llave por si han de entrar los servicios de la Cámara.

En teoría, el despacho debería haberle sido asignado al parlamentario que sustituyó a Fuentes Curbelo, José Francisco Duque Morán. Éste adquirió su condición plena de diputado el pasado 21 de febrero, una semana después de la renuncia del presunto corrupto.