Sánchez no responderá a la prensa tras su incómodo encuentro con Meloni

Pedro Sánchez continúa con su gira europea previa a la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que ostentará durante todo el segundo semestre del año. Tras visitar Chipre y Malta, hoy el presidente del Gobierno se reunirá en Roma con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con quien se reunirá a partir de las 11:30 horas.

A la una menos cuarto realizarán una declaración institucional conjunta desde el Palacio Chigi tras la cual, según la agenda de Moncloa, no se realizará rueda de prensa. El líder del Ejecutivo, si no hay cambios de última hora, evitará, así, preguntas incómodas de los medios ante el principal asunto sobre el que departirá con la líder de Fratelli d'Italia: la inmigración.

La idea de no aceptar la intervención de los periodistas que cubren in situ el evento ha partido del Ejecutivo de Meloni, sin embargo, este hecho también beneficia a Sánchez, dado el alto voltaje del tema principal del encuentro y el abismo ideológico que los separa.

El encuentro entre ambos dirigentes se produce cuando la UE discute sobre el Pacto de Migración y Asilo, un asunto que concierne prácticamente por igual tanto a Italia como a España, ya que ambos países, por su situación geográfica, sirven de entrada para la inmigración irregular desde África a través del Mediterráneo.

Si bien ambos ejecutivos defienden una inmigración legal y ordenada, el discurso sobre este asunto dista una enormidad entre ambos. En el caso de Sánchez –atado en corto por sus socios de Unidas Podemos, que mantiene una postura más cercana a las fronteras abiertas basada en ese lema de «ningún ser humano es ilegal»– éste se muestra «solidario» ante un problema para el que pide una coordinación a nivel europeo, al considerar que es comunitario y no solo español, aunque suceda en los mares españoles.

¿Harán piña?

Meloni, por su parte, sostiene un discurso que, por equipararlo a un partido español, está más cerca del de Vox. Hace dos semanas señalaba que «nuestros centros de acogida están llenos y es muy difícil evitar que los inmigrantes salgan y vayan a otros países. Además no estamos dispuestos a aceptar que Italia sea el campo de refugiados de Europa».

No obstante, al igual que Sánchez, demanda a las autoridades comunitarias una intervención para atajar este problema, por lo que, aunque desde posiciones diferentes, no es descartable que el líder de izquierdas y la de derechas hagan piña tras la reunión para presionar a la UE y que ésta atienda a sus peticiones.