Un año después del mayor asalto a la valla de Melilla, solo 30 agentes vigilan el perímetro español
Jucil reclama no solo más personal, sino también mejor material
Justo un año después del intento de 4.000 inmigrantes de pasar al lado español los días 1 y 3 de marzo, el mayor asalto conocido hasta el momento, y ocho meses y medio después de la mayor tragedia vivida en la valla de Melilla cuando 23 inmigrantes murieron según cifras oficiales y varias decenas según las ONG, Jucil ha vuelto a la frontera que separa la ciudad española con la marroquí de Nador.
«Da la impresión de que el desastre humanitario provocado por el último salto multitudinario a la valla de marzo del año pasado apenas ha removido conciencias políticas en nuestros gobernantes», ha afirmado el secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño.
Y es que, tras reunirse con los agentes que trabajan en la ciudad española, esta asociación asegura que tan solo 30 agentes de la Guardia Civil, en el mejor de los casos, vigila la frontera entre España y Marruecos. Explica que el Servicio de Seguridad Ciudadana en esta ciudad está formada por 150 agentes que tienen que cubrir los 5 turnos que incluyen los necesarios para cubrir descansos, vacaciones, permisos extraordinarios…
Y aún con todo, Vilariño asegura que «difícilmente se cumple esa cifra de 30 integrantes por turno. En la mayor parte de las ocasiones, hay tres o cuatro patrullas, a veces solo la mitad». Recuerda que estos agentes, «quizá alguno más con los ocho miembros de los Grupos Rurales de Seguridad, conforman la última barrera que defiende la frontera sur de Europa».
Materiales deficientes
A la falta de personal, hay que añadir los problemas de unos materiales viejos y escasos. «Unos cascos que se han demostrado de escasa capacidad de resistencia» a los que se suman escudos deteriorados y máscaras antigás que no son las adecuadas y resultan muy incómodas de utilizar.
«Enfrentarse a una masa de cientos de personas desesperadas por entrar, que vienen con garfios afilados, con piezas metálicas en su calzado para superar la valla que no dudan en utilizar contra los guardias civiles es una de las tareas que más heridos ha provocado sin que parezca existir interés desde nuestros gobernantes en que cambie esta situación», ha afirmado el secretario de comunicación, Agustín Leal.
Con todo, esta asociación apunta que «con un único paso abierto entre España y Marruecos a través de Melilla, la situación en la aduana es tranquila, aunque exija cerca de dos horas de espera a quienes desean cruzar de un país al otro. «Las dificultades empezarán si con el mismo personal se abre también el paso de Farjana y quizá el del Barrio Chino. Se produciría una grave falta de personal para atender los cruces de una manera segura» aseguran.