Josep Piqué, in memoriam

Fue un gran ministro de Asuntos Exteriores. Desarrolló una excelente capacidad de entendimiento y diálogo con próximos y lejano, con amigos y eventuales adversarios. Supo encauzar con visión y acierto las necesidades y exigencias políticas, profesionales y burocráticas de la Carrera Diplomática de España y de sus miembros.

Sin que sus actividades previas le hubieran dotado de conocimientos específicos para la comprensión y el análisis de las relaciones internacionales, pronto desarrolló una visión personal, luego plasmada en textos de merecida lectura y recordación, que le permitió navegar por el proceloso mundo de lo exterior con seguridad y prospección. Virtudes todas ellas muy recientemente mostradas en el impulso y la dirección del ya prestigioso y prestigiado Foro La Toja, centro sustancial de pensamiento y análisis nacional e internacional, y al que aportó elementos básicos de pensamiento y organización.

Era persona de trato tan comedido como afable, firme en sus creencias y opciones, flexible y abierto a escuchar otras distintas e incluso contrarias. Su vida, que tantos otros caminos ha recorrido, merece un análisis detallado y profundo porque figura entre aquellos, afortunadamente no escasos, que, en los tiempos contemporáneos, han sido tan propicios a la prédica de la conciliación y el entendimiento como resultado de la reflexión intelectual y del respeto a la ciudadanía libre e igual.

Me encuentro entre los que le echarán mucho de menos. También entre los que guardarán en su memoria el recuerdo de su persona y de sus actos. Descanse en la paz de los que merecieron vida más larga. Y traiga consuelo a los que en la familia con dolor le sobreviven.

• Javier Rupérez fue embajador de España en EE.UU.