Fundado en 1910

Yolanda Díaz e Íñigo ErrejónEFE

La crónica política

La pesadilla de Iglesias: Errejón junto a Yolanda Díaz en un Gobierno de Sánchez

De momento es política ficción, pero la sola idea eriza la piel a los morados, que ya ven fantasmas y conspiraciones por todas partes en medio de la guerra fratricida. Y ésa es una de ellas

Pablo Iglesias se pasó todo el miércoles bloqueando a periodistas y opinadores en Twitter. Estaba furioso porque buena parte de la prensa, si no toda, destacaba en sus titulares lo que era una obviedad: que el día antes, durante la primera jornada de la moción de censura, Pedro Sánchez había cedido parte del escenario a Yolanda Díaz para dar un empujón a su candidatura desde la sede de la soberanía nacional.

Su socia se lo agradeció con un «queda Gobierno de coalición para mucho tiempo», enfundada en un traje blanco nupcial muy apropiado para el momento. Como remate, durante la segunda jornada Patxi López se refirió a la vicepresidenta segunda como la «presidenta segunda». Para qué queremos más. Irene Montero y Ione Belarra se retorcían en sus escaños.

Irene Montero y Ione Belarra en sus escaños durante la mociónEFE

La guerra fratricida que se está produciendo en el campo de batalla de la izquierda entre Podemos y todo lo demás –porque no es solo Yolanda Díaz– es cada vez más cruenta y menos disimulada. Puesto que, desde esta semana, Iglesias también tiene un canal de Youtube desde el que jalear a su ejército. Cada vez más mermado de efectivos, eso sí, porque su enemiga se ha ido ocupando de tejer alianzas con Izquierda Unida, los Comunes, el PCE, Compromís, Más País y hasta Proyecto Drago (el del que fuera secretario de Organización de Podemos, Alberto Rodríguez, en Canarias).

El primer día de emisiones de Canal Red, la tertulia giró en torno al siguiente titular: Sumar sigue sin aceptar las primarias que exige Podemos. Todo claro. En la memoria reciente está la batalla campal que se produjo en Andalucía para constituir una candidatura de supuesta unidad -Por Andalucía-, que acabó como el rosario de la aurora: con cinco escaños en el Parlamento de Andalucía y represalias en el Gobierno de España, donde Podemos respondió purgando a la directora de Gabinete de Montero y al secretario de Estado de Agenda 2030, Amanda Meyer y Enrique Santiago.

Desde el equipo de Díaz advierten de que las presiones no van a funcionar con ella, porque no va a ser un «títere» de Podemos ni de Iglesias. Este último la designó, así que ahora -añaden- debe respetarla. Y desde Podemos se quejan de que la gallega está cerrada en banda, sin abrir unas negociaciones para las que el tiempo juega en contra. «Los acuerdos se construyen acordando», señalan desde la formación morada.

Las listas, elemental

Todo se reduce, en realidad, a las listas de las elecciones generales. Al reparto de puestos. «Quien diga que no importan las listas miente. Son las listas las que te dan votos», continúan desde el partido que, sobre el papel, dirige Belarra. «Podemos siempre ha sido generoso con el resto del espacio, hemos tenido menos representación de la que nos correspondía. Ahora solo pedimos lo que nos corresponde», insisten. La propia Díaz aclaró el miércoles en RNE que habrá primarias, por supuesto, y que los problemas son otros: «Las candidaturas de Sumar las va a decidir democráticamente la ciudadanía, no creo que éste sea el obstáculo del debate que tenemos entre manos».

Hay riesgo real de ruptura, y no sería la primera vez: ya pasó en Madrid en 2019

¿Hay riesgo real de ruptura? Lo hay. Y de hecho no sería la primera vez. En enero de 2019, Íñigo Errejón anunció su candidatura a la Comunidad de Madrid. El entonces líder de Podemos en la región, Ramón Espinar, trató de convencer a Iglesias para negociar con Errejón y presentar una candidatura conjunta. Iglesias dijo que por encima de su cadáver y Podemos fue a las elecciones con la única compañía de IU. Quedó 13 escaños por debajo de Más Madrid (20 a 7).

Espinar dimitió y hoy define a su exlíder como alguien «devorado por su personaje» que está haciendo «la vida imposible» a Yolanda Díaz. Y Errejón y la vicepresidenta segunda no dudan en mostrar su sintonía cada vez que se juntan; la última vez, el 17 de marzo, con motivo de la presentación de un informe sobre salud mental y precariedad.

De hecho, la pesadilla de Podemos sería que Errejón acabara como ministro de la cuota de Yolanda Díaz la próxima legislatura, si es que Pedro Sánchez consigue mantenerse en la Moncloa. De momento es política ficción, pero la sola idea eriza la piel a los morados, que ya ven fantasmas y conspiraciones por todas partes. Y ésa es una de ellas.

Para Pablo Iglesias sería la puntilla ver al que fue su gran amigo, y luego mayor enemigo, entrando por la puerta grande de la Moncloa siete años después de que Errejón cayera derrotado en Vistalegre 2, bajo el acero de Iglesias. La venganza es un plato que se sirve frío, ¿pero tanto?

El día 2 Yolanda Díaz pasará lista

Piano, piano. De momento las miradas están puestas en el 2 de abril, el día en que la ministra de Trabajo pondrá de largo de Sumar y pasará lista y revista a sus alianzas en un gran acto. Podemos exige a Díaz un preacuerdo antes de ese día si quiere que Montero, Belarra o al menos Lilith Verstringe asista a su autoproclamación como candidata. Pero la aludida no parece muy preocupada por la posible ausencia de los morados.

Pasan los días y cada vez es más improbable que Podemos envíe representación ese día al Polideportivo Magariños, invocando el amor propio y el respeto que merece. El boicot acapararía los titulares y dejaría todo lo demás en un segundo plano. Más ruido para la jaula de grillos.

No sería ningún drama sin solución, pero sí un muy mal comienzo para la izquierda. Porque, mal que bien, aunque Sumar no se presente a las elecciones municipales y autonómicas, algo tendrá que decir y aportar Díaz en la precampaña y la campaña del 28 de mayo. Aunque en Podemos creen que lo único que pretende es sentarse a esperar y ver cómo los morados fracasan y vuelven a ella con los humos más bajos.

«No se acerque más a nosotros», escribió Iglesias a una conocida activista de izquierdas, Elizabeth Duval, al final de una discusión que mantuvieron días atrás por Twitter. Ése podría ser el lema para una campaña en solitario de Podemos.