Diana Morant se gastó 125.000 euros en muebles, decoración y reformas en su vivienda gratis del Ministerio

Diana Morant se gastó 35.064,93 euros en menos de dos años en comprar muebles y decorar la residencia que ocupa, con todos los gastos cubiertos por el Estado, desde que llegó al Ministerio, según un informe de su propio departamento al que ha accedido El Debate.

El gasto en «mobiliarios y elementos de decoración», como figura literalmente en el documento firmado por el Secretario Técnico de Ciencia e Información, Ignacio Hermoso, se ejecutó entre 2021 y 2022 y se suma a los derroches que al menos otras dos compañeras de Gabinete se permitieron pasar al erario en un espacio de tiempo similar.

En concreto, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, dedicó 24.000 euros a renovar por completo la cocina de su residencia «gratis total», entre otros gastos. Y la responsable de Transportes, Raquel Sánchez, 44.000 euros en un solo año a «menaje, limpieza y jardinería», tal y como ha revelado este periódico, en todos los casos con documentos oficiales rubricados por cada Ministerio.

En el caso de Diana Morant, la cifra total sube en otros 24.000 euros, para rozar en conjunto los 60.000 euros, al añadir al gasto en decoración esa cantidad para servicios de limpieza, a razón de 11.500 euros anuales de media.

No terminan ahí las facturas que el Ministerio asumió cuando fue nombrada Morant por Pedro Sánchez, en julio de 2021, en sustitución de popular exastronauta Pedro Duque: nada más pasar el verano, desde el mes de septiembre, ordenó hacer reformas en su residencia por un importe total de 67.572,93 euros.

En resumen, en apenas los primeros 16 meses de su mandato, la exalcaldesa de Gandía entre 2015 y 2021 le pasó al presupuesto público un total de 125.000 euros para poner su vivienda a su antojo, sin ningún desembolso por su parte ni por ese concepto ni por ningún otro.

Morant se gastó 125.000 euros en mejorar su vivienda gratuita en apenas 16 meses, desde septiembre de 2021 hasta finales de 2022

Porque, al igual que en el caso de todos los ministros que residen en viviendas, pisos, palacetes o cualquier tipo de inmueble perteneciente al Patrimonio del Estado, tienen cubiertos los gastos de luz, gas, telefonía o cualquier otro; no pagan mensualidad alguna en concepto de arrendamiento y carecen, además, de algún tipo de contrato que recoja los términos concretos del uso de residencias adjudicadas a sus Ministerios.

«El Ministerio de Ciencia e Innovación no ha suscrito ningún contrato de alquiler de vivienda para su puesta a disposición como alojamiento oficial o residencia», recoge el escrito sellado por Hermoso, que añade para justificar ese extremo que «la Ministra de Ciencia e Innovación hace uso de una vivienda de titularidad pública, asignada al Ministerio para dicho uso, desde septiembre de 2021».

Algo que, no obstante, no todos utilizan. Al menos tres ministros de Podemos no han utilizado las viviendas que hubieran podido reclamar, por su cargo o por pertenecer a circunscripciones ajenas a Madrid, como son Ione Belarra y Alberto Garzón, procedentes de Navarra y Málaga, respectivamente. Tampoco Irene Montero, titular de Igualdad, ha dejado de vivir en su residencia particular, el célebre chalet en la madrileña localidad de Galapagar.

Morant lleva ocupando distintos cargos públicos desde que tenía 30 años y entró en política como concejal, tras una corta experiencia laboral como ingeniera, su profesión de origen.

En todo ese tiempo no acumuló los recursos personales que le hubieran permitido pagarse las facturas que sí le trasladó al Ministerio, a tenor de los modestos recursos que recoge su última declaración de Bienes y Patrimonio publicada en el BOE en marzo de 2022: no tiene deudas, pero tampoco propiedades a su nombre, y sus ahorros personales son de 5.784 euros en cuentas bancarias y otros 12.200 euros en «demás bienes y derechos de contenido económico».

Sonó como relevo de Ximo Puig

Morant es la «cuota valenciana» en el PSOE de Ximo Puig, aunque sonó insistentemente como eventual candidata del partido en caso de que el actual presidente declinara encabezarlo de nuevo o, tras las elecciones del 28 de mayo, perdiera la Generalitat.

La ministra, que siempre presume de su origen familiar humilde, ha sido especialmente activa en la defensa de la alta fiscalidad española y, como su compañera Montero, se opone frontalmente a las reducciones de impuestos.

En junio del año pasado, en una entrevista en RNE, resumió su teoría apelando a que, con la elevada presión fiscal, se logra que «todo el mundo» tenga un «colchón social necesario para esta crisis, las que vengan y el ascensor social, que no se tiene que romper».