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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo en el CongresoEuropa Press

El más difícil todavía

Sánchez necesita que Yolanda Díaz dé el 'sorpasso' a Vox para que su plan funcione

Los socialistas saben que están cediendo mucho espacio a su socia, pero consideran que es un «precio» que deben pagar si quieren tener opciones de seguir en la Moncloa. Y aun así no es fácil

La primera vez que Pedro Sánchez ligó públicamente su destino a Yolanda Díaz fue hace casi un año, a la vuelta de la Semana Santa de 2022. En una entrevista con Susanna Griso, el presidente formalizó entonces que los españoles deberían elegir entre él y «el espacio que representa Yolanda Díaz», por un lado; y la suma del PP y Vox, por el otro.

La moción de censura ha consolidado ese tándem, que ambas partes se han conjurado para cuidar hasta las elecciones generales. Mientras, Podemos es relegado al rincón de pensar y cada vez tiene un papel más secundario, tanto en el Gobierno como en el enésimo proceso de reestructuración de la izquierda.

Los socialistas son conscientes de que Sánchez está cediendo mucho espacio a su socia, pero consideran que es un «precio» que deben pagar si quieren tener opciones de seguir en la Moncloa. Y aun así no es fácil: en la Moncloa y Ferraz tienen asumido que, salvo giro drástico de guion, no ganarán las elecciones generales a Alberto Núñez Feijóo: no tendrá a la derecha a tres partidos, como en 2019, sino a dos, tras la desaparición de Ciudadanos.

A Sánchez solo le darán los números si Yolanda Díaz queda en tercera posición

Así pues, la única opción de Sánchez pasa por un pacto de perdedores. Pero solo le darán los números si Sumar queda en tercera posición y eso le abre las puertas de una quincena de circunscripciones pequeñas en las que llevarse un escaño. Sin embargo, hay un gran escollo: la tercera formación del arco parlamentario es actualmente Vox. Por algo más de medio millón de votos. «Estamos nosotros más cerca de la primera posición que Yolanda de la tercera», ironizan desde la dirección de Vox, haciendo ver la imposibilidad de ese sorpasso.

En el PSOE sí lo ven factible, con una alineación de dos factores. En primer lugar, que el partido de Santiago Abascal caiga a entre el 10 y el 12 % del voto, un porcentaje que solo le otorga el CIS: el resto de las encuestas lo sitúan recurrentemente en el entorno del 15 %.

En segundo lugar, que Yolanda Díaz haga su magia. De momento, esa magia está a estrenar, porque los sondeos apenas han cambiado en los últimos meses para Unidas Podemos. Ello a pesar del «proceso de escucha» en el que se enroló la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en junio del año pasado, y que culminará el domingo 2 de abril con su presentación como candidata.

Yolanda Díaz, en un acto de su plataforma electoral, SumarEFE

Como Sumar tampoco va a presentarse a las elecciones municipales y autonómicas, el tirón de Díaz seguirá siendo una incógnita más allá del 28 de mayo. De momento, lo único que hay son los barómetros del CIS, que mes tras mes encumbran a la socia de Sánchez como la dirigente política mejor valorada, por delante del presidente del Gobierno y del líder de la oposición. En el de la semana pasada su nota media era de 4,89.

El bache

En el último año, la relación entre Sánchez y Díaz solo ha tenido un bache serio. Y fue en verano, a raíz del aumento del gasto en Defensa; un compromiso del presidente con la OTAN. La vicepresidenta segunda pidió una reunión a solas con su socio antes de las vacaciones y ésta se celebró a su vuelta de una gira por los Balcanes. En ella, los dos se comprometieron a «fortalecer la coalición del Gobierno».

Comenzado el curso, el capítulo del gasto en Defensa siguió provocando roces en el Ejecutivo durante la negociación de los Presupuestos Generales de 2023, pero Díaz fue capaz de mantener a raya a Podemos. Los morados acabaron comulgando con ruedas de molino: 12.825 millones de euros de presupuesto, un 28,5 % más que el año anterior, una vez computados los programas especiales de modernización de las Fuerzas Armadas.

En los últimos meses ha habido dos fotos simbólicas de Sánchez y Díaz en el despacho del presidente en la Moncloa. Una se produjo el 4 de octubre, para sellar el acuerdo de los Presupuestos. La otra fue el 27 de diciembre, cuando ambos pactaron el último paquete anticrisis, el que está en vigor. En el Congreso y el Senado, los gestos de complicidad vienen siendo una constante.

Yolanda Díaz ha participado en las últimas cumbres bilaterales con Portugal, Francia y Alemania

A mayores, el presidente ha invitado a su vicepresidenta segunda a las últimas cumbres bilaterales. Estuvo en la celebrada con Portugal a mediados de marzo en Lanzarote; también en la Hispano-Francesa de enero en Barcelona; y en la que tuvo lugar en octubre en A Coruña con Alemania. Faltó a la Reunión de Alto Nivel entre los gobiernos de España y Marruecos los días 1 y 2 de febrero en Rabat, pero por decisión propia. Nunca compartió ni entendió el giro unilateral del líder del Ejecutivo respecto al Sáhara Occidental.

Una vez superada la moción de censura, volverán las oscuras golondrinas de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' a la coalición. Y Yolanda Díaz tendrá que navegar entre dos aguas.