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Patada hacia adelante

El Congreso convalida la reforma de las pensiones de Escrivá que su «yo» del pasado no avalaría

La votación divide al bloque de la derecha, con el PP y Ciudadanos votando en contra y Vox absteniéndose; pero también al tándem formado por ERC y Bildu. Estos últimos se han abstenido

El mayor enemigo del José Luis Escrivá del presente es el José Luis Escrivá del pasado, el que fue presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal -la AiReF- entre febrero de 2014 y hasta enero de 2020.

Eso le recriminaron este jueves el PP, Vox y Ciudadanos durante el debate de la convalidación del decreto ley de la reforma de las pensiones. «El señor Escrivá independiente rechazaría esta reforma del señor Escrivá dependiente de Sánchez», le dijo el diputado del PP Jaime de Olano, que invitó al ministro a volver a la senda del Pacto de Toledo y del acuerdo.

Pero nada podía empañar la satisfacción de Escrivá al ver su reforma aprobada por 179 votos a favor -los del PSOE, Unidas Podemos, ERC, el PNV, Compromís, el PRC, Teruel Existe, Coalición Canarias-, 104 en contra -los del PP, el BNG, Ciudadanos, la CUP, Foro Asturias y, los dos exdiputados de UPN y el ex de Cs- y 61 abstenciones -de Vox y Bildu-.

Volvió a haber división en el bloque de la derecha. Puesto que, mientras el PP se decantó por el «no» rotundo, los de Santiago Abascal se quedaron en el punto intermedio de la abstención. No obstante, su diputado Pablo Sáez alertó de que esta reforma no garantiza la «sostenibilidad» del sistema.

También dividieron su voto ERC y Bildu, cuyos 18 diputados acostumbran a actuar como un todo en muchas votaciones. La portavoz del grupo abertzale, Mertxe Aizpurúa, justificó la abstención de los suyos en que esta reforma deja «algunos deberes pendientes», entre los que citó la equiparación de las pensiones mínimas con el salario mínimo interprofesional, para que no haya ninguna por debajo de 1.080 euros.

Ni las advertencias de la oposición ni tampoco las que han venido en los últimos días procedentes de la AiReF, Fedea y el Banco de España, los tres muy críticos con un sistema que lo fía todo al aumento de los ingresos por la vía de las cotizaciones, sin reducir el gasto.

Con el visto bueno de la Comisión Europea y los sindicatos de su parte, el ministro de la Seguridad Social subió a la tribuna para defender la reforma, a pesar de su notable afonía. Escrivá defendió las «medidas equilibradas» de su método, que según él garantizan la «suficiencia» del sistema.

Le escuchaba atenta, además de la bancada socialista, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, que se puso en pie para aplaudir y animó a los diputados socialistas a hacer lo mismo al término de la intervención de Escrivá.

Por parte del PSOE, la portavoz del grupo en el Pacto de Toledo, María Mercè Perea, presumió de reforma y la calificó como una «enmienda a la totalidad» de la «neoliberal» que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013. Por parte de Unidas Podemos, la diputada Aina Vidal celebró que el nuevo sistema se centre en incrementar los ingresos y no en reducir el gasto.

El decreto convalidado este jueves será tramitado como proyecto de ley para que los grupos puedan introducir enmiendas.