Cuenta atrás
La «minicrisis» de Gobierno: sin señales de peligro para los ministros más quemados
El presidente afronta una semana de gran carga política en un contexto de desgaste. Suyo, que evitó estar este viernes en la mascletà de Valencia, y de su Ejecutivo
Este viernes era día de mascletà en Valencia. Pedro Sánchez estuvo a media mañana en Sagunto, a apenas 50 kilómetros, para asistir al acto de colocación de la primera piedra de la nueva factoría de Volkswagen en compañía del Rey. De Felipe VI y también de las ministras de Industria y de Ciencia, Reyes Maroto y Diana Morant. En el caso de la primera, era su gran acto de despedida antes de abandonar el Gobierno para probar suerte como candidata al Ayuntamiento de Madrid por el PSOE.
Terminado el evento, la ministra Morant se trasladó al Consistorio de la capital del Turia para vivir la mascletà desde el balcón. El presidente del Gobierno podía haber hecho lo mismo, pero eso le habría supuesto ponerse delante de miles de valencianos y turistas que a esa hora abarrotaban la plaza. No de simpatizantes del PSOE, como en los vídeos de la Moncloa, sino de ciudadanos corrientes.
Sánchez decidió que quien evita la ocasión, evita el peligro. Y se marchó de la Comunidad Valenciana sin pasar por el epicentro de Las Fallas. El PP rápidamente lo achacó al miedo del presidente del Gobierno a enfrentarse a la realidad. «Nosotros no tenemos miedo, no tenemos problemas en salir a la calle», señaló la candidata popular al Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá. «Es evidente que no puede pisar las calles de Valencia. Hay una distancia entre los ciudadanos y Pedro Sánchez y el PSOE debería reflexionar», añadió.
La espantada de Sánchez contrasta con las imágenes de Alberto Núñez Feijóo de esta misma semana: el miércoles, el líder del PP visitó varias fallas de la ciudad y el jueves subió al balcón del Ayuntamiento, desde donde encendió la música. Y con el CIS que José Félix Tezanos publicó este mismo viernes, según el cual los socialistas no solo se mantienen en cabeza, sino que además aumentan su ventaja respecto a los populares hasta los 4,7 puntos. A pesar de la polémica por la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ y del caso Mediador.
El presidente afronta una semana de gran carga política en un contexto de desgaste. Suyo y de su Gobierno. Semana que empezará este sábado con la reunión del Comité Federal del PSOE que ratificará las listas a las elecciones municipales y autonómicas de mayo, seguirá con el debate de la moción de censura de Vox y terminará con la remodelación del Ejecutivo.
Según Sánchez, se tratará de una minicrisis para cubrir las obligadas bajas de las ministras Reyes Maroto y Carolina Darias, candidatas a las alcaldías de Madrid y Las Palmas de Gran Canaria, que no han dejado de hacer campaña desde púlpitos gubernamentales –el de la sala de prensa del Consejo de Ministros y otros– desde que fueron designadas.
En el ala de Unidas Podemos no podría hacer cambios aunque quisiera, porque así lo pusieron por escrito los socios de la coalición al comienzo de la legislatura. En el ala del PSOE no parece que vaya a hacerlos más allá de Maroto y Darias, a pesar de que hay varios ministros con severas quemaduras.
Uno es el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, abonado a la polémica. La última tiene que ver con el llamado Caso Cuarteles, la parte de la trama canaria que afecta a la Guardia Civil. Otra es la de Justicia, Pilar Llop, a quien semanas atrás se situó como posible cabeza de turco del desaguisado de la ley del ‘solo sí es sí’; y que, desde el 24 de enero, se viene mostrando incapaz de zanjar la huelga indefinida de los letrados de la administración de justicia. Según la propia Llop, está causando «un grave daño». También la de Transportes, Raquel Sánchez, que recientemente se salvó del que en Asturias y Cantabria han bautizado como el «fevemocho» (los trenes que no cabían por los túneles) cesando a dos altos cargos.
A mayores, el acuerdo para la reforma de las pensiones suscrito entre José Luis Escrivá y los sindicatos no ha servido para amortiguar los problemas de la coalición. Porque ésta también ha sido la semana en la que ha descarrilado la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, en medio de duros reproches entre el PSOE y Unidas Podemos.
El socio minoritario, por su parte, continúa librando una batalla fratricida en la que todos los ministros de su espacio se han posicionado ya: de un lado, Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Manuel Castells. Del otro, Irene Montero y Ione Belarra. Ante la posibilidad de fractura interna, el CIS de este viernes incluyó no solo a Díaz entre las respuestas posibles a la pregunta «¿Quién preferiría que fuese el/la presidente/a del Gobierno en estos momentos?», sino también a la ministra de Igualdad. Y entre quienes declaran que votaron a Unidas Podemos en 2019 la victoria es aplastante para la gallega: 45,7 % frente a 2,3 %.