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El Rey Felipe y el Rey Juan Carlos se abrazan en el entierro de Constantino II

¿Es real?

El Gobierno da una pequeña tregua al Rey Juan Carlos tras años de hostigamiento

El Ejecutivo no critica su viaje a Sanxenxo, como sí hizo con el anterior, sino que lo circunscribe a su esfera privada. La proximidad del 28-M pesa: cualquier traspié lo pagan los barones

Después de años haciendo leña del rey caído, el Gobierno ha decidido conceder una aparente tregua a Juan Carlos I, una vez que su entorno confirmó el lunes que volverá a Sanxenxo el miércoles de la próxima semana para participar en las regatas.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, se limitó a responder que el Gobierno no tiene «nada que comentar». Puesto que se trata de un «viaje privado», enmarcado en la «absoluta normalidad». Mucho más entusiasmo mostró el alcalde de la localidad pontevedresa, Telmo Martín: «Estamos encantados cada vez que elige venir a Sanxenxo, que afortunadamente son muchas veces», señaló.

En la Moncloa no contaban con esta visita del anterior jefe del Estado en plena precampaña de las elecciones municipales y autonómicas, puesto que la previsión inicial era que regresara a España en junio. Eso era de lo que tenía conocimiento la Casa del Rey y, por tanto, también el Gobierno.

La beligerancia que Pedro Sánchez, sus ministros y la cúpula del PSOE han venido mostrando contra el Rey Juan Carlos siempre ha incomodado a algunos barones socialistas. En mayo del año pasado, con motivo de la anterior visita, el castellano-manchego Emiliano García-Page pidió públicamente a los suyos no «ensañarse» con la figura del monarca para no «hacer el juego» a quienes solo pretenden acabar con la Monarquía.

La crítica exacerbada contra Don Juan Carlos puede ser contraproducente para los intereses electorales del PSOE más allá de la M-30. Amén de que en Zarzuela tampoco es plato de buen gusto. De ahí que esta vez el Ejecutivo haya optado por perdonar la vida al padre de Felipe VI y esperar a ver qué ocurre en Sanxenxo.

El Rey Juan Carlos, en su anterior visita a SanxenxoEuropa Press

No obstante, fuentes gubernamentales no ocultan la incomodidad que supone para ellos el viaje de Juan Carlos I. No tanto por su presencia en España, puesto que es un ciudadano libre y sin cuentas pendientes con la Justicia española después de que la Fiscalía archivara las tres investigaciones que llegó a abrir. Sino porque temen que su visita se acabe convirtiendo en un espectáculo, como aseguran que fue la anterior.

Ya antes de aquella, el propio Sánchez había hablado en más de una ocasión de «conductas incívicas» e «informaciones perturbadoras» para referirse a la situación de Don Juan Carlos. Tras la visita, la portavoz del Gobierno lamentó que hubiera perdido la ocasión de pedir perdón a los españoles y rendir cuentas por unos hechos «nada éticos ni ejemplares», en palabras de Rodríguez. La misma que este martes optó por un perfil bajo.

El pasado mes de enero, el presidente envió una carta al Rey Juan Carlos felicitándole por su cumpleaños en estos términos, como desveló entonces el periodista Carlos Herrera: «Majestad, el Gobierno y yo le deseamos un feliz 85 cumpleaños. El Gobierno le agradece su labor por la consolidación de la democracia en España y las libertades que trajo en su tiempo como jefe de Estado».

Poco después se conoció que el padre de Don Felipe había decidido fijar su residencia fiscal en Abu Dabi, toda vez que ya dejó claro en marzo de 2022 que es allí, en Emiratos, donde piensa seguir viviendo.

La foto en Westminster

Al Gobierno no solo le molesta la presencia de Juan Carlos I en España, antes y ahora, sino que tampoco vio con buenos ojos la fotografía de Felipe VI y su padre en el funeral de la Reina Isabel II en septiembre, tomada en la Abadía de Westminster.

El Ejecutivo defendió entonces que la única representación de España era la del Rey Felipe VI junto con la Reina. El titular de Asuntos Exteriores y el resto de ministros se pasaron días proclamando que Juan Carlos I acudía a Londres a «título particular», representándose solo a él. Y se toparon con que el protocolo británico sentó a padre e hijo juntos. Después de esa hubo otra en el funeral de Constantino de Grecia, en enero.

Los socios de Sánchez nunca han cejado en su cruzada contra Don Juan Carlos, empezando por Unidas Podemos. Han intentado varias veces –con la oposición del PSOE– que el Congreso abriera comisiones de investigación contra él y hasta han pedido al presidente que retire el tratamiento que le concedió el Ejecutivo de Mariano Rajoy en el real decreto 470/2014: «Don Juan Carlos de Borbón, padre del Rey Don Felipe VI, continuará vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey, con tratamiento de Majestad y honores análogos a los establecidos para el Heredero de la Corona, Príncipe o Princesa de Asturias, en el Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares», estipulaba éste.

El líder del Ejecutivo nunca ha ido tan lejos. Pero, en la Ley de Memoria Democrática, sí accedió a eliminar cuatro títulos nobiliarios que concedió Juan Carlos I, una vez muerto Francisco Franco. Una maniobra que la oposición consideró el comienzo del borrado de su reinado.