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Clara PonsatíEuropa Press

Tribunales

La eliminación del delito de sedición del Gobierno, clave para la vuelta de Ponsatí a España

El magistrado Pablo Llarena ya advirtió de que la reforma penal, pactada entre Sánchez y ERC, planteaba un «contexto cercano a la despenalización» de los hechos investigados

Era una crónica anunciada que Clara Ponsatí volvería a España tras la última reforma del Código Penal con la que el Gobierno eliminó el delito de sedición y rebajó la malversación asociada al procés de Cataluña. La que fuera consejera de Educación en la última etapa del Govern de Carles Puigdemont ha consumado sus planes, y está de vuelta en nuestro país, con la tranquilidad de que las acusaciones que pesaban sobre ella como una de las cabecillas políticas del referéndum ilegal del 1-O se habían visto suavizadas como parte de los pactos entre Pedro Sánchez y sus socios de Esquerra (ERC) para aprobar los últimos Presupuestos Generales del Estado.

Dado que, una vez revisados los autos de procesamiento dictados en su día por el juez instuctor de la causa catalana, Pablo Llarena, Ponsatí sólo será juzgada por desobediencia, –castigada con penas de inhabilitación y de multa, pero no de prisión– la exconsejera ha decidido materializar su regreso y abandonar su condición de prófuga de la Justicia española. Durante los últimos cinco años ha vivido a caballo entre Escocia y Bélgica donde es eurodiputada.

Por la misma razón por la que Ponsatí no temía ser detenida en España ya que, según sus propios abogados, con el nuevo catálogo criminal del Gobierno, a la medida de sus socios separatistas, «debería poder circular libremente por el Estado español», tampoco estaba previsto que comparezca, voluntariamente, ante el Supremo. Ha sido, sin embargo, este extremo el que ha llevado a los Mossos a practicar su detención en cuanto se ha conocido su paradero en clave doméstica.

Y es que la diputada del Parlamento Europeo siempre había sostenido que su condición como representante electa era el mejor aval para garantizar que el Alto Tribunal español no actuaría ordenando una detención incluso en el caso de que, estando en suelo español, decidiese no presentarse ante el juez Llarena para ser formalmente notificada de las acusaciones que, todavía, pesan sobre ella. La realidad ha terminado por imponerse frente a los cálculos por aproximación. «No me deberían detener, porque tengo inmunidad», aseguraba hace un tiempo en una entrevista la política separatista catalana.

¿Por qué ha sido detenida Ponsatí?

La razón es que, si bien no pesaba sobre ella ninguna orden nacional de busca, captura e ingreso en prisión como resultado del único delito por el que continúa señalada, no es menos cierto, sin embargo, que en el último auto dictado por el magistrado instructor del procés, Clara Ponsatí quedaba declarada en rebeldía procesal, por desobediencia. Un escenario suficiente, como ha terminado por confirmarse, para que el instructor de la causa haya activado una orden nacional de detención que le permite asegurarse de que prestará declaración. Es previsible que, una vez concluido el interrogatorio judicial, sea inmediatamente puesta en libertad.

Y es que la tesis sostenida por el juez Llarena, en todo momento, para todos los prófugos, es que si bien la rebaja del delito económico no beneficiaba a ninguno de ellos, sí lo hacía la reforma respecto a la cancelación del delito de sedición. De ahí que el magistrado rechazase sustituirlo por la nueva fórmula agravada de desórdenes públicos –en contra, incluso, del criterio de la Fiscalía y la Abogacía del Estado– al considerar que los hechos contemplados en la sentencia del 1-O, que sirvieron para condenar al resto de políticos implicados en la sedición de 2017, sólo encajan ahora en el tipo de desobediencia.