Vox impulsa en Europa a su sindicato, que dice 'no' a la lucha de clases y combate la agenda 2030

Era septiembre de 2020 cuando se presentaba públicamente el sindicato Solidaridad. Al acto de su lanzamiento acudió Santiago Abascal, que trasladó que no lo creaba Vox, sino que el partido apoyaba a los españoles que habían decidido ponerlo en marcha, y lo describió como el primer sindicato «patriótico y antiseparatista, anticomunista y contra las oligarquías corruptas».

No obstante, la organización ha nacido muy vinculada a la formación. De hecho, su secretario general, Rodrigo Alonso, es portavoz adjunto de Vox en el Parlamento de Andalucía. Y han convocado manifestaciones conjuntas: la de marzo del año pasado para protestar contra la subida de los precios de la electricidad y, la más reciente, el pasado mes de noviembre para exigir elecciones, ambas en Madrid y en los ayuntamientos de las capitales de provincia de toda España.

Más de dos años después de su aparición, Solidaridad ha conseguido empatar con Comisiones Obreras, al haber obtenido el 20 % de los votos tras los primeros cien procesos electorales a los que concurre. Llevado al porcentaje de delegados sindicales, ha logrado el 23 %, de manera que Solidaridad ha superado ya a CCOO, que ha obtenido un 19 %, si bien no a UGT, que ha obtenido un 26 %, según los datos que este lunes trasladó el propio Alonso en la rueda de prensa que ofreció desde la sede nacional de Vox.

A su juicio, esto evidencia que se han consolidado como un «proyecto viable» y que esta otra forma de hacer sindicalismo «está calando en los trabajadores», un sindicalismo –subrayó– «distinto a la connivencia con el Gobierno y al sindicalismo corrupto y casposo de la lucha de clase y de las mariscadas». En este sentido, Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política del partido de Abascal, situó a Solidaridad como una «referencia sindical» de los trabajadores en España.

Manifiesto en Bruselas de «sindicatos patriotas»

Esta pasada semana, esta organización sindical aterrizaba en Bruselas para reunirse con el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) –en el que se integra Vox– y varios sindicatos afines, concretamente de Italia, Hungría, Reino Unido y Rumanía. Cinco sindicatos «patriotas» que han firmado su primer manifiesto conjunto, liderado por Solidaridad, para hacer frente a la «amenaza globalista» – al que ya se han unido, según trasladó Alonso, más de 8.900 personas–, y que busca ser un contrapeso a la confederación europea formada por sindicatos socialistas.

«Debemos defender los intereses de nuestras naciones, de nuestros sectores productivos y de nuestros trabajadores», recalca el texto, ante las políticas implantadas por los «burócratas» de Bruselas que tratan de imponer, explican, la Agenda 2030 –contra la que Vox se ha manifestado presentando como alternativa la Agenda España–. Una «agenda globalista» que trae «pobreza, destrucción de empleo, pérdida de tejido social e incertidumbre», recogen en el manifiesto.

Entre los puntos de su alegato, se encuentra el rechazo a la competencia desleal, al entender que, si se permite producir en el extranjero «en condiciones ventajas» y que esos productos se vendan en Europa a un precio más bajo, lleva a la desaparición del sector primario del país; el rechazo al reetiquetado ilegal, al considerar que pone en peligro la seguridad alimentaria del consumidor; o el rechazo a la deslocalización de empresas.

También el 'no' a la inmigración ilegal y al fanatismo climático. Asimismo, frente a los postulados del socialismo, en su manifiesto rechazan la lucha de clases y son partidarios de que se fomente la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas. «Europa necesita reformas estructurales que vuelvan a poner en el centro los intereses de los trabajadores y sus familias», reivindica la nueva alianza de sindicatos europeos.